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En árabe se entendería mejor |
Se están perdiendo las
buenas costumbres. Y no, no me voy a poner a reivindicar el pasado a lo bruto como un
tertuliano de Intereconomía cualquiera. Hablo de las recetas médicas. Ahora a los doctores les ha dado por pedir los medicamentos por ordenador y con colocar una pegatina con el nombre en la receta ya tienen suficiente. ¿Y la magia de escribir a mano? Esa sensación de estar
tan alejado de los conocimientos médicos que con solo mirar la receta ya digas:
«Ah, es que esto solo lo entienden ellos, él sabe el medicamento que me manda, de mi médico me fío como el Caserío». Ahora nada, ni magia ni leches. Te ponen la receta clarita y puedes buscar el nombre en Internet, desconfiar del médico por comentarios en
hipocondriacosenestadomuygrave.com y que te aparezcan
20 síntomas nuevos que jamás habías notado.
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La receta que mejor funciona |
El caso es que antes esto no pasaba por una sencilla razón: no entendías ni papa de lo que ponía ahí. Yo muchas veces pensaba que el médico me estaba firmando un autógrafo, el muy endiosado, y algún día terminaría dibujando encima un corazoncito: «Con cariño, para el paciente con el resfriado más leve que he visto, recupérate pronto» Y debajo la firma. No era un nombre de receta, ¡era un garabato! Que lo entendería mejor si me dibujaba la pastilla y la buscaba una a una abriendo todas las cajas de la farmacia.
Lo más soprendente era cuando llegabas a la
farmacia. La farmacéutica miraba la receta y de un vistazo salía rauda y veloz hacia la botica a coger lo que te había mandado el médico. O no, a lo mejor se lo inventaba y te curabas igual. Siempre he pensado que la gente que estudia farmacia tiene poderes especiales y seguramente
una de las asignaturas sea grafología. De ahí se explicaría que algunas farmacias ahora les dé por enchufarte «medicamentos»
homeopáticos. Por otro lado, es posible que alguna asignatura fuese arqueología, por aquello de descifrar jeroglíficos. Uno
lo hizo de verdad para recetarle algo a alguien con un cólico nefrítico que prefirió llamarlo «cólico
nefertítico» Y se reía solo con su propio chiste en la soledad de su consulta.
Pero los que de verdad debían de tener una
asignatura de caligrafía, digamos, especial, serían los propios médicos. Ahí el que escribiera bien tendría los días contados. Debe de ser duro, sobre todo para las doctoras, que las mujeres siempre tienen mejor letra. Yo me imagino al típico padre médico que quiere que su hijo
siga sus pasos. Y ahí el pobre chiquillo, aprendiendo a escribir y la madre en casa al ver la letra del niño gritaría:
«¡¡Oiii, pero qué bonita letraa de mi niño!!» Para acto seguido escandalizarse:
«¡Vergüenza te tendría que dar! ¡Así no vas a llegar a nada! Mira tu padre, ¡¡una eminencia!! ¿Y has visto que alguna vez escriba bien? ¡¡NO!! ¡No se entiende una mierda! ¡Cuando le dejo hacer la lista de la compra para la cena termino comprando en la ferretería!» Y el niño desheredado por hacer buena letra.
Pero esto ya ha cambiado. A nadie le hacen ser un don nadie por escribir bien. Aunque, sin ir más lejos, los profesores de universidad tampoco es que sean unos hachas a la hora de escribir. Es más, el día que descubrieron el PowerPoint se olvidaron de escribir y cuando escriben en la pizarra solo hacen lineas rectas. Luego la gente se duerme en clase y con razón. Eso sí, con los médicos ahora podemos estar tranquilos. Nuestra salud está a salvo de equívocos por culpa de la letra aunque, gracias a los avances tecnológicos, en cuanto haya algún fallo a la hora de recetar un medicamento la culpa se la llevará el virus. Pero el informático.
oh como he reido con esta entrada.. haha.. aunque el medico cercano a mi casa aun da las recetas en papel y con letra ilegible y todo.. recuerdo que me hizo una carta cuando entré a la universidad.. que intenté leerla y oh dios.. solo pude leer la fecha.. y por que era del día.. luego que valla a checarme por hipocondriatitis agúda subiré una foto de la receta..
Luiiz: Gracias :D Se han de mantener estas tradiciones que luego no hay con qué hacer risas ni ná.
Mi padre es médico, pero de los de la vieja escuela, de los de recetas a mano. Tiene tan mala letra que algunos días la farmacéutica le tiene que llamar para que vaya a ver que coño habia escrito. Rectifico, coño no, medicamento.
el_montañes: ¡Eso es! Como los buenos, los auténticos, ¡los de verdad! Eso es un médico y lo demás es cuento. Si puede que me firme un autógrafo de Gelocatil :D
Yo soy de los que escribo como un medico, siempre me he preguntado eso de como podian leerlo las de la farmacia
yonkykong: ¿Y no ha estudiado medicina? ¡Debería! ¡Cuánto talento desperdiciado mecachisenlamar!
Puedo confirmar que a los médicos actuales, cuando escriben a mano, sigue sin entendérseles casi nada.
http://mibabel.blogspot.com/