Anuncios al desnudo (II): Amaia Salamanca y el robo del tampón

Ahora veré a los puños cerrados como vaginas

Vuelve la sección que pretende recopilar las situaciones absurdas que nos encontramos en los anuncios. Y con eso no entro en los anuncios de Mixta que son un absurdo en su todo y son absolutamente maravillosos; sino en la cotidianidad mal entendida, momentos bochornosos o directamente, como el caso que nos ocupa hoy, situaciones que no se entienden de ninguna de las maneras a pesar de su envoltorio de aparente normalidad. Hoy con nosotros Amaia Salamanca y su tampón robado.

Veamos el anuncio todos juntos de la mano y luego pasemos a analizar nuestras impresiones:

Repasemos. Amaia Salamanca, conocida actriz por la serie Sin tetas no hay paraíso, llega a una piscina privada para darse el bañito veraniego de rigor. Al llegar, unos maromos prestan atención a la damisela porque está buena mientras piensan «que se siente aquí, que se siente aquí, que se me presente y quiera tener sexo desenfrenado conmigo». Lo típico. Hasta ahí todo normal, pero de repente entra en acción uno de los primeros conceptos chocantes del anuncio: el ladrón pijo.

Un tipo con pinta de ser de nuevas generaciones del PP se acerca sigilosamente al bolso de Amaia para robarle… ¡Tachán! ¡Un tampón! Mientras un señor con sombrero con pinta de espía barato de esos que hacen agujeros al periódico observa la jugada. La pregunta es: ¿qué coño le pasa por la cabeza a alguien para acercarse al bolso de una famosa y mangarle un tampón? ¿Son los nervios los que le traicionan? ¿Los pijos también tienen la regla? ¿Tenía mono de fumar y cualquier cosa le vale para llevarse a la boca? No lo sabremos nunca, pero algo más chocante sucede seguidamente: Amaia no se espanta ni se escandaliza porque un pijo fisgonee su bolso. Saca el tampón… ¡Y le explica como se pone!

Ahora aquí no sé si mi mente sucia hace el resto, pero Amaia Salamanca pone cara de cochinilla mientras le indica al muchacho cómo de fácil son de poner estos nuevos tampones. Recomiendo eso sí, estar pendiente de la tele cuando muestren este anuncio y que no os pase como a mí. Que yo estaba tan tranquilo cenando en mi piso, con la cabeza agachada mirando la comida cortando un trozo de carne; cuando de repente oigo en la tele: «Nunca un tampón ha sido tan fácil de poner: mira«. El cuchillo hizo un ññiiac sobre el plato y el trozo de carne que tenía en la boca casi se me atraganta. Alzo la vista, miro la tele, y uf. Estaba haciendo un simulacro con la mano. Por un momento me imaginaba a Amaia Salamanca espatarr… Bueno, mejor no sigo.

Aparte de la situación delirante que se produce en la piscina, en este anuncio hay un factor que no se tiene en cuenta: el pedagógico. ¿Qué pasará cuando las inocentes niñas a las que les alcance la menarquía y crean que los tampones se ponen en el puño? «Mamá, ¿qué dice la del anuncio? ¿Tampón en el puño y luego qué, el puño en el ch…?» «¡¡Niña!! ¿Estás tonta? Tampón en el puño y luego… Ah, la magia« Confusiones tontas que se hubieran evitado con un anuncio un poco más aclarador. Si enseñas a poner un tampón, llévalo hasta el final de sus consecuencias Amaia. ¡Sé valiente! O si no, que hagan anuncios como los rusos que se andan con pocas sutilezas.

Para acabar, la actriz nos deja un consejo final para este verano: «Mójate». Pero no se fiará tanto de las pérdidas cuando lo hace en una piscina. Bien alejada de los tiburones.