Se que es triste de pedí…

Uno, que viaja mucho en el tren, se harta de ver lo mismo cada día. Una cosa que se repite mucho en los viajes de tren son la gente que pide dinero. Parándote un momento a pensar, si le tuviese que dar a todo el que me pide dinero, no me quedaría para mi, a no ser que des un centimillo de euro a todo el que te pide, en cuyo caso no te arruinarías mucho…


El pedir en el tren es un negocio, sobretodo cuando hay guiris, la gente al final acaba dando dinero y con la de gente que viaja en el tren al final se deben de sacar un buen pico. Esa gente que pide normalmente suelen estar reguladas por mafias que deciden quien y en qué tren y a qué hora debe de ir a pedir dinero. Lo que me da más pena es que usen niños pequeños de reclamo.


La verdad es que las tácticas que usan están muy vistas, y las ganas de dar dinero se te quitan enseguida. La mayoría de las veces la gente no da dinero a no ser que toquen o hagan algo más curioso. Yo me acuerdo de un hombre que venía siempre con la misma retahila, no sé que se habrá hecho de él, tenía pinta de yonki así que lo más probable es que la sobredosis se haya apoderado de él.


Decía algo así:

Se que es triste pedí
pero más triste es
cuando uno de mis 7 hermanos…

¡Uno de sus 7 hermanos! Pobres serán, pero es que no paran de darle al ñogo-ñogo (como diría el gran Barragán) todo el día y ¡así como van a repartir el dinero!


Y sigue:

…me pide un vaso de leche
o un trozo de pan
me podeis ayudar con un duro, una peseta…

Era la época en la que aún estaba vigente la peseta, de todas formas creo que con el euro siguió diciendo lo mismo. Cuando decía leche o trozo de pan seguramente se refería a algún chute o algo así. La gente que pide en el tren si son de aquí, lo más probable es que sean heroinómanos, muy probablemente de la mina, que han tocado fondo totalmente. Había uno que estaba tan puesto que parecía una radio intentando sintonizar, no se le entendía nada…


También hay mucho inmigrante, los sudamericanos suelen ser gente que toca la guitarra y ya hablé de los músicos en el tren. Los que son de Europa del este a veces también tocan música, pero el acordeón. Un instrumento que el que lo aprende sabe que se va a dedicar a tocar en metros y trenes, así que no sería un instrumento muy recomendable para empezar. De todas formas, muchos solo piden diciendo que son refugiados (rifuggiados) de la Rumanía, como dice un amigo mio: ¿Qué hay en Rumanía? ¿Hay alguna guerra y no lo sabemos?


También vienen inventándose enfermedades de sus familiares allegados, siempre van con un papel que dice que tal familiar suyo tiene una enfermedad mortal, pero es que llevan desde hace 4 años con el chaval enfermo, ¿si aun está vivo no será que la enfermedad no era tan bestia?


Seguramente muchos de ellos necesitan dinero, y ojalá nunca nos encontremos ninguno de nosotros en esa situación; pero una cosa es pedir dinero y otra cosa es tomar por tontos a la gente que va en el tren e intentar sensibilizar para que les den dinero. Hay viajeros del tren que incluso se rebotan y les gritan que trabajen. Es complicado, y más, si están metidos en mafias de pedigüeños, que existen.


Lo mejor, de todas formas, son las mujeres, ya mayores, que en un alarde de generosidad abren la cartera, empiezan a contar billetes y al final sacan una moneda de 20 céntimos y se la dan al pedigüeño con la cara de satisfacción de decir: «Ooh, que buena persona soy». Sí, con 20 céntimos le has solucionado la vida…