Las ultramegacomilonas de Navidad


Este post había pensado hacerlo justo horas antes de que me diera un chungo barriguil de estos guapos que te hacen permanecer en casa, y en el water, más tiempo del deseado. Uno andaba con el estómago débil y se encuentra con que en casa se montan unas comidas de Navidad en las que después de unos minutos comiendo el bigote te sale rojo y se te pone cara de gamba.


Sí, y es que en toda casa que se precie la Navidad provoca no pocas comilonas en las que sale comida hasta de debajo de las piedras. Tú vas comiendo tan tranquilo y de repente ves como llega tu madre con un plato nuevo y no se queda comiendo, no. ¡Se vuelve a la cocina a preparar más cosas! ¡Como si no hubiera suficiente! ¿Pero no era esta una celebración religiosa? ¿No era pecado capital la gula? Que lo vi en Seven, yo creo que en el fondo quieren que acabemos como el gordo de Seven. Aunque la teoría más plausible que pensé mientras iban llegando platos como por arte de magia es que mi madre estaba contratada por algún grupo de caníbales del África central y pretendía cebarnos para sacar mejor precio. Por ahí estaba la cosa.


Sólo tenéis que ver la foto que ilustra el post, esa pica da miedo, y es real. Esos platos acumulados en el fregadero estaban llenos de comida, y de qué manera. Para haceros una idea, supongo que en cada una de vuestras casas recibistéis comida de una manera similar, así que vayamos a desmenuzar el menú.


Para empezar salí de mi habitación y llegué al comedor, y ¿qué ves? Un platito con queso, otro platito con jamón, otro con varios embutidos, otro con carne mechada y una gran bandeja con ensaladilla rusa. No está mal para ocho personas que van a comer, digamos que sería el preaperitivo. Vas comiendo poco a poco y de repente aparece una gran bandeja más grande que la de la ensaladilla rusa portando gambas a la plancha. Los ojos de los comensales se entrecruzan y se lanzan a por ellas pringando todo. ¡Comed no vayan a terminarse! Cuando parece que van a acabar como si de un efecto de magia digno de Copperfield aparece una mano con un platito con más gambas que saltan a la bandeja gráciles y calentitas ellas. ¡Comedme! Gritan todas al unísono. Es lo que tienen las gambas asadas, que hablan.


Con eso cualquiera estaría lleno, pero en Navidad no. Es como las barbacoas, la gente come por inercia aunque ya no haya hambre. Así pues, aparecen los platitos de chipirones fritos. Nada, un par de platos que junto a las gambas conformarían lo que sería ya el aperitivo. Los platos de chipirones también tenían el don de autoregenerarse en cuanto que se terminaban rellenándose de forma totalmente automática. Debió ser este el milagro de los panes y los chipirones. Pero las madres nunca están conformes con eso, y nos debió ver con cara de hambre. Dicho y hecho, vino con una cazuela repleta de mejillones y almejas a la marinera, lo llamado post-aperitivo para que acabáramos de abrir boca.


Sí, porque después del pre-aperitivo, aperitivo y post-aperitivo venía el primer plato. Nada, una comida ligerita para pasar lo que resta del día de la Navidad como personas normales y no como gorrinos cebados. Pero en fin, trajo canelones. Con su bechamel y sus cositas ligeritas para nuestros estómagos vacíos. Por si había hambre había segundo plato, pollo con escamarlanes. Todo el mundo saltó a por ese segundo plato hambrientos todos después de un aperitivo tan corto y suave. Hay veces que la abundancia de comida puede ser una tortura de lo más sádica.


Pero esto no termina aquí, ya que una comida de Navidad siempre ha de tener postre. No sé, un sorbete de limón o algo así suave… Pues no. Un pijama. Dices, ¡ostia! ¿Tanta hambre tenían en esa casa que frieron sus trajes de dormir? ¡No! Ni eso ni los albornoces, el pijama es un postre llamado así por alguna razón que no sé cual es. Pones piña y melocotón en almíbar, flan con nata por encima y helado de sabores y te sale un pijama. Si lo llegan a saber las costureras… Este postre es de lo más ligerito y ayuda mucho a acabar de digerir lo consumido anteriormente. Pero por si había un huequecito en alguna zona de nuestro estómago o del esófago ya puestos. En el último reducto de la garganta quedaba un espacio para un último bombón o trozo de turrón ya que aparecía una nueva bandeja con postres y frutos secos variados. ¡Nunca creí que en casa existieran tantas bandejas!


Y luego nos quejamos de las operaciones bikini. Navidad nos convierte en seres hambrientos y parece que se vaya a acabar el mundo de un día a otro y se acabe la comida. ¿No se podría espaciar un poco este tipo de manjares para poder disfrutarlos más y no verlos pasar por encima de la mesa dejándolos pasar porque no entra un trozo más ni con calzador? Qué desastre. Y ahora, a cuidar el estómago.


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8 Respuestas

  1. Cloe dice:

    felicidades por el blog

  2. Nissae dice:

    Aquí en Jijona, tenemos un problema. Un extraño pique entre familias.. donde cada una trae un turrón o más currado (prueba prueba este.. lo han hecho con almendras de no sequé, pues este está hecho a mano como se debe hacer..) y tres dias de maratón han provocado mis deseos de cambiarme el estómago por una bolsa del erosky

  3. morri dice:

    Cloe: Gracias :)

    Nissae: Debe ser un problema allí con tanto turrón, y debe sobrar más que en ningún sitio. ¿Seguro que los ladrillos de las casas no son de turrón del duro de un año para otro?

  4. maerbale dice:

    jeje, qué razón tienes…ya «sólo» quedan la cena de Nochevieja y la comida de Año nuevo

    a todo esto, feliz navidad y buena entrada de año!

  5. ayame dice:

    A mi me dicen siempre mis colegas/familiares que soy la culpable de esos kilos de más en ellos!!

    Si les llevo cosas para comer porque se las llevo, y si no, pues porque no?!?!?! XDD

    Saludos! ^^

    ayame

  6. Laura dice:

    Jajaja, totalmente real el post! Al final se come por inercia… Despues de las navidades hemos acumulado suficiente grasa para invernar como los osos!

    Feliz navidad a todos!

  7. morri dice:

    Maerbale: Feliz Navidad y feliz año! Yo en nochevieja y año nuevo me cuidaré de comer poco, que hay que cuidar el estómago pobrecico.

    Ayame: Si es que vas provocando jajaj A ver si va a ser culpa tuya oye, si zampan es porque quieren. A no ser que uses la técnica del embudo.

    Laura: Pues casi, después de Navidad es cuando los presos hacen als huelgas de hambre, listos ellos. Feliz navidad :)

  1. 24/12/2016

    […] P.D: ¡Y feliz Navidad a todos! ¡Que disfrutéis de las comilonas! […]

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