La Revolución Don Balón
Boca del presidente, Presidente, Despacho, Moncloa, Madrid, España, Europa, Mundo, ya vale; año 2014
– Bueno, y con eshte decreto que obliga a los hijosh paresh a shacrificarshe para dar de comer a la familia, creo que ya no nosh queda nada másh por recortar.
– Siempre podríamos hacer que también sacrificaran a los impares.
– Jish, jish, jish. Hay que ver qué coshash tienesh Montoro. Esho shería una shalvajada. Hay que bushcar nuevosh métodosh de financiación. Y she me ha ocurrido una cosha…
– Me das miedo.
– ¡No temash! He decidido yo sholo, no porque me obligue ningún tecnócrata que me shopla en la oreja. – Detrás de Rajoy, efectivamente, hay un tecnócrata susurrando ideas a su oído «interventiiooon, interventiioon» -. Como iba diciendo, antesh de que me interrumpiera el narrador con unos guionesh inshidioshosh, he penshado en prohibir el fútbol hashta que losh clubesh no paguen a Hacienda lo que deben.
– ¡Albricias! – Montoro no daba crédito, igual que Bankia, a lo que oía.
Al día siguiente en una nota de prensa enviada a los diarios en un trozo de papel de water usado, el Gobierno anunció que terminaría con la Liga de Fútbol Profesional hasta nueva orden cancelándose así la siguiente jornada de Liga, que para más inri, contaba con un Real Madrid – Barça.
Las reacciones no se hicieron esperar y los primeros en saltar fueron los periodistas deportivos que declararon una huelga indefinida porque sin Liga no se veían con fuerzas para inventarse más fichajes. «El verano no lo podemos alargar más de la cuenta» – afirmaron. Los clubes se indignaron, el primero de ellos el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que después de llamar a la calma a la población decidió encadenarse delante de la Moncloa con la consigna: «No hay balón, traedme Don Simón».
Pero la población no se pudo contener. No fue menos polémica la medida del Gobierno en 2013 de prohibir el trabajo porque así al menos podían decir en Europa que «en España no trabajamos porque no queremos», aún así la gente no salió a penas a la calle; excepto aquellos que se habían visto abocados a vivir en ella que ya estaban allí. Éstos últimos fueron los primeros en indignarse por el final del fútbol: «¡Lo veíamos en los escaparates de las tiendas de electrodomésticos! ¡No nos podéis quitar el fútbol!» – gritaban.
Un mes después de la prohibición del fútbol
Así fue como los medios extranjeros empezaron a llamar al movimiento Rojo surgido de la Ley Fuera de Juego como popularmente fue conocida. La población había conseguido adoptar estrategia de guerrilla para luchar contra los cada vez más diezmados antidisturbios. Muchos de ellos, simpatizantes de la revolución, terminaron desertando de la policía y se unieron al pueblo. A pesar de todo, algunos lanzaban pelotas de goma, sin contar que la turba enfurecida contaba con Iker Casillas de su parte y las paraba todas.
Los estadios fueron invadidos para acoger a todas las personas sin hogar del país. Muchos se ofrecieron como voluntarios para cuidar el césped para que aguantara bien mientras duraba la prohibición. Los convirtieron en bastiones inexpugnables donde ni siquiera el ejército podía entrar. La situación se había ido de madre y como no volviera pronto el fútbol, la normalidad no iba a ser posible en todo el país.
Dos meses después de la prohibición del fútbol
– Eshta shituación es inshostenible Shoraya. Me han dado un balonazo al shalir a hacer un mitin.
– Me acaba de escupir, señor presidente.
– Como shi no eshtuvierash acoshtumbrada ya, picarona. Como decía, esh inshostenible. El fútbol debe de volver a sher permitido.
– ¡Pero no queda dinero en las cuentas! ¡Algo tenemos que hacer! ¡No pagan!
– Eshtá todo penshado. Los niñosh imparesh que she vayan preparando.
Y las calles, de repente, volvieron a estar en silencio. Un silencio solo interrumpido a partir de las diez de la noche, cuando de repente varias voces acompasadas se desgañitaron gritando GOL.
seria la hostia prohibir el futbol,la gente tendria mas tiempo a hacer cosas constructivas,no mirar gilipolleces y dar gusto a los que pagan milliones para que un tio corra a por una pelota,vaya pasatiempos