El colegio: La fila india

Después de hacer los posts de «la salida de la escuela» y «los repetidores» dentro de la sección El colegio, hoy os traigo un nuevo post de nuestros recuerdos sobre ese lugar en el que pasábamos tantas horas. Y no eran las salas recreativas.


En el colegio los niños teníamos unas costumbres bien extrañas. Unos piques tontos que ahora nos parecen una chorrada, pero que en aquel momento nos parecían muy importantes. Como por ejemplo, la hora de colocarnos en fila india antes de entrar a clase. No sé vuestras escuelas como funcionaban, pero en la mía nos debíamos colocar en fila delante de la puerta de entrada al colegio y esperar a que los profes nos dieran la orden de entrar, y así, al más puro estilo del ejército entrábamos en clase.


Pero claro, el espíritu competitivo de los niños es insaciable, ningún niño se conforma con estar simplemente en la cola, sino que quiere estar el primero. ¿Qué pasa? Pues que hay piques, como todo el mundo quiere ser primero y las carreras después de la hora del patio eran brutales, se veían niños ahogados y todo… Sólo decirnos que teníamos avituallamiento y todo por el camino… Pues por culpa de eso, se inventó alguien una cantinela que era infalible:

¡¡Primero basurero!! Había variantes: caganero, Calimero,etc. El primero era el defenestrado siempre.
¡Segundo rey del mundo! Esta variaba según si cantaba la canción el que llegaba segundo o la cantaba otro, en caso de ser otro el que cantaba esta cantinela era: ¡Segundo vagabundo! Para que luego digan que no hay cantera de poetas.
¡Tercero vaquero! Esta no entiendo muy bien por qué es vaquero, con lo que mola ser vaquero sobretodo si tienes 9 años. Supongo que esta cantinela la inventó uno que llegaba siempre tercero porque las rimas pueden ser las mismas que para el primero…
¡Cuarto lagarto! Esto supongo que viene de cuando hacían la serie en la tele que se llamaba V, porque no le veo mucho sentido…
¡Quinto laberinto! ¿¿¿???? Aquí la gente ya desvarió mucho, no sabían con qué rimar quinto, cuando podrían haber dicho quinto variopinto o quinto jacinto. (Lo mío tampoco son las rimas)

Esto podría continuar al infinito y más allá, pero la memoria de los niños, y la mía no llegan a más. El colmo del desvarío era nuestra clase, que como éramos tan democráticos y no queríamos que se eligiese a dedo quien debía jugar contra la clase contraria en la pista de fútbol sala; nos hacíamos una carrera después de clase para llegar al patio los primeros. Los 7 primeros eran los elegidos para el partido… Ni que decir que nos llevábamos unas broncas descomunales de los profesores por correr dentro del recinto escolar…


El caso es que de pequeños inventábamos cualquier chorrada para que las cosas saliesen como a nosotros nos gustaban, y la mayoría de las veces salía bien. Podías modificar las reglas para ganar fácilmente, o buscarle los cuatro pies al gato para poder salirte con la tuya. Algo que aún siendo mayores muchos siguen haciendo, aunque sea mucho más difícil…


Post dedicado a Nuria que me dió la idea.