Las visitas familiares

Durante la vida de cada persona pasamos por distintas fases que hay que ir superando. Muchos lo comparan con un videojuego, otros lo comparan con una carrera de obstáculos y otros lo dividimos por fases en las visitas familiares que ha de hacer cada uno. Y es que cuando eres pequeño, tus padres te obligan a ir a todas las visitas que ellos hagan a distintos familiares y amigos que les dé la gana de ir. Claro, eres pequeño y no puedes decir que no, tienes que ir. Pero una vez eres mayor sólo dices que sí vas cuando hay barbacoa o hay algún tipo de interés oculto… (llámale persona del sexo contrario, sí, los hay que lo del incesto les da igual)


El caso es que las visitas familiares no dejan de ser odiosas desde que naces. No hay momento en la vida de una persona en el que las visitas familiares sean divertidas. A no ser, claro está, que dispongas de una ristra de primos graciosos y de tu edad con los que pasar el rato. Si no es así, y encima tienes primos repipis y antipáticos, lo más probable es que las visitas familiares se conviertan en un absoluto infierno. «Anda, Pepín, ves a jugar con tus primos, Paqui y Manuelín, que te tienes que llevar bien». Pepín tenía voluntad, Paqui y Manuelín tenían una botella de queroseno y una cerilla. La vida en aquella familia no volvió a ser lo mismo nunca más…


Y es que no es obligatorio ser amigo de tus familiares. Los amigos los eliges tú, pero la familia te toca en suerte, es como una Lotería. Entonces las visitas familiares pueden ser algo entretenido, o en la mayoría de las veces, un choque de titanes de dimensiones desconocidas. Eso sí, dependiendo de tu edad. Así que podemos dividir las visitas familiares dependiendo de la edad del susodicho.


Fase 1: La primera fase es cuando acabas de nacer y pocos meses después. Eres completamente el centro de atención y son ellos, incluso, los que te vienen a ver a casa. Lo malo es que lo que te dicen no tiene ningún sentido: «Ayyy mi cucurrucucucu relleno de curumuxu que mono es el niño, acurrucucú, guiriguí apurrumpumpero-pero». Lo bueno es que lo que te dicen no tiene ningún sentido, y además, te das cuenta ya desde pequeño, que estás rodeado de gilipollas integrales.


Fase 2: Esta fase comprende los 6 meses a los dos años o tres, época en la que empiezas a ser consciente de las cosas. Los familiares dicen cosas como: «Hay que ver como ha crecido». Frase que seguirán utilizando hasta los 30 años. «Parece que fue ayer que vimos al niño nacer y era tan chiquirritujo…» es la frase que más les gusta. Todos pretenden que les des besitos y a ti te da grima todo el mundo. ¿Por qué todo el mundo quiere besar a los niños?



Fase 3: Es esa que va desde los 3 años aproximadamente hasta que empiezas a salir un poco, por las tardes, con los amigos. Es decir, más o menos, hasta los 8 años o así, que ya sales con un poco más de permiso. Aunque hay algunos que con cuatro años ya vuelan por la calle solos y listos, pero bueno, ese es otro tema que no voy a entrar ahora… El caso es que en esa fase entra una pregunta, que parece inocente, pero en un futuro no lo será: «¿Tienes novia ya?». En un futuro será distinto, ya lo veréis. Además, tienen la costumbre de preguntar como te van los estudios, como si les importase, y te pellizcan el moflete y te dicen lo de: «Que grande te estás poniendo, ¿ya ha pegao el estirón Paqui?» «Aún no» Soltará la madre «Tiene que comer más, que me come mu má». Lo de aún no lo sigue diciendo la madre de Gasol, con eso os lo digo todo.


Fase 4: Esta llega cuando estás de los 8 o 9 años hasta la edad de la pubertad. La conocida como edad del pavo. Aquí ya estás empezando a pegar el estirón, y como aún te pilla en la edad de la pubertad ya te sueltan cosas como: «Míralo, ya tiene bigote» Y los más brutos lo de: «Míralo, ya tiene que tené los huevos negros como un toro». Hay estilos distintos de ver lo mismo. Con las chicas son mucho más finos, claro está. Les dicen que están hechas «toda una mujercita» y que ya le han crecido las… Los dientes. En esta época los niños ya no lo son tanto y ya no quieren visitas familiares ni nada que se les parezca y se escaquean mucho más fácilmente. «No, que me ha salido un grano». «No que no me he depilado». «No, que he quedado para echar un casquete con mi novia». Esta juventud, cada día empieza antes.


Fase 5: Esta ya va de la época de la pubertad a la adulta, en la que ya pasas de todo el mundo. Como decía al principio, en esta fase ya sólo vas cuando hay un interés claro: comida. Es decir, una barbacoa, una cena interesante y hay que llenar el buche. Si no, nunca vas. Los familiares ni los ves. Sólo los recuerdas por las fotos de tu abuela, y a los primos ya solo los conoces en foto de comunión, porque lo que es su cara de ahora, ni te suenan. Los volverás a ver el día que se casen y se acuerden de ti para que les pagu… Para invitarte al banquete. En esta fase te vuelven a preguntar lo de la novia, o el novio, pero de otra manera. Ya no es: «¿Tienes novia ya Pepito?». Ahora es: «A ver cuando nos echamos novia Pepito… ¡Que se te va a pasar el arroz!» Junto con una palmada en la espalda, considerablemente fuerte…


Y esto es lo que son las visitas familiares cuando eres pequeño, otro tema que daría para otro post serían las visitas familiares cuando eres mayor. Que no es lo mismo. Exactamente, ahí es cuando aparecen las hipocresías y los falsos saludos y el «qué bien me caes tia tercera política». En fin, que las visitas familiares para un ratito, un día… Cosa así de cada dos años, no está mal, pero mucho, empacha.