Descubrir grupos nuevos hasta que dejen de molar

No sé si alguno de los lectores actuales del blog estaba ya por aquí cuando por allá por la temporada 2005-2006 servidor de ustedes hacía un programita de radio. Éste se llamaba igual que esta web y en él decía tonterías durante una hora seguida junto con amigos profundamente engañados. Si alguien tiene curiosidad puede escuchar pequeños fragmentos siguiendo este link. En él además tenía la tarea extra de poner música entre sección y sección con lo que me convertí un poco en ese «descubregrupos» que constantemente está a la caza de la novedad. El mundo guay de lo indie se apoderó de mí. Así que empecé a descubrir grupos, para luego poder decir: «ya no molan, ya no son auténticos, ahora son… OH DIOS: Comerciales«

No hay insulto más grave que puedas cometer contra un grupo indie de postín que llamarles comerciales. Que son ahora unos vendidos de Los 40 principales. Que han tenido la gran desfachatez de ganar dinero con su música cuando lo que mola es que pasen hambre y sentirte único por ser uno de los cuatro oídos privilegiados que entienden la propuesta del grupo. Así es el postureo del mundo indie. Cualquier cosa puede molar mucho, y cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa. Para un tío con gafas de pasta y barba frondosa cuatro chavales con pantalones de pitillo tocando la zambomba pueden ser el nuevo hit del momento digno de ser llenapistas en RazzMatazz.

Y esa cosa puede dejar de molar tanto cuando de repente escucha un politono zambombero o un amigo le comenta esto: «Oye, ¿has escuchado ya el último single de The Zambombers? Lo están petando mucho este año» A nuestro pobre amigo barbudo le puede dar un síncope y llenarse la espesura de vello facial de espuma blanca producto de la más profunda rabia: «¿¿¿The Zambombers??? ¡¡Llevo oyéndolos desde que llevaban chupete aún!! ¿Y ahora los descubrís? Bah. Ahora se han vuelto comerciales. Antes molaban». Y uy como a The Zambombers, que empezaron cantando en inglés, se les ocurra pasar a cantar en castellano. ¡Anatema! ¡Desterrados del mundo guay!

Yo no llegaba a esos extremos, la verdad. Pero me gustaba mucho andar descubriendo entre programas gratuitos de descarga de música como Bearshare para encontrar esa joya con la que vacilar entre chiste malo y chiste peor del programa de radio. Sin ir más lejos, tengo tendencia a jactarme de que yo escuchaba a Muchachito Bombo Infierno mucho antes de que empezaran a ponerlo en algunos bares. Cuando en realidad a mí me lo descubrió la Rolling Stone. Pero el postureo es el postureo.

Y aún sigo en estas, aunque al no hacer radio he perdido la costumbre de descubrir grupos nuevos cada semana. Incluso de recomendarlos aquí en el blog y no saturar a mis amigos de links a canciones que me gustan para que puedan disfrutarlas también. No hace mucho me descubrieron a mí un cantante que creo que a poco que le den un poco de bombo lo puede petar y eso sin ser del mundo indie + pantalondepitillo + caiditadecigarro + despeinadodemediahoradepreparación. Se llama El Kanka y probablemente no lo conoceréis. Prometo no decir que ha dejado de molar cuando a todo el mundo le suene su nombre. Lo fui a ver en directo a Girona, me descojoné entre canción y canción y terminé comprándole el disco allí mismo.

Y para acabar mi momento postureo descubriendoos talentos que seguramente no conoceréis, os dejo con otra canción del hermano de un amigo mío de toda la vida. Responde al nombre artístico de Manuélson, toca la guitarra como talento puro, aunque no sé si empezó a tocarla para ligar, y canta así de bien: