Fauna del bloque: La vecina cansina


No sé si vosotros, queridos lectores, viviréis en un bloque de pisos o en una casa adosada, o vete a saber, en un chalet en la sierra con jacuzzi y todos los lujos habidos y por haber. Yo tengo la suerte o la desgracia de vivir en un bloque de pisos y tener que convivir, sobre todo en el ascensor, con multitud de personajes que se merecen una serie de posts en este blog. Lo voy a llamar la Fauna del bloque, y empezaré por la vecina cansina. Esa mujer que te hace el viaje desde un piso al otro como si fuera un viaje en cohete hasta Alfa Centauri… ¡Eterno!


El caso es que aguantar a una vecina cansina no es algo apto para todos los públicos. Es decir, no todo el mundo tiene la capacidad de torear a esa mujer charlatana con suma facilidad. ¡Hay quien le da cuerda! Y encima le preguntan cosas, ¡como si no dijera ya suficientes ella sola sin que nadie le pregunte nada! En mi bloque hay un ejemplo claro, y es en el cuarto piso. Parece ser que el cuarto piso es el lugar de las vecinas cansinas, como si tuvieran allí su trinchera personal para mantenerse y estar justo en medio del bloque para fastidiar tanto a los que viven arriba como a los que viven más abajo…


Hace un tiempo, en mi bloque, simplemente teníamos una vecina cansina, que además, tenía varios problemas de inseguridad personal. «Hay que ver es que yo soy así muy pesaaa, y claaaro, a la gente no le caigo bieenn, no sé por qué será porque yo soy la mar de buena persona y de maja y nada, yo necesito explicar mis proble… ¿Dónde está todo el mundo?». En fin, la puerta a duras penas alguien había conseguido arrancársela del brazo para que la cerrara y poder proseguir su camino hasta los pisos siguientes. Fue una dura lucha ya que todo el ascensor ya tenía un sudor frío y era o cerrar la puerta o la horca para esa mujer. Y en el fondo les daba pena.


Lo curioso, es que al cabo del tiempo el efecto de la vecina cansina fue en desuso porque llegó la substituta. ¡La supervecina cansina! Una mujer que venía de algún bloque de pisos de Barcelona, el cual aún celebran como día de la «Fiesta Mayor del Bloque» el día que esa mujer dijo: «Lo siento por vosotros vecinos míos, pero me voy. Me voy a otro pueblo, a otro bloque, y allí les haré sentir como en casa porque les explicaré mi vida con pelos y señales a todo el que pase por delante, les amenizaré el viaje de ascensor hablando de otra cosa que no sea el tiempo y les perseguiré por la calle hasta que puedan darme esquin… ¿Dónde está todo el mundo?» Se fueron con el cava a otra parte…



El caso es que esta nueva mujer cansina te cuenta su vida aunque tú no le preguntes nada. Llega al ascensor y te empieza a hablar: «Hay que ver hijo, estoy hecha polvo, voy al médico porque me ha mandado unas pastillas que resulta que tienen un efecto contrario…» (Tú ya vas pensando que a ver si hacen efecto somnífero de una puñetera vez) «…y madre mía, así no me voy a curar nunca, porque sabes mi problema de la ciática, que llevo toda la vida con esto, que a ver si lo curo, y me voy a dar con el Sintrom, a ver si me arreglan, y después…» En ese momento ya te has bajado del ascensor e incluso has llegado al centro del pueblo y te has comprado unos pantalones. Ella sigue hablando y va enganchando gente por el camino. A lo suyo. Es como el Subbuteo, que el que está más cerca chuta, pues aquí igual, el que está más cerca tiene un chute de cansinez.


Lo peor de todo, aún está por llegar. Lo peor es el día que te subes al ascensor y oyes un: «Espera, espera, que llego tarde del súper que he venido a comprar unas zanahorias pero había una cola…» En fin, que tú no sabes por qué has dejado la puerta abierta del ascensor y no has cerrado rápido para no encontrártela. Lo peor es que dentro ya estaba la anterior vecina cansina, y se encuentran frente a frente. Se miran a los ojos fijamente, se cruzan las miradas y durante un momento saltan chispas. Es como un amor encontrado, un lugar idílico y una sensación que no habían sentido nunca antes. Y se ponen a hablar. ¡Las dos a la vez! No se oyen, pero es igual, han encontrado la orma de su zapato, su media naranja, su ying y su yang, su cara y su cruz. Han llegado al súmum de la cansinez. Las dos vecinas juntas. El infierno en estado puro.


