Cinco grandes mentiras que te cuentan tus amigos para llevarte de fiesta

Fiesta a ojos de tu amigo

Fiesta a ojos de tu amigo

Aunque seas un fiestero empedernido, seguramente habrá un día en el que por lo que sea no tienes ganas de salir de fiesta. Pasa en las mejores familias, no te preocupes. Hasta Paquirrín habrá tenido un día de bajona y lo habrán sacado a rastras de fiesta: «¡Que sí, hombre, que lo pasarás bien! Ya verás, vamos a un sitio donde no te conocerá nadie…» Y tiene dos opciones, o le están colando una mentira como el culo de Chenoa o lo llevan a un convento de monjas de clausura. Apuesto lo que queráis a que a DJ Kiko no le gusta el rollo. Pues lo mismo tus amigos contigo, da igual que se te haya muerto el canario, te haya dejado la novia o tengas paperas: hay que salir de juerga y ellos te van a convencer.

1) «Me han dicho que hay un sitio nuevo donde van todas las tías buenas». Suele ser una frase muy utilizada para aquellos que no salen porque están en medio de una depresión post-ruptura. O para los que están en cama con 40 grados de fiebre, da igual, el efecto es milagroso a lo Lázaro: Levántate y anda. Todos los caminos llevan a Roma, todas las arterias terminan en la polla. La sangre va para allí, así que cuela. Luego resulta que el rumor de las tías buenas ha corrido como la pólvora y allí solo hay chavales con 40 de fiebre que no debieron salir de su cama.

2) «Va, tío, no seas rata. Además, tengo entradas gratis». Esto tienden a usarlo cuando tus motivos para no salir son los monetarios. Dices que prefieres ahorrar el dinero que tirarlo en cubatas, así que tu amigo se saca el as de la manga de la entrada gratis. No hay que pagar, fantástico. Luego llegas a la entrada y efectivamente te dejan entrar gratis… A cambio de una consumición mínima de 10 euros. ¿Donde está la OCU cuando se la necesita? La gracia está en que si no consumes no te dejan salir, ¿pero alguien ha probado esto alguna vez? Cuenta la leyenda, que un hombre de Burgos decidió salir sin consumición y lleva retenido en el Pub Lito desde 1997. El Pub ha pasado ya por las manos de siete dueños, pero él sigue ahí, negándose a consumir. Podría estar pasando.

Fiesta real que ha preparado

Fiesta real que ha preparado

3) «Eh, ¡pero si viene DJ Tiësto!». Si eres un fiestero empedernido y te conoces hasta los nombres de los DJ – y no solo el de David Guetta y Lewis Hamilton en sus ratos libres – es posible que esto te llame la atención. El tema está en que te ha dicho DJ Tiësto, pero tu amigo no sabe tanto de DJ’s como tú por lo que en realidad en el flyer que le pasó aquella chica tan exhuberante en realidad ponía Tüerto, pero él tenía sus ojos puestos en otro sitio. Así que tú, fiestero de pro, te encuentras en medio de la pista de un DJ con nombre confuso, bailando el Baile del Gorila junto con las señoras más atrevidas del hotel del Imserso más cercano.

4) «¡Pero no te lo puedes perder! ¡Hoy viene la famosa Zorrenya de GH Vip!» Aunque parezca increíble en algunos casos esto funciona. Es más, Telecirco no para de sacar famosos nuevos cada día para poder rellenar las discotecas de medio país con gente que va ahí. A estar. Como reclamo. Aún no entiendo como hay gente que se lía con las relaciones de familias y casas en Juego de Tronos y luego se saben todos los ex-maridos y ex-novios de Isabel Preysler y quién es hijo de quién. ¡Que no lo sabe ni ella! Pues para esta gente que vaya Zorrenya a la discoteca es un plus. Esto no tiene por qué ser una mentira en sí para que vayas. La mentira es en la que vive Zorrenya, en esa burbuja de la fama efímera que se llama Telecirco.

5) «¡Que vienen todos! ¿No vas a venir tú? ¡Luego te tendremos que contar el fiestón y te arrepentirás!» Esto funciona mucho siempre. Aunque todo hay que decirlo, las fiestas son siempre mejores cuando las cuentas que cuando las vives. Todo se magnifica un poco. Aunque sea para joder al que no vino. O porque el alcohol hace que la perspectiva de las cosas esté un poco distorsionada. Y en la mayoría de los casos, mejorada. La realidad pura y dura es que tu amigo tiene 30 y pico, es el único de la colla que no tiene pareja y no tiene compañero para hacer un «¿Conoces a Ted?« Y eres el tercero que le dices que no. Que no tienes ganas. Que estás hecho un pureta. Ley de vida.

Aún así, dependerá de tu voluntad el que al final le digas que sí a ese amigo tan pesado que te ha puesto las cinco excusas de golpe para que levantes el culo de la cama y te vayas con él de juerga. Aunque su plan ideal sea el ligarse a la primera que pase y dejarte con un cubata en una mano y el whatsapp en la otra. A pesar de todo, suele pasar que las fiestas más locas son aquellas que empiezan con alguna de estas mentiras. Sí, era mentira, y tu solo salías un ratito a tomar algo y luego para casa… Y acababas a las 9 de la mañana de empalme comiendo churros con un señor de Burgos que acaban de dejar de salir de un pub al cabo de 18 años.

1 respuesta

  1. 05/06/2016

    […] se hacen distintos actos que marcan lo que viene a llamarse “el any fester” (el año fiestero, traducción libre que encantaría a Kiko Rivera). Cada año se reparten las capitanías y cargos […]

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