Lo de ser padre
Al final ha pasado. Llegó el 17 de diciembre de 2020 y, oh, nació mi primera hija. Qué callado me lo tenía por aquí, eh. Ni un solo post sobre la paternidad ni nada. La verdad es que me ha costado mucho este año parar a escribir y los posts han ido con cuenta gotas. ¿Sería el vértigo? ¿Sería la falta de inspiración? ¿Será el caimán? No sería por temas, para seros sinceros habría encontrado motivos para escribir a cientos. Pero oye, me estoy adaptando a la nueva vida, a trabajar desde casa y, vaya, a esto de ser padre.
Y mira por donde, en las primeras semanas de vida de mi hija, he encontrado un momento para contaros como es esto. Madre e hija duermen la siesta y papá ha decidido que dormir es de cobardes. Años de salir de fiesta y empalmar con el curro de verano del día siguiente debían de servir para algo. Era todo un entrenamiento para aguantar esas noches en las que el bebé, por lo que sea, porque tiene hambre, porque tiene gases, porque tiene caca, porque es un bebé; pues no quiere dormir.
He aprendido muchas cosas en estos meses de preparación, para seros sinceros. Si con la boda me hice un máster intensivo de wedding planner, con lo de ser padre he hecho otro de puericultura. He asimilado nuevos conceptos como lo de que exista la muselina, que hasta la fecha yo pensaba que era una especie de roedor: los ratones, las ardillas, las muselinas… O el masicosi, que parece el nombre de un helado: el masibon y el masicosi. Pero estas cosas existen, me he sorprendido a mí mismo usando la palabra polaina sin ningún tipo de ironía o hablando con propiedad con el señor de la tienda de bebés sobre como hacer más pequeño el capazo para que ocupe menos en el coche. Yo. Que me dabas un bebé en brazos hace diez años y lo soltaba gritando: «¡Ay, quitámelo, quitámelo!». Lo que son las cosas.
También hemos sufrido el llamado «síndrome del nido« que consiste en arreglar, limpiar, organizar, ordenar, limpiar otra vez, la casa como nunca te habías planteado hacer ante la inminente llegada del bebé. Que total, ella ni se entera. «Mira que bonito el vinilo que te hemos puesto en la habitación». Y la niña ni se inmuta. Como mucho se tira un pedo. «Mira que cortina más chula» Y la niña te echa un poco de leche materna por la comisura del labio. Es que cuando son tan pequeños son muy suyos. Aún así la niña ha conseguido que por fin desplazara el armario de la tele y organizara los cables, lo cual es un hito que ni ella misma sabe que ha conseguido. No hagáis nunca eso, no apartéis el armario y los cables de la tele. Os puede comer la bola de polvo que habita en su interior. Tened la aspiradora desenfundada.
Y luego está el tema de cambiar pañales. Lo llevo mejor de lo que pensaba, al menos por ahora antes de que lleguen los sólidos y con ellos los troncos. Me pensaba que me daría más asco, pero es una mezcla entre asco y risa. Porque da para muchas anécdotas. Muy típico de los bebés, por lo que he corroborado con otros padres, lo de tenerla limpia y soltar un chorro en ese justo instante que va desde que retiras el pañal viejo, limpias, secas y procedes a poner el nuevo. Cuando empieza a salir pipi a chorro o caca a borbotones, se paraliza el tiempo, gritas nooouuoouu y vuelves a empezar de nuevo. Es como un videojuego tipo Souls en el que tienes que volver a repetir una y otra vez hasta que te caga tu propia ropa y entonces ya es game over. Del orden de 3 a 4 pañales en cada cambio de pañal. La ruina era esto. Si aún no habéis sido padres solo os dejo una palabra clave que os hará la vida más feliz: comprad empapadores. Si queréis os lo repito en el siguiente párrafo en plan mensaje subliminal. Comprad empapadores.
Lo curioso de todo esto, es que ante cualquier experiencia de este tipo que podría ser desde un punto de vista escatológico, algo desagradable, te da lo mismo porque es tu hija. Al nacer la niña nos hicieron piel con piel en el hospital y estuvimos en un box durante horas esperando habitación – ¡que viva la pública, pero que pongan más recursos, cojona! – y nos daba exactamente igual porque esa era nuestra hija. Estaba ahí. Era real. De la nada – bueno, la nada, nada, no, pero nos entendemos – había surgido algo tangible. Un ser humano nuevo. Shh, eh, empapadores, compradlos. Y no miento si digo que es la sensación más increíble y la emoción más grande que haya podido tener en la vida. Los padres somos un poco exagerados cuando nos ponemos sentimentales, pero no había llorado de emoción así jamás. Y eso es lo más impagable de todo esto de ser padre.
P.D: Hasta aquí un pequeño resumen de las sensaciones que he tenido con la paternidad. La realidad es que con esto hay temas para parar un tren, igual que todos los que tengo pendientes de la boda y del viaje. Nunca había tenido tantos temas que salen prácticamente solos y menos momentos para sentarme y escribir. Espero poder seguir encontrando estos momentitos y escribir más posts. Sin más, os deseo que estéis teniendo unas muy felices fiestas y ¡que tengáis un muy muy muy feliz 2021!
Me ha encantado tu post!! Nos vemos por Facebook. Un abrazo para los 3!
¡Muchas gracias! ¡Un abrazo!
Ooooooh, por fin te has dado cuenta de lo que es ser PADRE de la cosa más bonita del mundo. Hasta a mí, que pasé el mismo momento hace 45 años, me ha emocionado, imagínate. Pues aquí con la lágrima en el ojo te doy la enhorabuena más grande y deseo que disfrutes de esa niña nacida tan cerquita del solsticio de invierno. Ah, y compra empapadores, no te olvides.
Un abrazo, Morri.
Muchas gracias, qué bonito que te hayas emocionado al recordarlo ^^ Con un empapador en la mano (seco) te mando un abrazo para ti también.
Ay enhorabuena!!!! Te entiendo perfectamente: yo tengo 2 y sobre todo al principio han sido sin duda los mejores días de mi vida (y las peores noches).
Luego poco a poco recuperas un poco la cordura pero estás completamente enamorado de esa cosita para siempre (bueno, mi mayor tiene 3 años, igual en la adolescencia la cosa cambia un poquillo…)
Muchísimas felicidades a los 2, no sabes lo que me he alegrado. Y feliz 2021 !!!
¡¡Muchas gracias!! Madre mía, dos. Eso ya son palabras mayores. Ya tienes callos en las orejas de oírlos llorar. ¡Feliz 2021!
Me ha encantado la manera de contarlo. Es que es así, una mezcla de ternura, comedia, torpeza. Yo no voy a recordar aquellos momentos, no sea que se enteren mis hijos y me hagan chantaje emocional. Como leí una vez: lo peor no ha pasado, lo peor acaba de empezar, muajajaja.
¡¡Muchas gracias!! Esos ánimos buenos para lo que se nos viene por delante jajajaj :P
Oish me a caído una lagrimilla!!! Esto de la pa/maternidad es brutal!! Y cuando te diga papá se te caerán los al suelo.
Empapadores, pañales y toallitas son ahora los mejores regalos. Muchísimas felicidades y bienvenido a este loco mundo.
Uf, cuando me diga papá voy a volver a llorar como una magdalena. Estoy de un sensible… ¡¡Muchas gracias!!
Espero que haya salido todo bien y se parezca a la madre
Sí, muchas gracias. Afortunadamente se parece a la madre.
¡Felicidades! Ser padre te cambia todo, ya no eres tú, ahora en todo es ella. Disfruta mucho de tú paternidad porque crecen volando, un saludo.