Los bazares chinos
Hoy os voy a hablar del lugar preferido de los exhibicionistas: los bazares chinos. ¿Por qué? Os preguntaréis queridos lectores ávidos de saber y conocimiento chorra. Porque no hay lugar donde se podrán sentir más observados. Esto es así. Hay un chiste clásico que dice que los chinos no miran, que ellos sospechan. Los bazares corroboran esta afirmación. Cuando entras a uno de estos locales no eres un potencial comprador, eres un potencial ladrón. Y así te lo hacen saber cuando detrás tuyo tienes una sombra amarilla que cuando giras tu cabeza se dedica a hacer ver que frontea los estantes. Y te mira de reojillo de una manera que esperas que de un momento a otro te haga un giro de cuello a lo telenovela y te diga: «¡No lobal!»
Son así, son desconfiados. Y no digo yo que no tengan razones para serlo, que hay mucho mangui suelto. Pero digo yo que con las cámaras ya bastaba. He visto cárceles de alta seguridad con menos cámaras que un bazar chino. Es más difícil escapar con unas pinzas para tender de una de estas tiendas que salir por un agujero del suelo de la super prisión de Colorado. Lo tienen todo controlado. Y sin contratar seguridad ni nada. Hasta tienen a niños en verano, ahora que no hay colegio, que te persiguen allá donde vas. Hubo uno tan aplicado que hasta después de salir de la tienda estuvo enganchado a la pierna del cliente. Lo siguió a su casa y se quedó a cenar. Sin dejar de mirarlo. Tuvieron que llamar a sus padres… Los vecinos preguntaban: «Ay qué monos, ¿habéis adoptado un niño chino?» Un jaleo.
Lo bueno que tienen los bazares chinos es que tienen de todo. Y cuando digo de todo es DE TODO. Que preguntas por cualquier cosa y la tienen. Que si un día no encuentras algo en el bazar es para tirarse de un puente, porque ¿dónde más podrías encontrarlo? Se acaba el mundo ante tal revelación. Pero a ellos no les falta de nada. ¿Qué oigo? ¿Que la Playstation 3 no la tienen? Vaya que no. Y si no la tienen suben a su casa, le arrancan el mando de las manos a su hijo, la desconectan de la tele y te la venden con los juegos y todo. Y el niño llorando te persigue hasta tu casa y también se queda a cenar, eso sí. Y sino da igual, te venden la Polistation 3 que viene con 200 juegos de la primera Nintendo incorporados.
Y abren a todas horas. Más ahora que van a liberalizar los horarios comerciales. Que tienes insomnio y tienes ganas de dar por culo a los vigilantes de la mulalla, ahí que puedes ir a jugar al escondite entre balda y balda. Que te quedas sin pilas de tu vibrador favorito a las 2 de la madrugada, ahí está el bazar chino abierto para que puedas tú seguir abierta también. Ellos están ahí serviciales como ellos solos para atenderte a cualquier hora del día. No van a cometer el error de cerrar y perder EL cliente de la noche.
Los bazares chinos han venido a sustituir a las míticas tiendas de 20 duros que pasaron a ser tiendas de todo a un euro de las que jamás fue verdad el rótulo del local. Porque en pequeñito ponían «a partir de» y se curaban en salud. Han ocupado el hueco del objeto que hace el apaño, el regalo chorra y el «no sé donde coño comprar papel de regalo vamos al chino que fijo que tienen». Ellos lo tienen todo, como su país de origen. Que pronto se hará con todo.
Mientras tanto, los del equipo olimpico español esperando a que falsifiquen el chandal para ver si mejoran el diseño
Me encanto tu articulo , esos chinos tan chistosos, aqui en México en los buffets vigilan que no lleves comida para llevar.
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