Secarse las manos en un lavabo público

porque saben que tienes para rato
Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos regado al señor Roca o liberado al monstruo que todos llevamos dentro en un lavabo público. Una vez realizada alguna de estas escatológicas tareas, nos hemos lavado las manos. ¿Todos? Puede que no. Que a veces sale alguien de dentro de una taza… Bueno, del habitáculo, no de dentro en sí, que no estamos en Trainspotting. Total, sale alguno con el papel de water colgando del pantalón y ni se lava las manos ni nada. Luego se encuentra a un colega y le da la mano: «¡Qué pasa tío!» «Ostras, tienes las manos mojadas» «Sí, es que acabo de salir del lavabo» Y el pobre incauto piensa que es agua.
Porque lo normal al salir de un lavabo es tener las manos mojadas porque no hay nadie que tenga los santos huevos de secárselas en condiciones. Es el sino. En tu casa tienes tu toalla, pero si en un lavabo público ponen una no es lo mismo exactamente. Yo fui una vez a un bar donde tenían una toalla en el lavabo. Fui a secarme las manos y me mordió. En serio, me mordió. Peor fue un amigo mío que se lavó la cara y ahora le llamamos El Portugués. Le tuvimos que hacer un par de agujeritos en los ojos y en la boca para que pudiera seguir su vida, eso sí, como un toallero andante.

Pero sin duda el elemento secante de un lavabo público más interesante es el secador de manos eléctrico. ¿Alguien, alguna vez, ha conseguido secarse las manos con ellos? Pones las manos debajo y ves pasar el tiempo. Esos secadores no secan, lo único que hacen es empujar las gotas. Y terminas viéndote a ti mismo animándolas: «Vaaamos, hacia fuera de la mano, sí, venga que puedes, ¡ánimos! La gota de la izquierda adelanta a la de la derecha y síiiii, ¡casi secado!» Pero sales igual: con las manos mojadas.
Porque para colmo hay dos tipos de secadores de manos eléctricos: los de botón y los que detectan tu presencia.


¿Queda, pues, algún reducto de esperanza para poder salir de un lavabo público con las manos secas? Pues sí. Se puede. Gracias al papel de water. No el que has lanzado sucio dentro de la taza, eso no sería muy adecuado. El rollo de papel de water es la salvación total a la hora de secarse las manos. Seca, hay rollo casi siempre y con suficiente cantidad para que no te queden las manos mojadas. Hay un ligero problema: a veces se pueden quedar trozos de papel pegados a la mano y terminas saliendo fuera con ellos. Con lo cual no sabes si es peor saludar a alguien con la mano mojada y que te mire con desconfianza, o saludar a alguien, dejarle el papel de water pegado en la mano y no te salude nunca más.
Por eso, al final, todo el mundo sale con las manos mojadas del lavabo.
1 respuesta
[…] detección automática de movimiento terminan conteniendo más gotas en la tapa del water que los lavabos con luz con interruptor convencional. Al parecer, el hecho de que la luz se apague en un momento […]