Los resfriados

¡Ha llegado el invierno! Ya está aquí, bueno, hace días que ya está entre nosotros pero estos últimos está siendo más palpable. Y es que hasta hace dos semanas prácticamente hacía calor, calor de manga corta, y hemos pasado rápidamente de ir en manga corta, sobretodo en Barcelona, que con la contaminación y eso hace más calor; a ir con el abrigo abrochado hasta arriba.



¿Y qué es lo que pasa? Pues que llegan los resfriados, ya empiezas a ver a la gente esnifar cada dos por tres, y no es que se estén drogando, es que «dienen bogcos» y tienen que hacer algo para que no se caigan. Sí, digo «dienen bogcos» porque nadie que tenga mocos lo dice con todas las letras, normalmente cuando alguien tiene la nariz llena hasta los bordes de petroleo dice siempre: «Dengo bocgos». Con la consiguiente risa del que le está escuchando el cual repite su frase con socarronería cuando probablemente sea él el próximo en caer.



Quien más quien menos se resfría en estas épocas, y quien no se resfria por propios méritos se lo pega alguien, ese alguien que dice siempre:



– A mi me da igual tener 39 de fiebre, yo voy a clase (o a trabajar en su defecto) igualmente. ¡Como un macho!



Sí, sí, como un machote, pero luego vas pegando el resfriado a todo el que pasa por el lado tuyo, ¡so mamón!



De todas formas, la gente mayor y los niños se preparan para esta época poniéndose la correspondiente vacuna de la gripe , que los demás no nos ponemos nunca como si no la fuéramos a pillar. Y luego nos resfriamos. Así que ya sabes, sino te quieres resfriar este invierno, vacúnate, y vacúnate también de los valientes que salen a la calle con el resfriado encima…