¡Flashmob en el juzgado! El linchamiento de la Pantoja
Si estáis un poco al tanto de las noticias españolas os habréis fijado que la mayoría de ellas hablan sobre corrupción a todos los niveles. Algo que probablemente todos sabíamos ya, pero que no se podía o no se quería demostrar. Fue empezar la crisis y como el dinero ya no fluía, las vendettas se sucedían entre políticos, grandes empresarios y demás gente de mal vivir. Nadie ha tirado de la manta porque tenga algún tipo de dilema moral, aquí se tira de la manta porque «qué hay de lo mío, creía que éramos colegas». Así pues, la manta ha desaparecido y el olor a pedo acumulado durante años ha salido a la luz. Y joder lo que huele.
Uno de los primeros casos de corrupción gestados en ayuntamientos que abrió la veda de lo que tuvo que venir fue el caso Malaya. Julián Muñoz y toda una serie de políticos, faranduleros y demás hierbas que se aprovecharon del ayuntamiento de Marbella y los restos que dejó el tío Gil-ito para forrarse a manos llenas. Esta gente cometió un grave error: afiliarse al partido equivocado. A quién se le ocurre pretender robar y no meterse ni en el PP ni en el PSOE. Que tú le dices a un juez que eres del GIL y se te ríe en tu cara, hombre de Dios. A la política se ha de venir enseñado Juliancín. Los del PSOE o los del PP no terminan en la cárcel nunca. Y ya ni te digo si te llamas Camps, Matas o Bárcenas. El saber no ocupa lugar y conocer la mierda de muchos altos cargos es como el klapaucius en Los Sims. Dinero a espuertas e inmunidad.
Como Julián Muñoz estaba en un partido como el GIL (Grupo Independiente Liberal o Gente Idiota y Ladrona) ha pasado lo que tenía que pasar: a la cárcel sin pasar por la casilla de salida. Estuvo una temporada, salió de prisión para meterse en un plató de Telecinco y ahora le toca volver. Pero no se va solo. Su ex-mujer Mayte en Almíbar, digo Mayte Zaldívar, también ha sido condenada a tres añitos de cárcel y, ojo, también su amante-esposa Isabel Pantoja a unos dos añitos que seguramente no cumplirá por no tener antecedentes y tal y cual. Isabel Pantoja, casi nada. La que cantaba «Se me enamora el alma» va a tener que pasar a cantar «Se me agotaba el Almax» de la acidez estomacal que le ha tenido que entrar al verse en tal fregao. Y es que quien se acuesta con corruptos, se levanta imputado. O sino que se lo digan a la Infanta.
Y en esas estamos. Isabel Pantoja ha sido condenada a dos años de prisión y un hecho pasó a la salida del juzgado que me dejó patidifuso: Un linchamiento ciudadano. Eso sí, al estilo siglo XXI y no a lo medieval. Es decir, cuatro gritos, algunos tirones de pelo, policías custodiando a la condenada y un coche salvavidas. Ahora ya no parece tanto acoso que se queden apostados en la puerta de casa cuatro paparazzis… La Pantoja disfrutó de un fabuloso flashmob de jubiletas enfurecidos que aparecen de repente y tras el alboroto desaparecen por donde habían venido sin dejar rastro. Asombroso.No sé si conocéis el concepto flashmob. El más conocido es el que le montaron Black Eyed Peas a Oprah un día tonto que tuvieron. Consiste en que un montón de personas se ponen de acuerdo para acudir a un lugar, hacer algo sorprendente y luego marcharse por donde habían venido. Quedan por Internet y demás y se quedan con la gente que está en el lugar y no sabía nada de lo que iba a pasar. Digamos que es una traducción americana a la frase de toda la vida de «no hay huevos de». Pues bien, ¿son estos linchamientos públicos flashmobs del mundo jubilado? ¿Cómo se junta tanta gente en el juzgado? ¿Cómo saben que en ese momento sale la Pantoja condenada? ¿Es Radio Patio el Internet Underground?
Yo empiezo a pensar en que esta gente está pagada por algún medio de comunicación. Me cuesta creer que haya gente que en horario laboral, con sus quehaceres diarios y demás, acuda a un juzgado e intente linchar a la tonadillera. Siempre quise decir lo de tonadillera, lo dicen mucho. Así pues, ¿quién paga a esta gente? ¿Vivimos rodeados de especialistas de «detrás de la valla»? ¿Son los mismos que están siempre cuando el Príncipe llega a algún sarao y le gritan guapo guapo quiero un hijo tuyo ay si tuviera cincuenta años menos te hacía de to voltereta parriba voltereta pabajo?
A mí me causa cierto desasosiego saber que hay gente que se dedica a chillar en público. Según toque gritan ladrón o guapo. Van cambiando sus proclamas. Esta vez ha tocado un linchamiento a una cantante que quizá se lo merecía más justo al bajarse de un escenario. Sin embargo, es curioso como una cantante que ha robado como cómplice recibe mucho más castigo popular que una cantidad vergonzosa de políticos corruptos que no solo se van de rositas a la salida de un juzgado, sino que encima los reciben con vítores. Y les vuelven a votar. Esos de la valla tienen que estar pagados. No encuentro otra explicación.
Me ha encantado lo de GIL como gente idiota y ladrona. Totalmente de acuerdo.