La ropa para perros

Como os habréis dado cuenta todos, sobre todo la gente que me lee desde el hemisferio norte, ha llegado el frío. ¡Coño! Diréis al unísono. ¡No me había dado cuenta! Había algún incauto que aún salía a la calle en manga corta y pantalones cortos y no era guiri. Pues que lo sepa, ya hace frío. La gente empieza a abrigarse porque hay peligro de constipados y el moqueo abunda allá donde fueres. El otro día ví una chica que se le cayó tanto un moco que se le quedó enganchado a la suela del zapato y se cayó al suelo. Ni que decir que para deshacerla de la maraña moquil tuvieron que llamar a los bomberos… En fin, una locura.


Pues bien, no sólo los humanos hemos de resguardarnos del frío, también hay otros seres vivos que se tapan sus vergüenzas cuando el frío hace acto de presencia. Dirás: «¿Cómo? Yo nunca he visto a un perro comprando en el Corte Inglés Moda Canina Planta 6». No, aún no, pero todo llegará. Por ahora son capaces nada más con un pequeño chasquido de dientes y un ligero ladrido influir en sus débiles dueños para que les compren el último polar último ladrido en las revistas de tendencias caninas. La Canopolitan está llena de artículos de estos, y los perros los leen. Para que luego digan que los perros no saben leer, que tienen poco vocabulario… En fin, injurias y falacias infundidas por la comunidad gatuna…


Total, que los dueños totalmente influidos por los deseos perrunos se lanzan a las plantas de moda de los mejores centros comerciales para conseguir esos complementos perfectos para la vida de un perro. Y pensarás: «¿Los perros no tienen pelo de por sí?» Aahh, y los humanos también ¿verdad? ¿Y a que nos ponemos gorro? Pues lo mismo para los perros, necesitan urgentemente esos gorritos de lana y esos jerseys tan bien puestecitos que creo que si los perros tuvieran abuela se las harían ellas mismas haciendo punto de cruz y ganchillo canino. Es todo un espectáculo ver a una perra haciendo ganchillo, parece que no, pero buscad en el Youtube, seguro que hay algo así colgado…



Y ahí es donde se ven esas maravillas de la moda que son los perros vestiditos con ropitas. Veis a esos dueños altivos con la cara de satisfacción de hacer una labor social. «Hoy mi perro no pasa frío«. Son de esos que ven al perro tiritar y le dicen: «Tranquilo, ya te dejo yo mi chaqueta». Y van con la camisa pasando frío por la calle mientras el perro anda todo feliz arrastrando la chaqueta Armani. ¡Viva la solidaridad! Luego además, están los trajes de tutús y cosas por el estilo para perros, pero eso ya no tiene nada que ver con el frío, ya lo hacen por su bien estético. ¿Qué sería de un caniche sin su tutú? ¡Habráse visto!


La verdad es que es abrumadora la situación en cuanto ves un perro con ropa por la calle. Bueno, en caso de que por casa no la lleven, que a lo mejor se considera escándalo público que se pasee un perro desnudo por la casa. ¡Qué opinarán los vecinos! Y es más, hay quien instala calefacción en la caseta del can. Con termostato perruno en el que el perro va modificando cuanto quiere. Hay algunos que se lo ponen en modo sauna y acaban achicharrados, pero bueno, a veces el destino es caprichoso. Un día tienes frío, y al otro te has hecho agua.


A lo que iba, ¿quién no ha visto nunca un perro por la calle con ropa? Mucha gente supongo, o espero. Pero, a ver. Pensemos durante un instante. ¿Quién de vosotros es capaz de aguantar más de 5 segundos la risa al ver a un perro vestido? A ver si tiene huevos de levantar la mano. Yo he vivido esa situación límite de ver pasar el perro vestidito con su trajecito y no poder mirar la cara al dueño, porque si se la miras, acabas descojonándote en el suelo y al final te echa monedas la gente y todo. Y lo que es peor, puedes herir sus sentimientos…


Pero eso sí. Es una realidad. Cada día hay más perros con ropa y la moda canina es un fenómeno en auge. Así que si tenéis perro ya sabéis, a comprarle trapitos que llega el frío más duro y a ver si no van a poder salir a hacer sus necesidades a la calle porque se congelan por el camino. Mucho cuidado con eso… Recuerda. Él no lo haría.