Las croquetas caseras de los restaurantes son caras de cojones

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No sé si por el tema de la crisis eterna que estamos viviendo o porque un día sin querer tragué un poco de champú, veo burbujas por todas partes. La cuestión es que hay un tema que me preocupa mucho por el devenir de nuestro país. Uno de los indicadores más utilizados en el mundo para saber cómo está la economía de un estado es el Big Mac Índex. Este índice marca según el precio de la famosa hamburguesa del restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme la calidad de vida de un país. Pues bien, yo voto por hacer el Croquet Índex porque la cosa se nos está yendo de madre. Hay una burbuja en el mundo croquetil porque el precio de la unidad está subiendo a pasos agigantados: ¡está ya a dos eurazos!

¡Compre! ¡Compre croquetas! ¡Siempre sube! Si os fijáis bien, en poco tiempo veréis como los Compro Oro que siguen poblando las ciudades españolas terminarán llamándose «Compro Cocretas», «Compro Cocletas» o «Compro Croquetas». Porque cada uno las escribe como le da la gana, pero para poner el precio se ponen siempre de acuerdo. Como las eléctricas o las telefónicas al poner las tarifas, el lobby de restaurantes ha decidido aumentar paulatinamente el precio del plato de croquetas. Y lo hace por tu bien: para que no te empaches. Una croqueta por persona. Saboreadla. Hacedla durar en la boca. Alcanzad el tantra, la sublimación del karma y el orgasmo del paladar antes de tragar. En las cenas de la clase alta ya no se lleva el caviar, ahora todo son croquetas caseras.

¿Pero son realmente caseras eso que nos venden a precio de diamante? Aprovechando los precios de la burbuja muchos restaurantes nos venden croquetas congeladas a precio de caseras y eso sí que no puede ser. O mal hechas, que quedan congeladas por dentro y las comemos cristalizadas. Y que no nos vendan la película de la croqueta deconstruída. Ferrán Adrià jamás dejaría una croqueta a medio cocer. Como mucho la chafaría, la convertiría en espuma y la convertiría en yogur de croquét; pero estaría bien hecha. Así pues, recomendamos encarecidamente desde El mundo está loco que vayáis a los restaurantes con un tasador croquetil que os indique si os están dando gato por liebre o la croqueta bien vale vuestro dinero. El tasador croquetil es una profesión con futuro, que lo sepáis.

Proponemos pues que en la medida de lo posible cambiéis vuestros euros por croquetas que al cambio salen mucho mejor y en el congelador no miran los ladrones. Teniendo en cuenta la calidad de las croquetas de mi madre estoy pensando en encadenarla en la cocina, por su propia voluntad, claro; y ponerla a hacer croquetas non-stop durante todo el día. En poco tiempo habremos acumulado croquetas como para hacer un tesoro y nos podremos forrar a base de bien gracias a una burbuja financiera y al esclavismo casero. Casi como una potencia económica emergente, fíjate. Y la próxima vez que vayáis a un restaurante y os digan que son croquetas de la casa a uno de estos precios demenciales preguntadles: ¿De la casa? ¿De la casa… Real? Puede que sea así…

Post surgido desde las entrañas de Twitter y acompañado de algunos chistes de mi compañero Zonip.

4 Respuestas

  1. Ene dice:

    Para poder vender una amable variedad de croquetas caseras y que éstas nunca falten de la carta, tienes que trabajarlas de antemano y para mantenerlas, congelarlas. El hecho de encontrarse un corazón de croqueta congelado, no quiere decir que no sea casera, sino que el que los fríe tiene muy mala mano.
    Por otro lado te invito a hacer el escandallo de una croqueta casera, verás que si son buenos ingredientes y le sumas aceites para freír, energías para conservar, local, permisos legales para poder trabajar…y tiempo empleado…te aseguro que quedarás asombrado del bajo margen de beneficio.
    En mi opinion un café, una copa, o un zumo, podrían ser mejores protagonistas para este escrito.
    Aunque tienes gracia joio, y entiendo que la crítica es, a que te den gato por liebre…cuando es liebre por liebre ,en el caso de la croqueta casera perfecta siempre será poco y parecerá mucho.
    Un saludo

  2. morri dice:

    Muchas gracias por tu comentario. Si la verdad es que cuando hay tanto acuerdo entre restaurantes en el precio de las croquetas, algo debe de haber y no tiene por qué ser una conspiración de los poderes fácticos del Bar Pepe :P
    Pero sí, el problema es cuando te venden como casera una Hacendado. Ahí me duele en la cartera y en el alma.

  1. 20/02/2014

    Información Bitacoras.com

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  2. 30/10/2019

    […] hablo ya como una wedding planner y todo, ¿qué ha pasado conmigo? – es la elección del restaurante. Ante todo, no queremos que el bus de vuelta a casa tenga que hacer una parada en un McAuto. La […]

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