Objetos míticos: Los plastidecor

Vuelvo con la serie objetos míticos después del post de la BH California. Y es que echando una partidilla al Pro Evolution Soccer 4 en casa de un amigo, he visto una caja de plastidecor en la mesa de su casa y me he dicho: «Esto sí que es un objeto mítico». Por cierto, hablando del Pro 4, qué juego, qué vicio. Eso sí, ya mismo sale el Pro Evolution 5, vete a saber como es…


A lo que iba, a los plastidecor. ¿Quién no recuerda estos míticos lápices de colores? ¿Quién no tuvo unos cuando fue un chaval pequeño? ¿Y quién no recuerda aquella fabulosa canción de la tele? Yo nadamás ver los plastidecor me he puesto a cantar: «Plastidecooorr, no se rompe, se puede borrar, no te ensuciaaa, ¡¡uuuuH!!» Era una canción promocional que la verdad sea dicha, mentía.


Bueno, en parte. Ensuciarte no te ensuciabas con los plastidecor, era lo mejor que tenían porque los niños teníamos una facilidad extrema para ponernos perdidos a la mínima. Si no, recordad las ceras que nos hacían comprar en el colegio cada año, esos colores que usábamos dos o tres veces al año, si llegaba y que costaban una pasta. Además, te ponías perdido hasta las cejas con las ceras. Sin embargo, los plastidecor eran de lo más limpio. Ya podías intentar pintarrajearte tu propio cuerpo que no conseguirías enmerdarte, y eso era positivo.


Pero eso sí, te decían que no se rompían. ¡Mentira podrida! ¿Cómo que no se rompían? Ni que fueran ultra-elásticos. Hasta un niño de 4 años era capaz de cogerlo en dos y partirlo. Claro que se rompían, y se rompen. ¡Es publicidad engañosa! Si es que… Ahora que está de moda esto de denunciar cualquier cosa que nos venga en gana, podríamos denunciar a Plastidecor y que nos devolviesen el dinero que nos gastamos de pequeño porque en realidad, se nos rompieron plastidecor. Y porque decían que se podía borrar.


¿Se podía borrar? Sí, pero dejándote el brazo entero. Habían niños en clase que habían desarrollado unos bíceps en el brazo derecho… Y aún no había llegado la pubertad ¡eh! Que luego la gente es malpensada. Era porque los niños se dedicaban a borrar a saco para conseguir que en vez de verde fuerte se viese verde flojito. Que esa es otra, ¿los colores tienen fuerza? ¿No serían verde oscuro y verde claro? ¿Por qué eran fuertes y flojos? Que alguien me saque de dudas…


Una cosa que me recuerda también a las famosas gomas de borrar boli. Que decían, borra el boli, pero como oí en algún monólogo, ahora no sé de quien; no sólo borraba el boli, sino que borraba el boli, el folio, la mesa y hasta el suelo si hacía falta. ¡Qué gomas! ¡Aquello eran estropajos de cocina! Para borrar el boli dejabas todo el papel arrugado que ya no se veía nada. Y ahí fue cuando descubrimos los tachones y la mala letra.


Bueno, sigamos con los plastidecor. El caso es que también decían que no eran tóxicos. Vamos que te los podías meter en la boca que no pasaba nada. Eso se pensaba Pepito de mi clase, que se metió un plastidecor en la boca y lo tuvimos que llevar al hospital… No es que fuera tóxico, los plastidecors eran inocuos. Pero eso sí, se lo metió entero y el chico se atragantó. Vaya susto, blanco estaba el pobre…


Para que veáis que los plastidecor eran peligrosos también. En definitiva, fueron unos utensilios para dibujar y pintar bastante útiles que usamos todos los niños, y creo que aún los siguen usando… No pasa el tiempo para ellos.


P.D: Hace un año… [75 aniversario del Crack del 29] Uno de los pocos posts culturales de este blog.