¿Engorda todo al engordar?

«Me ha engordado todo el cuerpo, hasta el gato»
Todos sabemos lo obsesionada que está la sociedad de hoy en día con los tamaños. Sobre todo en cuestión de engordar. Sólo hay que ver cosas como la Operación Lorza para darse cuenta de hasta qué punto el peso forma parte de la vida diaria de muchas personas. Hay gente que engorda y se lo lleva todo la barriga. Y pasa tanto en hombres como en mujeres; pero esto es infinitamente peor en las mujeres ya que es muy fácil confundir una barriga Cruzcampo con una embarazada. Entonces a esa chica empiezan a dejarle sentarse en el metro, a preguntarle por su bebé y Pedro Piqueras se pone contento porque ya tiene un suceso nuevo con el que abrir su telenoticias.


Claro, porque está mal visto eso de llamar a tu bebé Mahou CincoEstrellas. De todas formas, lo normal es que cuando alguien engorda lo haga proporcionalmente y todo el cuerpo se transforme. Tengo alguna amiga que se ha puesto la mar de contenta al engordar porque le han crecido las tetas. «No hay mal que por bien no venga» – grita su novio a viva voz. Y al revés, alguna que se ha deprimido mientras seguía su dieta Naturjaus porque «¡estoy perdiendo tetas! ¡Nadie me querrá!» Y ha pasado de una 115 a una 110. Nadie se fijará en sus tetas. Nadie.


Estoy seguro de que a estas alturas de post ya habréis deducido a dónde quiero ir a parar. Si a las mujeres les crecen las tetas cuando engordan, ¿qué pasaría si a los hombres cuando engordan también les creciera cierta parte masculina? Tengo la respuesta. El mundo sería algo así como lo que se ve en esta foto multiplicado por millones de hombres:



Fijaros atentamente en como mira el señor bajito a través de su bañador. ¿Quién le iba a decir que unos kilos de más le daría tal potencia? Está contento y feliz por este hallazgo. Y sobre todo por poder vérsela. Así pues, dependiendo de la base inicial de la que partiesen, se necesitarían más kilos o menos para alcanzar ciertos tamaños. Claro que algunos no se conformarían con cualquier cosa y engordarían a saco para ser actores porno o una suerte de Vlad El Empalador, pero sin tener que comprar palos. «He engordado y ahora la tengo de 35cm, el problema es que peso 250 kilos y no puedo ni moverme» No se puede tener todo.


Todo cambiaría en este mundo. Sobre todo porque el tema de la super población y la falta de espacio sería un problema mucho más palpable. Seguramente cambiarían los valores de carga máxima en todos los ascensores del país y las afluencias de las manifestaciones se contarían en base a una persona por metro cuadrado. Pero lo que cambiaría de verdad sería el anuncio del Jes Extender. Que pasaría a ser presentado por Karlos Arguiñano ofreciendo recetas con alta concentración de grasas saturadas. «Y de postre, 3 bollycaos, rico rico y con fundamento». Adiós al perejil.


Porque la gente no tiene mesura. Si algo así fuera real la media española aumentaría en el doble de la actual. La media de peso. Ahora solo falta que salga en la tele un señor con una túnica verde y perlas en el cuello que diga que engordar es la mejor manera para tener un pene como el de Nacho Vidal. La gente se lo creería, una túnica tiene mucha credibilidad. Que nadie pregunte qué pasaría si Nacho engordara en ese caso, porque probablemente a alguna chica con nombre checo le estarían saliendo los ojos de sus órbitas… Literalmente.