Cómo decir obviedades en un debate político sin que se note mucho (o sí)

De todos es sabido que la política es muy aburrida, es más, se repite más que el ajo. ¿Por qué razón? Pensaréis. Pues porque nunca se acaban de solucionar los problemas de los ciudadanos y éstos se convierten en un chicle que se va estirando sin fin y no se acaba de romper. Vamos, los problemas de los ciudadanos son como si juntaras tres cajas de Boomer (tu súperchicle) e hicieras una bola de la cual es imposible despegarse. Los periodistas de política siempre creen tener la verdad y las soluciones y de vez en cuando se juntan para hacer debates, y cómo no, decir obviedades.



Véase sinó el programa 59 segundos. Por poner un ejemplo. Un programa en el que es imposible argumentar nada porque cuando has hecho la introducción se te baja el micro, el muy mamón, y no te deja continuar hablando. En los programas de debate se traen personas de un bando y de otro y a algún despistado neutro políticamente correcto. Lo mejor de todo eso es que te avisan de qué diario son cada uno de los tertulianos y enseguida te sabes el discurso. ¡Cuánta objetividad hay en los diarios!


Por ejemplo, tenemos a un tertuliano que se llame Pepe Exfachez y que trabaja para La Razón o El Mundo. Pongamos un tema, negociación con ETA: «No se debe ceder ni un ápice ante el chantaje de una banda terrorista». Ante el 11-M: «Queremos saber toda la verdad, aunque lo que nos inventamos no nos lo creemos ni nosotros«. Para los matrimonios homosexuales: «Mire usted, el matrimonio es de un hombre y una mujer». Y así sucesivamente. Luego tenemos a otro tertuliano que se llama Enric Voydeprogre que trabaja para El País o Elplural.com y ya sabemos qué dirá. Negociación con ETA: «Si no se negocia no se consigue nada, ¡ustedes también negociaron señores peperos!». Ante la paridad: «Deben de haber el mismo número de mujeres que de hombres en todos los lados». «Oiga, que los mancos también piden tener una cuota de poder». «Pues que la tengan, estamos con todas las minorías». «Pero, ¿y sino hay suficientes mancos con capacidad de presidir una empresa?» «¡Pues se le corta el brazo a alguien que tenga capacidad!»


Son tremendamente previsibles. Luego está la neutral que no sabe qué decir y siempre dice obviedades como: «Debe de haber unión de los demócratas» «En esto debe haber consenso» (palabra muy usada, si la dices mucho triunfas: ¡Consenso! ¡Consenso!) Y luego también dicen: «Esto es un diálogo de besugos…» Y en esto tiene razón. La mejor manera de definir un debate político sería esta conversación de dos peces cualesquiera en la inmensidad del mar. ¿Os acordáis de Buscando a Nemo? Pues los tertulianos políticos son como muchas Dorys juntas. Vean, vean:


Pez 1: – Hola
Pez 2: – Hola
P1: – ¿Qué tal?
P2: – ¿Qué tal qué?
P1: – Hola




Conversación pez mítica que si lo cambiamos por usted es un facha y usted es un progre trasnochado, insulto que es ciertamente gracioso por lo absurdo que es, nos dará un debate político de alta alcurnia oigan. Esto no se ve tanto en la tele, pero en los foros y lugares concurridos como Escolar.net se pueden ver a porrones. Así que como en los debates políticos nadie te escucha lo mejor es insultar directamente y allá donde más duela. Así seguro que contestan a lo que dices, o por lo menos, te oyen. Insultos sobre su trabajo, sobre su vida, o por qué no, a la vida personal. Que se lo digan a Pedro J. que cada vez que oye hablar de ligueros le entra sarpullido.



Además, si alguna vez tenéis que ir a un debate político a defender vuestras ideas, nunca debatáis con argumentos. Nunca. No he visto a ningún tertuliano hablar con demasiados argumentos, siempre funciona una palabra mágica. Es casi perfecta. Demagogia. «Esto que usted dice es demagogia barata». Y te quedas tan ancho. Y no es muy difícil usarlo ya que todos los tertulianos en mayor o menor medida acaban haciendo uso de ella. Tanto de criticarle al otro que hace demagogia como para hacerla. A lo fácil. «Sí, sí, usted dice que el PP negoció con ETA, por qué no se preocupan ustedes los progres trasnochados del hambre en África ¿eh? ¿eh?» Vale lo mismo cuando alguno del otro lado le pregunta al socialista qué opina sobre el robo de armas en Francia. «Sí bueno, se roban armas en Francia, pero también se roba en las calles del Barrio Chino y ustedes los del PP no les preocupa, ¿verdad? ¿Por qué no se preocupan por los problemas reales del pueblo?» Y así hacemos demagogia todos y todos felices.


Y van entrando en un bucle de demagogia, obviedades baratas e insultos aburridos con poca ambición innovadora y mientras tanto el público se duerme. Cada día, los debates políticos, por previsibles y aburridos, tienen menos sentido. ¿Algún día dirán algo nuevo, argumentado o lógico? ¿O se tirarán toda la vida diciendo obviedades y tirándose los trastos a la cabeza? ¿Tendría sentido un debate así? Quién sabe. A lo mejor lo vería menos gente aún…

3 Respuestas

  1. maerbale dice:

    como se nota que no gusta hablar de política…
    (a mí, la experiencia me dice que sólo da problemas xDD)

  2. morri dice:

    No Maerbale, la política no tira mucho, ni para criticarla XDDD Está la cosa callada :)

  3. Anonymous dice:

    Ultimamente debaten por la ley de memoria historica,,, la guerra ya fue ya paso y debaten estupideces, asi que nada que hablen de la PUTA VIVIENDA, haber si tienen huevos de hacer demagogia me cago yo en lo mentirosos que son…

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