El mundo de las tablets
Hace solo tres años, tres, Steve Jobs, en una de esas Keynotes con las que los fanboys de Apple se tocan libidinosamente, anunció el nacimiento del iPad. Y lo anunció así: «Mirad, es fino, ¿eh? Lo queréis, queredlo, deseadlo, mmm, compradlo, adoradlo» O algo así. Pero su clase de hipnosis funcionó mucho mejor que las de Tony Kamo y aunque no era ni el primer dispositivo táctil ni la primera tableta de la historia lo petó. Y lo petó mucho. Solo diciendo que era fino, como si fuera una compresa para un tanga.
Todos los analistas tecnológicos del momento lanzaron a criticar el nuevo producto de Apple. Que si no tiene multitarea, muy poca memoria, no tiene teclado, ni ranura para memoria sd, ni un agujero para met… Muchas cosas, así en general. Le faltaba de todo. Pero era fino. Y táctil. Mira, mira, como se toca. Mmm. Daba igual. Todo eso daba igual porque los señores de Apple consiguieron que los usuarios de sus productos quedaran extasiados por eso que se llama «experiencia de usuario». Hay pocas cosas, pero funcionan todas. Como un destornillador de estrella: solo desatornilla una clase concreta de tornillos, ¿pero acaso falla? ¿Eh? ¿Eh? Pues eso.
Lo demás es historia. El mercado de los ordenadores portátiles se ha visto sacudido por la irrupción de las tablets de Apple. Pero no solo eso: su gran rival en el mundo de los sistemas operativos para smartphones, Google, sacó un sistema operativo Android pensado para tablets y el mercado se llenó de tabletas Android de todo tipo y color. De rebote se generalizó el uso de ebooks, que no son los simpáticos y peludos amigos de Luke Skywalker, y quien más quien menos tiene algún aparatejo de estos en su casa. Con una colección de mil libros dentro que jamás leerá.
Y es que se puede hacer de todo con estas tablets. Tienes apps por un tubo que te permiten desde darte recetas de cocina, hasta los mismos juegos del móvil estirados y ensanchados e incluso apps chorras que te permitan medirte el cimbel colocándolo encima. Bueno, esto no lo hay pero podría hacerse. Para los chinos y japoneses solo tendrán la versión del Poll-O-Meter en móvil, para los demás en tablet y para los africanos en versión smart tv de 42 pulgadas. Y esta es la ración de chistes étnicos de hoy.
De todo. Se puede hacer de todo como con los smartphones. Aunque algunas tengan una duración de la batería que deja mucho que desear. A simple vista parece lo mismo, pero te compras una tablet de 100 euros y por algo será que vale eso y no 400 como las otras. No todo es margen de beneficio: las de 100 euros se llaman tablets porque tienen una pantalla así finita y se lleva de un lado para otro. Pero quizá serían más útiles y menos frustrantes si las usas de bandeja para llevar canapés. Le pones una app llamada CanappÉ que deje la pantalla de color metálico y a llevar el sushi que aprendiste hacer en un curso de esos que te apuntas para intentar ligar.
Pero lo mejor de las tablets y esto pasa mucho con el iPad es que mola enseñar que lo tienes. Es un hecho. Simplemente que al enviar un mail se te ponga automáticamente en la firma «enviado desde mi iPad» ya indica el nivel de enseñapolladismo (es una palabra) que tienen estos aparatos. De todas formas lo puedes borrar antes de darle a «enviar», pero muchos lo mantienen ahí. Para que se vea. Yo he adoptado una nueva costumbre. Cada vez que envío un e-mail pongo: «Enviado desde mi helicóptero» y el Poll-O-Meter se dispara hasta cotas insospechadas.
Creo que has dado en el clavo en general, y sobre todo con la descripción de las técnicas de venta del finado (y ahora poco menos que candidato a la santidad) y a lo estúpido que es recibir un correo que ponga «enviado desde dónde sea» ¿y eso le importa a alguien?
Prefiero los ebooks que los peluditos esos que se cargaban a los soldados imperiales con un tirachinas, fue el principio de la decadencia de la única serie de película de la historia que se numera como le da la gana al director, que ese sí que es peludito.
Muchas gracias ^^ Es francamente curioso lo del Enviado desde, pero también es una forma de hacer marketing del propio iPad :P
Pobres peluditos, son unos incomprendidos. Yo no sé si es porque vi el Retorno del Jedi cuando era un pipiolo pero no me caen tan mal. No son como Jar Jar Binks que podrías estrangularlo sin ningún remordimiento de conciencia. Los ewoks son más entrañables. Feos, pero entrañables. Un día podría hacer un post de esto.