Especial Elecciones 2008 (VIII): Ir a votar


Aunque hoy todo el mundo esté reflexionando mañana toca ir a votar. Por suerte o por desgracia no he sido ni vocal ni consonante en una mesa electoral y no puedo hablar de la fauna que aparece por los colegios electorales. Sí puedo hablar del hecho de ir a votar, muchos de vosotros ya habréis ido a votar si no sois menores de edad, hace poco que cumplisteis los dieciocho o gente que duerme mucho los domingos. Sí, porque mucha gente hacía tantas campanas cuando era estudiante que simplemente con que le digan que para votar tiene que ir al colegio electoral les entra una pereza del copón. «Mamaa, un poquito máa, que toy malito y no puedo ir al coooleee» «José Luis, que ya eres mayorcito, y te presentas a las elecciones maldita sea». Cosas que pasan.


En realidad, para el que siga albergando dudas, un colegio electoral no se llama así porque haya clases para mayores en las que se enseñe meter un voto en una urna. «Se coge el sobre en forma vertical y se mete por el lado estrechito, no lo intenten meter plano, que no cabe». Y total, muchos no te permiten soltar tú mismo el voto sino que te lo cogen y lo enchufan en la urna. Más de un partido habrá puesto a magos ahí para que cuando te despistes te peguen el cambiazo y metan su papeleta. Muy listos ellos. Tan listos como los que llevan al padre muerto de hace años y lo intentan enchufar como votante. «¿Qué raro huele aquí, no?».


En esto de los votos siempre hay mucho despistado. Y mira que lo ponen fácil. Eso sí, lo de las cabinas, por lo menos en mi barrio, ha pasado a la historia. Ahora las papeletas están a la vista y todo el mundo puede ver cuál coges para meter en el sobre. Eso sí, siempre puedes coger varias de distintos partidos y disimular. Pero lo dicho, hay mucho que se confunde, como un yonki que entró a primera hora dando tumbos de lado a lado del colegio gritando: «Eeehh coleguiii, es aquí donde dan papelinass, ¿no?» Papeletas, señor yonki, papeletas. No es lo mismo. O algunos otros que se pensaban que para votar en blanco tenían que coger una papeleta cualquiera, pero con traje de novia. No veas lo caro que les salía ese voto. «Con razón el voto en blanco nunca gana joe» dijo el despistado.


Y es que claro, hay gente que es dada a la confusión. Mucha gente se ha pensado que las cabinas de votos eran otra cosa y salían quejándose de que a ver cuando iban a poner la película porno en el peep show. Unos jaleos en el colegio… Por no hablar de la gente que traía perchas con ropa de la tienda de ropa de al lado y empezaba a probarse. «¿Dónde están los espejos en esta maldita tienda?». Y luego se preguntan por qué hay tanta abstención. A pesar de todo, no todo el mundo va a votar despistado y se trae el voto desde casa ya que los partidos tienen el detalle de enviártelo todo bien preparadito para que les votes a ellos. Lo curioso es que nunca envían el sobre con el programa electoral para que lo leas… Ummm. ¿Por qué será?


Así pues, después de escoger la papeleta del partido al que quieres votar, de meterla en el sobre y de elegir cual es tu mesa dependiendo de tu apellido te diriges a votar. Enseñas tu DNI, se ríen de la foto, te subrayan como votante e introduces el sobrecito. Y a esperar el recuento. Pero este es el tema de mañana. ¿Quién ganará? ¿Quién ganará en la encuesta de esta web? ¿Tendré los santos bemoles de extrapolar los datos a España entera? Quién sabe.

2 Respuestas

  1. Atenea dice:

    Esta claro, eres un crack, me encanta tu blog.
    Ya hablaremos, ciao
    Atenea

  2. morri dice:

    Gracias :)

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