Las copilotas del tuning

Hace tiempo ya, allá por los inicios del blog, os hablé del tuning, esa forma de mejorar, o estropear en su mayoría, la apariencia externa e interna del coche. Hoy os hablaré de otra cosa relacionada con el tuning que sólo tiene que ver con una parte: las novias de los tuneros, que vuelvo a repetir, no confundir con los de la tuna, que hay mucha gente que ve tuneros y se pone a cantar clavelitos. No. Ojo con esto que más de un problema ha traido ya. «No, es que yo soy tunero» «Ah, ¿tocas los ovarios a las mujeres cantándoles serenatas?» «No, toco los huevos a la mayoría de la gente con el reggaeton y el subwoofer al máximo».


Sí, porque el otro día estábamos en casa y nos asustamos en plena comida. Que de repente notamos como se mueve toda la casa, los jarrones tiemblan, el gato comienza a dar vueltas por la casa todo asustado. Ya mi abuela se había puesto entre los marcos de la puerta: «Un terremooootoooo». Vamos, lo normal en España, los terremotos. Y nada más lejos de la realidad, escuchamos de fondo en la calle: «Dameee máaa gasoliiinaaaa» Con un booomm, booomm, de fondo que daba miedo. Era un coche tuning.


Pero en fin, no voy a entrar ahora en la música de los coches tuning porque no acabaríamos nunca, sino que voy a pararme en pensar en un sesudo análisis, del porqué las mujeres de los tuneros aparecen en el coche en forma de copilotas. Es decir, vemos un bonito coche tuning, es un decir, y de repente entre las múltiples pegatinas de No fear, el toro de Osborne y, ojo, el Bebé a bordo, vemos un Loli y Paco. Y al lado del copiloto está Loli, y el nombre de Paco en el nombre del piloto. Que quede claro quien manda.


Que incluso en algunos casos los ponen al estilo de rally. Con la banderita española al lado, porque podrían ser extranjeros, como en el Mundial. Y luego además el nombre de cada uno, el apellido ya no lo ponen porque eso da más vergüenza. Pero podrían poner apellidos de copilotos reales, no sé, Vanessa Moya, que me com.. la p… En fin, que no vamos a entrar ahora tampoco. O yo que sé Jennifer Pivato, que me la t.. un rato. No sé. Cosas así. Ya puestos…


Pero a mí lo que me da más miedo pensar es el momento de sentarse en el coche, en sus asientos Rencaro, que no llegaba el presupuesto para unos Recaro de verdad, porque la verdad, esos asientos son… Recaros. (Chiste del día, lo dejo ahí para que lo penséis) Total, que me imagino llegar a los dos, el piloto, por decirlo de alguna manera, y la copilota. Adentrándose en el coche, y oigo decir a él: «Cariño, ponte el casco». Y ella: «¿El casco? Pero si hace tiempo que vendiste la Rieju trucá aquella que tenías, ¡ande vas payaso!» Y él: «¡Que no payasa! Que te pongas el casco flipá, que esto es tuning del de verdá y al estilo rally, y vas a ir con cascos y ten, la libretita de apuntes, que me vas a cantar las curvas».


Y allí que me la veo a la chica. «Que yo ya no sé de leéeee» Y venga a cantar curvas, que si derecha sasarrrr, que si ojo bosque que llegamos al picadero, que si baja la música que no me entero… En fin, unos follones que no quieras estar delante. Pero eso sí, lo que está claro es que el tema pilotos no lo llevan por la velocidad que alcanzan con el tuning, porque entre el peso que le ponen y que tienen que tomar de lado los badenes que pone el ayuntamiento para no rascar los bajos… Poco corren. Pero bueno, mejor así, que si no luego pierden puntos… Y no es plan.