Los divorciados que vuelven a los bares para ligar
Hay una canción, de ese pozo de sabiduría llamado La Cabra Mecánica, que dice en su letra: «Es la falta de amor//La que llena los bares» Y tiene toda la razón del mundo. Luego sigue con un «Son tus labios para mí//Un plato de calamares» que tampoco es que sea el colmo de la profundidad, pero bueno; quedémonos con la primera frase. Los bares se llenan porque hay que ligar. Que sí, que ahora se liga por internet; pero no todo el mundo sabe mecanografía. Por eso los bares y las discotecas están llenos de adolescentes y veinteañeros en busca de amor, sexo, desenfreno o todo junto a la vez. ¿Solo adolescentes? No. Los cuarentones divorciados les están comiendo el terreno.
Están por todos lados, antes era raro ver gente más mayor salir de juerga; sin embargo en los últimos años esto es bastante habitual hasta el punto de llenar bares enteros. Que igual alguno se va a ligar y le dicen: «Oye, no te arrimes tanto que podría ser tu madre» Y lo es. Es su madre. Que también está ahí de fiesta buscando maromo y acaba de darle al hijo 5 euros para un cubata. Pedir la paga en la barra del bar, el concepto.
España es uno de los paises con mayor tasa de divorcios y no lo digo yo que lo dicen las estadísticas. Así es fácil explicar por qué se llenan los pubs de esa manera con gente relativamente mayor – esto no lo digo muy fuerte porque estoy más cerca de los 40 que de los 20 -. Te quedas soltero con 40 y pico y ¿qué haces? ¿Te quedas en casa a mandar mensajes sms de contactos a una televisión local? ¿O sales de fiesta a ligar a tope, dándolo todo con tus mejores galas y vuelves a casa y te pones a mandar mensajes sms de contactos a una televisión local? La segunda, sin duda.
De esta manera te acabas de convertir en lo que yo vengo a llamar un «retornado». Dejaste de salir con 30 y pocos porque habías sentado cabeza, te habías casado y ahora lo que tocaba era sofá, peli y manta y llegan los 40 y pocos, te divorcias y ¡fiesta a tope! ¡Que aún eres joven! Y una leche es porque te sientes joven, sales porque quieres fornicar. Ni más ni menos. Claro está que esto se puede hacer de dos maneras: con dignidad o sin dignidad.Soy firmemente partidario de envejecer con dignidad. Igual que no te pones un babero para comer porque no tienes 3 años, tampoco te pondrías esas camisetas ajustadas que te ponías cuando tenías 20. Porque igual que ya no tienes 3 años, tampoco tienes 20. Tienes 40 y largos. Y una barriga donde pueden habitar familias enteras. Así que guarda esa camiseta Fruit of the loom del 95 con la que lo petabas con las chavalitas antes de que lo que pete sea la camiseta. Por favor.
Y tampoco funciona mucho que le entres a muchachas de 18 años con el mismo estilo que cuando eras joven: babeando. Si no funcionaba entonces, ¿por qué iba a hacerlo ahora? No quieras convertirte en un chiste habitual de ese grupo de chavalas jóvenes con ganas de reirse un rato. Ahora con las redes sociales se sabe todo y a la mínima estarás en el álbum de Facebook llamado: «El pesado viejales que arrimaba la cebolleta» donde apareces tú perjudicado, acercándote a las mozas y salen siete tías partiéndose de risa y la que está delante tuyo con cara de circunstancias. Dignidad, ante todo; dignidad.
Así que igual esa es la mejor manera. Parece que salir de fiesta se convierta en guettos según edades, pero es la mejor opción para que las posibilidades de que le mandes por equivocación un mensaje sexual a Sandro Rey se reduzcan mucho más. Está lleno de bares que yo antes llamaba de puretas, pero es que yo cuando decía puretas pensaba en gente de 30 y ya… Ay. Así que ahora los llamo bares de maduritos/as, aunque no sé que es peor.
De todas formas, yo iría aún más lejos: Haría un bar temático, lo llamaría «DiBARciados» para que allí fueran todos los divorciados de la ciudad a encontrar el nuevo amor. Ambientado con papeles de divorcio, canciones de los 80 y sacos en la entrada que pongan: «aquí dejo mi mochila» donde dejar todas las frustraciones de las relaciones que no funcionaron. Es la nueva moda y la noche ha dejado de ser exclusiva de la juventud, la noche es de todos. Excepto de los pobres abuelos, que se quedan con los críos; pero esto es tema para otro día.
Siempre hay una frase del post que me pone difícil no reirme sola delante del ordenador -para que la gente piense que soy normal-, y en este caso es «guarda esa camiseta Fruit of the loom del 95 con la que lo petabas con las chavalitas antes de que lo que pete sea la camiseta». Me ha matado.
Yo recuerdo una vez que nos quiso sacar a bailar un señor mayor (digámoslo así) cuando tenía 17 años (hay que señalar que a esa edad el grupo de edad al que etiquetaba como «señores mayores» era más amplio) y nos escaqueamos como pudimos. Pero al menos este pidió permiso jajajaja. Eso si, la cara de una amiga que estaba fuera del radio de acción del tipo no tenía precio. Vamos, que llega a ser ella la víctima y se va corriendo directamente.
Luego no me han pasado más cosas de esas, salvo moscones muy perjudicados que me encuentro de vez en cuando (y esos son de todas las edades xD)
Muchas gracias jajajaa Me alegro que te hayas reído :P Aunque te tomen por loca. Mucho ojo con los señores mayores salidos perjudicados que acechan en cualquier lugar, ejem. (mirar comentario spammer de más abajo, ejem).
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