Juegos infantiles: El escondite


Recupero una vez más la serie de Juegos infantiles. No sé si recordaréis ya los anteriores juegos infantiles, ya de hace tiempo, hablé de los Playmobil, del Veo-Veo y del Pilla-Pilla. Pero si hay un juego mítico al que jugamos todos los niños y niñas cuando eramos pipiolos era sin duda el escondite. ¿Hay juego más sencillo que este?


Pues no. El juego tenía un sistema muy complicado. Consistía básicamente en que alguien paraba. Es decir, que pringaba, uno que tenía que pillar a todos los demás que se habían escondido. ¿Cómo se elegía al que tenía que parar? Era un sistema muy democrático, había uno que era el más rápido y saltaba: «Hago la china no se me hace quien me quite la palabra para». Y mandaba. Lo decía, eso sí, a velocidad de vértigo.


La china, como se le llamaba, era porque se cogía una pequeña piedra y se ponía dentro de la mano, el que acertase donde estaba, pues paraba. Pringaba. De mayores, el significado que se le da a la china es otro, pero no vamos a entrar en ese tema… Normalmente el tío se ponía en forma de árbol y cada uno escogía una rama, es decir, un brazo. El chico que hacía la china pues siempre tenía un amiguete al que le guiñaba el ojo y le decía donde NO estaba la piedrecilla para que se salvase. Los demás conocían al amiguete e iban allá donde iba él. Siempre había algún empanado que se quedaba el último y tenía que coger la rama libre que tenía la piedra…


Cuando hacían la china, además, se decía: «No vale tronco». Porque el tronco salvaba. Y la no menos mala: «No vale oler». Porque en algunos casos en vez de piedra se usaba una oja de planta y si la olías sabías donde estaba. Por lo tanto no valía oler. Y cuando valía, a veces el que hacía la china, se restregaba la hoja para que oliese un lado y el otro no. Para engañar. En fin, para que luego digan que los niños no tienen malicia.


Una vez elegido el pringado que paraba, que solía ser siempre el mismo, ya no sé ni para qué se hacía la china si siempre le tocaba parar al mismo. En fin. Que entonces el chaval tenía que contar hasta un número. Entonces se le hacían puñitos, deditos y bracitos. Esto es: El chaval tenía que acertar el dedo con el que le daban, para saber si tenía que contar hasta 10, 20, 30, etc. Tenía que adivinar que lado del brazo tenía el 1, 5 o 10, para saber si tenía que ir de 1 en 1, de 5 en 5 o de 10 en 10 contando. Y luego venían los puñitos, que eran puñetazos puros y duros, que decidían si iba contando rápido o lento. Hecho todo esto, el niño podía empezar a contar y los demás a correr.


Se escondían por todos los sitios, había gente que incluso se iba al centro del pueblo y ya no volvía. La partida duraba toda la tarde. Y había gente que se ponía justo al lado del que contaba los números para justo después de decir el chico: ¡Cien! El de al lado ponía la mano en la pared y decía: «¡Un, dos, tres, salvado!» Y ale, salvado sin matarse en esconderse.


Así iba continuando el juego, con el famoso: «Eh, ¡que te he futao!» El verbo futar no sé de donde viene, pero es digno de estudio. Y luego el no menos mítico y el que daba más rabia si pringabas, es que después de que unos cuantos se hubieran salvado y otros cuantos hubieran sido futados. Aparecía el último, como por arte de magia, de vete a saber donde, al igual era el que venía del centro, y soltaba la frase perfecta: «¡Un, dos, tres, salvado por todos ¡Toma ya! El trabajo de toda una tarde a tomar por saco. Claro está, el que había sido futado el primero saltaba de alegría, pero el que pringaba el pobre, tenía que parar otra vez. Vuelta a empezar.


Y así era el escondite, que seguro que todos vosotros jugastéis también. Eso sí, al igual vuestro vocabulario era distinto, en cada pueblo se hace de una manera.

13 Respuestas

  1. Noel dice:

    Por mí, por todos mis compañeros y por mí primero.

    Lo que molaba era el que se esondía al lado del que le tocaba ligar y se salvaba justo en el momento que paraba de contar. Siempre había algún listo.

