Conducir por el pueblo: Los semáforos

Nosé cuantos de vosotros tendreis coche o el carnet de conducir, supongo que tendré que hacer una encuesta o algo, pero aunque no conduzcais, si que circulareis por la calle y sereis conscientes de las múltiples cosas que pasan cuando conduces por ahí.


Y es que te encuentras de todo, la mayoría de la gente que conduce por ahí, menos yo claro, son todos unos patanes, son realmente malos conduciendo. Pero claro, eso de que todos son malos menos yo, lo dice también la mayoría de la gente. Y eso es lo que trae conflictos por la carretera.


El caso es que dentro del coche nos volvemos agresivos, el de delante siempre va demasiado lento o es un «flipao» que va a toda leche que puede provocar un accidente. Pero realmente, hay mucha gente que va cometiendo infracciones a troche y moche y realmente hay algunas que pueden resultar incluso graciosas, pero otras son realmente peligrosas. Una de ellas es la manera de comportarse ante los semáforos.


Como por ejemplo cuando hay un semáforo en ámbar. Como preguntaban en la autoescuela:
– ¿Que hacer cuando el semáforo se pone ámbar?
Y siempre había la mente lúcida:
– ¡¡Poj acelerar!!
Es una tendencia espectacular, y ojo, que yo también la tengo, de acelerar cuando está en ámbar, en principio, no tiene por qué ser peligroso pero si el que está en el otro semáforo del cruce y es un «fitipaldi» seguramente acelerará antes de que esté totalmente en verde su semáforo, es decir cuando aun esté parpadeando el verde de los peatones y se meta en el cruce, y claro, luego hay que hacer parte…


Pero claro, esa persona que sale del semáforo aun en rojo «a toda caña» es porque probablemente ha tenido una mala experiencia anterior. Esta es: tener un taxista detrás en el semáforo. Hay que tener en cuenta la definición de fracción de segundo: «Una fracción de segundo es aquel tiempo que trasncurre entre que el semáforo pasa de rojo a verde y el taxista de detrás empieza a pitar desesperadamente».


Pero lo peor de los semáforos, no son los conductores, nooo. En contra de lo que pueda parecer, ¡son los peatones! Sí, esos peatones que cruzan corriendo de repente aunque esté en rojo, esos que saltan en un paso de peatones cuando menos te lo esperas cuando hay un semáforo en ámbar… Pero sobretodo, y antetodo, los que cruzan la calle fuera de los semáforos, ese que se te queda mirando con cara de chulo/a y mientras vas pasando va caminando para cuando llegue a la zona de tu coche cruzar rápidamente… ¡No sabéis las ganas que me entran de frenar en seco incluso con el freno de mano! Menudo viaje que se pegarían contra el coche, que risas nos echariamos…