Los silencios incómodos

Hay un proverbio árabe que dice: «No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio» O traducido en lenguaje coloquial: «No digas gilipolleces tontolaba y cállate un rato antes de que te sellemos la boca con SuperGlue». Pero a veces pasa que cualquier gilipollez mejora el silencio porque éste puede crear una situación tan tensa como los calzoncillos de Nacho Vidal en la mansión Playboy. Los silencios incómodos son siempre los más difíciles de rellenar, y las posibilidades de decir una cagada en uno de ellos se multiplica por mil. También son difíciles de evitar, así que lo mejor será saber cuales son para tenerlos bien controlados. O bien para bailar una sevillana justo en ese momento, que siempre ayuda a romper el hielo.


El deporte nacional español es criticar. Ni fútbol ni leches. Si hubiera campeonatos mundiales de critiqueo (palabra que me invento ahora mismo) ganaríamos por goleada. Cualquier grupo de amigos, oficina, vecindario de este país es capaz de dejar a otra persona hecha unos trapos en menos de dos segundos. Y la cosa suele ir así:

(Estamos en la oficina de Fansdesálvame Corporation. Los compañeros toman el café de la tarde en una sala acondicionada. Mari, Puri y Manuel están en la sala. Pepe no está. ¿A quién criticarán?) 
Pepe es un capullo y un ladrón. Pues no va y le roba el boli a Paqui en su cara.
Y encima chupó la capucha y dijo: «El que lo chupa se lo queda»
Lo que no sabe es para qué usaba el boli Paqui antes… – que critiquen a Pepe no significa que no se salve cualquier otra persona de la oficina.
Qué asco.
Bah, pero el Pepe es un guar… (Entra Pepe en la sala)

…..

Silencio absoluto. Todo el mundo bebe su café a la vez. Se oyen ligeros carraspeos. 
¿Qué pasa? Hace un momento se os oía hablar animosamente. – termina diciendo Pepe -. ¿No estaríais hablando de mí, verdad? Je je je – Termina diciendo con sorna, sin saber que es la auténtica realidad.
Noooooooo hombre nooooo. – Contestan todos al unísono de forma bastante sospechosa. 

Pero el silencio ahí lo indica todo. Lo estaban poniendo a parir a viva voz. Es un silencio extrañamente parecido al que ocurre justo después de que digas algo que a todo el mundo le parece una burrada, pero nadie se atreve a replicar. Así que si dices algo y justo después se hace el silencio es que los demás están pensando alguna cosa chunga que no se atreven a decir. O eso, o son lentos de mente. Que todo puede ser. 

No todos los silencios son por cuestiones de críticas malvadas entre colegas o compañeros. También se producen, y muy a menudo, en citas entre chicos y chicas que aún no se han liado, pero en la que hay amplias posibilidades de que eso ocurra. Son los silencios llamados de tensión sexual no resuelta. La situación ocurre más o menos así:

(Acaban de decir algo más o menos gracioso)
Ji jijji 
Jajajja jaajja 
Ji jamalají jijiji
Jajajaja 
AaaiiiAaaiii (a la vez)

….

Silencio incómodo. Posiblemente en una situación así, en plan peliculero puede terminar dándose el caso de que para rellenar el silencio se terminen dando un beso con lengua bien sonoro mientras suena de fondo una canción clásica de Michael Bolton o algo así. En casos de suicidas del sexo pueden darse conversaciones como la que sigue.

Ay, qué callado te has quedado. – Termina diciendo la chica.
Sí, es que estaba pensando en cómo penetrarte de mil maneras distintas

¿Han oído como se ha rayado el disco de Bolton? Yo también. Ante un silencio incómodo jamás una frase así. La sinceridad está sobrevalorada.

Hay silencios incómodos que aparecen en lugares mucho más profesionales. Por ejemplo en una presentación con diapositivas. Al profesor se le puede olvidar el temario, empezar a perderse y quedarse un rato callado mirando la diapositiva, a ver qué leches estaba intentando decir cuando la preparó. Es en esos momentos cuando se arrepiente de haber copiado el PowerPoint que dejó colgado en la red un profe de una universidad extranjera . O puede ser peor aún. Ese director comercial de una empresa importante, que va a presentar las cuentas a los accionistas y de repente en mitad de la presentación aparece una mujer de generosos pechos fregando el capó de un coche sin usar ningún tipo de trapo. Silencio incómodo sí, pero solo para el que presenta. Los demás intentan contener la risa a duras penas.

Aún así, una situación como esa se puede solventar con algún chascarrillo ingenioso en el último momento: «Que quede claro que la empresa se toma esta presentación muy a pecho» o bien se puede seguir como si tal cosa: «Las curvas de la gráfica de negocio son claramente ascendentes…» Pero hay silencios que no se pueden intentar rellenar porque prometen empeorar todo hasta dimensiones incontrolables. Esto es: después de una discusión gorda de pareja. Horas tirándose los trastos a la cabeza. Insultos por doquier. Pues tu madre tiene bigote y a mí qué y lindezas similares. Hasta que se hace el silencio sepulcral. Los dos tirados en el sofá. Agotados. Sin mirarse a la cara.

Ante todo. No intente llenar el silencio.

No.

Pero sí. Lo hace.

Bueno, pero entonces, ¿follamos? – suicidas del sexo, en todas partes.
¡¡¡¡¡Pero cómo puedes hablar de eso justo en este momento!!!!! ¡¡¡¡Siempre pensando en lo mismo!!!! ¡¡¡Eres tan guarro como tu padre!!! 

Y mientras ella chilla indignada, él la mira sonriente porque ha conseguido su objetivo y piensa: «Joder, menos mal, me estaba matando este silencio…»

2 Respuestas

  1. 28/01/2013

    […] de traumas. Así que ojo con ver según qué pelis con vuestros padres o con vuestros hijos. Las situaciones incómodas y de carraspeo continuo pueden acabar con parálisis faciales después de pasar tanto rato sin […]

  2. 30/03/2015

    […] Hay 30 personas, sin embargo, que no han tenido este problema nunca y es posible que no lo tengan en cierto tiempo. Porque no han tenido pareja, así que como deberes para los próximos meses ya sabéis: echaros novia o novio y luego dejadlo. No en una cuneta, que eso está feo. A ver qué pasa con el Facebook. No servirá de mucho para esta web porque ya no estará la encuesta y no la voy a repetir para vosotros, pero como experiencia vital ya es. Porque os podríais convertir en uno de estos 28 que mantienen a sus ex-parejas ahí conectaditas para poder chafardear qué es lo que hacen. Saber si les va bien, si les va mal o para poder comentar con sus amigos lo vieja que se está poniendo desde que lo dejasteis. Ay, el critiqueo. […]

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