  2. Elizabeth dice:

    No me acordaba de los puñitos, deditos y bracitos! Que memoria tienes, Morri! xDD

    Nosotros para salvarnos decíamos «1..2..3.. SALVENS», del verbo salvensar, jajajaja

  3. morri dice:

    Sí Noel, el tío ese de al lado de la pared daba mucha rabia.
    Elizabeth, lo de los puñitos es mítico, pero es por lo que digo, puñetazos limpios, la gente daba unos viajes… Jajajaj Lo de Salvens ni idea.
    Tengo que hablar también del Pica-paret que en castellano sería Pica-pared XDDD O Golpea-Pared XD

  4. uno escondido dice:

    Luego había sitios donde no valía esconderse y alguno siempre se iba ahí, o algún amigo del que pringaba le chivaba donde estaban otros, etc.
    Buff espero no tener que volver a jugar nunca al escondite xD

  5. ELizabeth dice:

    En castellano el «1,2,3 pica paret» creo que era «1,2,3, escondite ingles» o «1,2,3, el pollito ingles», xD

  6. chisco dice:

    En mis pueblos (Extremadura) se decía como cuenta noel: «por mí y por todos mis compañeros, y por mí primero». Y luego está el asunto de quien «se la quedaba» la próxima vez, si el primero o el último al que pillaban. Normalmente era el último, porque si fuera el primero el juego perdía emoción (pero recuerdo largas discusiones sobre el asunto para convencer a los demás de este tema).

  7. jose dice:

    Aquí sólo hacíamos deditos y coditos (dedito dedito con qué dedito te doy…. yo <*plas*>; y lo mismo para codito)

    Lo mejor eran las carreras salvajes que se pegaban el que estaba pringando y el último que quedaba por coger, para llegar primero al poste xDD

    Oye, ¿por ahí jugábais al 1 equis 2?

  8. morri dice:

    Chisco, lo del último es bastante tonto,no? Porque entonces todos se quedarían delante para que fuesen de los primeros en pringar y así no quedar los últimos. Lo lógico es que pringue el primero, y luego esté lo del salvado por todos que dé emoción al juego XD
    Jose, lo del 1 equis 2 solo lo conozco de la quiniela xDDD

  9. jose dice:

    jejejej, es que no estaba seguro de que fuera «deporte autóctono». Se juega estilo voleybol pero todos contra todos, y con una pelota de papel de aluminio de los bocadillos.

    El primero saca bombeado y flojito y dice «uno!», el siguiente golpea la pelota otra vez hacia arriba y dice «equis…», y ahora uno tiene que rematar y decir «dos!!». Si el remate le da a un niño, entonces todos le pegan cates a ése hasta que llega al poste de la portería. PERO… si coge el remate -o sea, se queda con la pelota en la mano-, entonces el que ha rematado es quien tiene que salvarse de los piñazos del resto de jugadores corriendo hasta el poste xD

  10. chisco dice:

    morri: y dónde está la emoción cuando pillan al primero? el resto ya sabe que no va a pringar…

  11. morri dice:

    En saber si hay alguien que lo salva al final y los salva a todos XD

  12. Albertotti dice:

    Efectivamente, para salvarse se decía «por mi». Sólo el último podía salvar por compañero con la frase «por mi, por todos mis compañeros y por mi el primero». No valía «perrito guardian», que consistía en que el que la «ligaba» (pochar, parar o lo que sea) no podía quedarse a 5 metros de donde había contado. Y luego estaba en famoso grito de «has roto ollaaaaaaa», que sucedía cuando el que paraba encontraba a alguien y se equivocaba de nombre. Evidentemente, tenía que volver a contar. Este juego tenía la variante de liebre, donde no había que volver al sitio, si no que se cogía de la mano a los pillados en hilera, y el último podía escaparse.

  13. Anonymous dice:

    ombre yo a los del «1 equpis 2» se llama «sopapo», vaya ostias k se lelvavan algunos jajaja, y a la de 3 puente (osease k se ponen todos en fila al lao de la paret mientras el k la pringava pasava por debajo mientras todos se liavan a ostias jajajajja) un poco cruel, lo se pero si eras listo no pringavas nunca

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