Hábitos y tonterías del uso continuado del móvil

El móvil lleva ya un buen tiempo cambiando nuestros hábitos y nuestra forma de comportarnos por la calle. A pesar de que ciertas aseguradoras no pongan el teléfono móvil entre sus elementos a asegurar porque «es algo bastante nuevo». Supongo que los objetos que pueden robarte son simplemente telégrafos, tam-tam’s o piedráfono ya que aún no les ha dado tiempo a cambiar las pólizas en quince años. Pobrecicos. A pesar de todo ello, el móvil llegó para instalarse en nuestras vidas y vaya si lo ha hecho. Está por todas partes, lo usa prácticamente todo el mundo, hasta los abuelos…


Sí, es un espectáculo ver a esas personas mayores adaptarse a los tiempos modernos. Su primer hito es conseguir detectar cuál es su melodía. Parece fácil, pero por la calle podéis ver a muchos de esos seres mayores bailando y diciendo: «Anda, qué hilo musical ha puesto el ayuntamiento por la calle tan majo, aquiii estooyyy, borraaachooo y looocooo» Y aún no se han dado cuenta de que es su politono sonando desde hace media hora. Cuando por fin consiguen coger el teléfono parece que estén hablando con un yogur con cuerdas. «PACOOOOO, SIIII, TE OIGOO PERFECTAMEEENTEEEE» A Paco no sé si lo escucha bien, pero el pobre Paco está escuchando al hombre a sesenta kilómetros sin necesidad de teléfono. Qué portento de voz, si todos fueran como él la industria telefónica iría a pique. Y los otorrinos forrándose, por supuesto.


De todas formas, oir esto no es lo peor que te puede pasar cuando estás en algún lugar público. Hay gente que tiene la sensación de que es la mar de divertido escuchar una y otra vez todas las melodías que puede tener su nuevo móvil. Y lo hacen pasando una y otra vez la ronda de escuchas creando entre las personas cercanas unas ganas irrefrenables de enchufarle el móvil por el agujero de cagar y llamarlo durante horas para activar el modo vibrador. Son de esas cosas que sacan lo peor de cada uno.


Este tipo de seres abyectos también tienen la genial costumbre de ponerse uno de los juegos que trae el móvil como el burbujas antes llamado Pang, el naves antes conocido como Space Invaders o el solitario antes llamado Strip Poker con la música a todo trapo para que escuchemos ping ping ping ping todo el rato. Una goma elástica delante de los testículos del susodicho también haría ping ping ping si se estirara y soltara todo el rato. Que no jueguen con fuego.


Pero la costumbre más arraigada dentro del uso del móvil es la de los sms’s. Cuánto daño a la comunicación de las personas ha hecho el sms. Es un servicio la mar de útil para mandar cualquier información exacta, pero un ser del demonio en las manos equivocadas. Algunas personas deben de tener un cierto problema en las cuerdas vocales y un dedo gordo hiperdesarrollado para mandarse tantos mensajes en poco tiempo. Qué es eso de enviar un mensaje para decir: «¿K tal ayer la cnferncia? ¿K t xplicarn?» Vamos, el que consiga sintetizar una conferencia en un sms se le puede tildar de genio. Aunque vistas según qué conferencias de según qué personaje bastaría con un: «Un rollazo» A pesar de todo la gente se envia treinta mensajes seguidos cuando con una llamada de dos minutos hubieran dado por finalizada la conversación. Es como si tienes la oportunidad de hablar con alguien en un bar, estáis sentados frente a frente y no paráis de escribiros notas en servilletas de papel. Un poco de practicidad… Yo he conocido a un par de chicas que en cuestión de minutos me habían llenado la bandeja de entrada de sms’s, que el móvil ya mandaba mensajes en plan: «Bandeja llena, plasta, plasta, plasta, error, error»


Lo mejor es sin duda la capacidad de ciertas personas para conseguir mandar un mensaje sin ninguna vocal. ¿Para qué queremos las vocales? Si las consonantes tienen una capacidad de expresión sin parangón alguno. Eso sí, más de una discusión de pareja ha sido provocada por la graaan capacidad de expresión de las consonantes. Ejemplo claro, ese novio que cuenta la noche anterior en la que se fue de cena con sus amigos: «M cm td l pll y stb my bn» Ni una vocal. Esa novia celosa ¿qué lee? Pues: «Me comió toda la polla y estaba muy buena» La realidad era otra: «Me comí todo el pollo y estaba muy bueno» Pero el daño estaba hecho y Gente necesitaba noticias para el día siguiente…


El móvil además ha conseguido que ya no sea necesario tener memoria. Desde que aparecieron las notas de aviso ya no hay que acordarse de nada, ya no cuesta ser el primero en felicitarle a alguien el cumpleaños, ya no se te olvida ir al médico ni siquiera el nombre de tu novia. Algunos estudios de estos chorras de universidades canadienses que tanto quiero dicen que esto nos está haciendo perder memoria, pero nada más lejos de la realidad, hemos ganado en memoria, ahora tenemos dos, la nuestra y la del móvil. Por cambiar ha cambiado hasta los hábitos de ciertos hombres salidos. Ya no hace falta que se compren revistas porno, con comprarse una cualquiera y mirar los anuncios de fondos y politonos tienen tetas de sobras para pasar el rato. En la época de internet y las películas de alta definición la gente se pone con minifotos en anuncios. Pero bueno, si en la época del aumento de los juegos en 3D triunfó el juego de la serpiente todo podía pasar…


Además con los móviles de ahora podemos ver hasta la tele, hacer fotos y grabar video. Y aún más, ¡hasta podemos hablar por teléfono! Por si alguien se había olvidado ya que se pensaba que el botón de llamar sólo servía para hacer llamadas perdidas. Que más de uno aún anda jiñado por un posible cobro de las compañías de los apodados rings o tonos. A esa persona que me mandó un mensaje cuyo inicio fue abril del 2004, que lo sepa, que no, que el mes que viene no empezarán a cobrar las llamadas perdidas. Ni dejan jeringuillas con la punta para arriba en la playa.


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