¿Hasta qué día se felicita el año nuevo?

En pleno marzo se te aparece Ramonchu y te sigue felicitando el año porque no te ha visto aún

Se acaba el año 2024, un año en el que he leído más que he escrito, todo sea dicho. Desde que soy padre es la primera vez que consigo leer tres libros y cuarto en un año natural. El cuarto de libro no es que haya ido a una carnicería americana y haya masculinizado sus extrañas medidas para pesar hamburguesas, si no que empecé uno que me pareció tan malo que no pude evitar abandonarlo a su suerte. Que se buscara la vida en el trastero. Esa novela la escribo yo, sin contactos en la industria, y me tiran a mí y al libro por un barranco cuesta abajo atado a una cabra montesa puesta de speed. Pero no hablemos de lo malo, si no de lo bueno: he leído. Problema: que no he escrito. Tengo el blog más abandonado que el desodorante de una mofeta. Así estamos, que ya ni metaforillas chistosas sé hacer.

El caso es que me gusta escribir por Navidad. El espíritu navideño me invade y siento la necesidad de aprovechar los ratitos que me dejan las vacaciones para deciros unas palabras y felicitaros el año nuevo. Suelo tener vacaciones en Navidad, pero hoy en día consisten en ir a comprar la comida y comer en familia. Y así sucesivamente. Comprar, comer, comprar, comer. Correr a buscar regalos a última hora y hacer cola es otro de mis deportes favoritos en estas entrañables vacaciones. Pero estuve un fin de semana en Port Aventura un par de semanas antes de Navidad. Hacer cola ya forma parte de mi hábito natural. ¿Existe gente que disfrute esperando en una fila de personas? Esa gente gozaría un fin de semana en un parque temático.

Total, que me enrollo, para un día que escribo me vengo arriba. La pregunta del post de hoy es muy pertinente en estos días venideros. Nunca sé hasta qué día hay que felicitar el año nuevo ni tampoco desde cuando. Hay gente que cuando se va de vacaciones del trabajo te felicita el año nuevo, pero claro, si te vas el día 15 puede considerarse recochineo, ¿no? «Eh, venga, hasta el año que viene, feliz año nuevo» «¿Qué dice este si estamos en septiembre?» «Ya, pero nació su hija ayer». Claro, pillas el permiso de paternidad en septiembre y ya empiezas a felicitar el año a la gente. Y la gente te odia. Te odia porque no sabe que hasta dentro de siete años no volverás a dormir una noche del tirón, pero te odia al fin y al cabo.

Otros se tiran felicitando el año nuevo durante semanas si no te ven. La regla no escrita es un poco así: si después de fin de año no te veo en las próximas dos semanas, te felicito el año nuevo. «Eh, que no nos hemos visto». ¿Pero y si es gente que no conoces? ¿También le felicitas el año el primer día que las ves? Estás en plena Semana Santa y te presentan a amigos de tus amigos y les dices: «Ey, qué tal, encantado, feliz año eh, que no nos habíamos visto este año» «Bueno, no nos habíamos visto. A secas. No te conocía y preferiría rebobinar este momento de mi vida». Es que llega un momento en que puedes terminar empalmando el felicitar el año nuevo 2025 con el 2026 si llegas a agosto sin ver a una persona, le felicitas el año nuevo y a la vez por si no lo vuelves a ver hasta el año que viene, le felicitas el 2026. Así se saluda la gente que se hacen colegas en el camping del verano, imagino.

En definitiva, no tengo claro hasta que día os tengo que felicitar el año nuevo. Por si acaso, hoy, os felicito a todos la Navidad, aunque ya haya pasado; cuidado con los turrones Chuck Norris y con los cuñados que os digan que el año que viene no se puede felicitar fácilmente porque viene con premio. Aunque hoy en día los jóvenes dicen PEC: «¡Feliz 2025!» «¡PEC!» Y los pobres boomers y millenials ya no entendemos la mitad. En definitiva: ¡Que tengáis muy muy muy feliz 2025!

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