En ese momento Murphy aparece, el muy mamón, y hace que el ascensor se pare. Estropeado. Y a vivir la tarde entera junto a las dos vecinas cansinas. Es una prueba divina, si la consigues pasar, aguantarás cualquier cosa. Si no, ya te pueden estar esperando en el manicomio que tendrán faena para recuperarte para la vida social. ¿Seríais capaces de aguantarlo? Yo ya os lo digo que no.

8 Respuestas

  1. elizabeth dice:

    Las conozco… Mi madre es de las que dan cuerda, y preguntan y contestan, y replican… qué pesadas, por dior!!!

    Y encima viven por encima de mi piso, por lo que las tengo que aguantar tooooooodo el viaje en ascensor. Creo que en el interior del ascensor debería haber una mini-pistola para estos casos (llámame bestia!) xD

  2. tocamesousCAT dice:

    No tener ascensor tiene más ventajas de las que creía ^^ Además de mantenerte en una mínima forma te evita el encuentro con vecinas cansinas, porque como suelen ser mayores, van más lentas y te suelen dar la lata sólo en el rato de llegar al primer rellano, donde te dicen:
    -Pasa pasa, tu que eres joven y vas rápido-. mientras tu, aceleras el paso sin darle tiempo a decir adiós >.<

  3. morri dice:

    Elizabeth, dile a tu madre que vaya con cuidado. Y no, no eres bestia, piensa que con la pistola le provocarías una muerte rápida, y quizás necesitas algo más lento y vengativo… Jajajaja Aunque sobre todo, si es lento, ponle una mordaza.

    TocamesousCAT: Mi bloque también tiene escaleras, ¿te imaginas que no las tuviera? XDDDD Pero nos la pasamos por el forro, solo las miramos cuando el ascensor no funciona que es más habitual de lo deseado. Eso sí, si me encuentro la vecina cansina aunque esté cansado de currar, me subo los pisos a tope para que no me suelte su parrafada… Afu.

  4. Paranoias dice:

    PUes mi vecino de abajo esta como una cabra y no para de inventar… menos mal que su mujer me dice que no le haga caso jaaja si no yo estaria igual. Un saludo morri, hace tiempo que no pasaba por aquí, se me estropeo el router.

  5. Alkar dice:

    La cansina de mi bloque es una mujer que siempre parece que acaban de darle la peor noticia del mundo. Lleva siempre una cara de amargamiento increible, pero parece que sólo es para que algún incauto le pregunte «¿le pasa algo?».

    Momento de gloria de la cansina. Estando en el ascensor (no podía ser de otra forma), entra otra vecina muy maja y la cansina le pregunta: «Oye, tu hija al final se ha quedado embarazada, ¿no? Tan joven… ¿y se va a vivir con el novio?» Ante la cara de «y a tí que te importa» que pone la otra, la cansina dice «no es por ser entrometida, es que mi marido se quiere enterar de todo lo que no le importa, y siempre me está preguntando, y por no escucharlo…»

  6. Anonymous dice:

    tus ilustraciones de los post cada dia son peores

  7. Jean Bedel dice:

    Menos mal que vivivos alquilados y nos nos conoce nadie en el bloque, vecinas cansinas incluidas …

  8. morri dice:

    Paranoias, espero que se mejore tu router, echale vicks vaporub a ver si mejora. Los vecinos son siempre algo que nunca vas a decidir y es muy peligroso…

    Alkar, esa más que cansina es la vecina cotilla, que a veces es la misma, pero no tiene porque ser así. Incluso puede ser alguna que no vive en el bloque y viene a ver a su hijo o nieto de vez en cuando…

    Jean, tienes muuucha suerte, cuando te conozcan… ¡Prepárate! XDDD

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