Mirar si te has dejado el gas encendido
Lo reconozco, soy una persona muy olvidadiza. O a veces creo que lo soy. Seguramente un psicólogo lo clasificaría como manía compulsiva, pero no puedo evitar volver al coche tras unos segundos caminando porque no me ha quedado muy claro si he cerrado o no. Y siempre he cerrado. Son esos momentos de lapsus de memoria que hacen que vuelva a ver si he la puerta de casa está bien cerrada, si el grifo no ha quedado echando un chorrito de agua o si me he dejado abierto el gas. Cosa que es bastante grave teniendo en cuenta que en casa no tengo gas.
Pero si lo tuviera, lo comprobaría constantemente. O tendría un canario en la cocina para comprobar que todo está en orden. Eso sí, el día que me lo encuentre muerto me pegaría un susto del copón. Estaría gritando por los balcones: ¡Gas! ¡Gas! ¡Hay un escape! ¡Corran a cubrirse! Aunque fuera una falsa alarma y el pájaro la hubiera espichado por cualquier otro motivo. Como un pez de pecera cualquiera. Así que mejor no usar este tipo de métodos tan poco fiables y usar un detector de gas de verdad en caso de necesidad. Por mucho que digan que el gas huele muy fuerte y es fácil de detectar, ¿alguien lo ha olido antes para diferenciarlo de, qué sé yo, el olor a lentejas pasadas?
Yo no lo sabría distinguir. A veces los vecinos están haciendo algún tipo de fritanga extraña y huele raro todo el portal; y no sabes si tienes que llamar a los bomberos ya o esperar a que explote algo. Sin más remedio tu cabeza se puede llenar de paranoia y empiezas a oler más fuerte para ver si detectas qué es. Como si fueras un rastreador o algo. Pero no, eres una persona normal y corriente con un sentido del olfato más bien escaso. Que el día que te confundas y te pongas a oler así en casa de tu vecino el fan del reggae vas a pasarte media tarde con la risa floja. «Es que era el gas de la risa» YA.
Eso sí, es siempre recomendable que si tienes gas en casa hacerle las revisiones correspondientes y vigilar no tener despistes. Confiar en tu olfato o en un canario bien entrenado no siempre es una buena opción. Además es cruel con los pobres canarios, que no tienen la culpa de que tengas la mente llena de pájaros y se te olviden las cosas.
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