Tipos de concursantes de reality


Que la providencia me libre de ver algún reality actualmente. ¡Que me libre! ¡Que me aspen si veo alguno! Pero hubo una época, en los inicios del mundo granhermanil que yo, lo confieso, llegué a ver realitys. La moda, la novedad, la sorpresa, el tiempo libre, la falta de criterio… Esas cosas que pasan me hicieron ver realitys como Gran Hermano. Todo eso, quieras que no, te da un bagaje y una cultura que no tiene parangón, y te permite, entre otras cosas, hacer un post como este desglosando los tipos de personaje de un reality.


Sí, uno puede pensar que al fin y al cabo para un reality cogen en los castings un poco de cada casa y en general está representado algún tipo de persona que puede existir en la calle. Es decir, hacer una clasificación de tipos de personas realityseras sería poco más como clasificar el mundo. ¡Pues no! Esta clasificación versa sobre los distintos tipos de concursantes según su comportamiento. Últimamente no los veo, pero así a bote pronto mirándolos de refilón se podrían clasificar en macarras, putones y una enana. Antes había más diversidad, aunque no había enanas, y la cosa podría estar formada con estos tipos de personaje. Allá vamos.


El sincero: Esta persona repite miles de veces que es auténtica de verdad y sobre todo es… Sincera. Se les llena la boca con la sinceridad, que si soy sincero por aquí, si soy sincero por allá. Pero es una excusa para decir que son los más hijos de piii. Sí, pongo el pitido porque antes lo ponían cuando iban a decir palabrotas, por lo de que no les llamaran telebasura y tal. Con un pitido ya son televisión de calidad, ¡dónde va a parar! Total, que los que se autodenominan sinceros son los que entendieron mal la palabra y se piensan que ser sincero significa decirles a todos que son imbéciles a la mínima que tiene la ocasión. ¿Por qué nadie cuando te dice que va a ser sincero te dice algo bueno?


El que llora: Siempre hay uno que llora. Por lo que sea. Se va la Paqui. A llorar. Le traen un famoso a la casa. A llorar. Pela una cebolla. A llorar. Le avisan que se muere su abuelo. Pide más cigarros. Son así, son raros, son concursantes de reality. La tendencia a llorar de esta gente no se acaba de comprender, ¿son así en sus casas? ¿Le pegaron tanto al nacer que aún sigue llorando? Los propios compañeros aún no les comprenden y en la organización quieren echarlo para que no gaste más dinero en kleenex. El máximo exponente de este caso fue Bustamante en el primer Operación Triunfo. Lloraba hasta por lo más absurdo.


El que se lo toma en serio: Estas personas se toman demasiado en serio el programa. Las pruebas, las afrentas de los compañeros, las nominaciones… Todo le parece importantísimo y lucha por cada logro de la casa con uñas y dientes. Se pone en plan líder, intenta que todo el mundo trabaje y cuando se da cuenta de que está rodeado de vagos que solo están ahí para pasar vacaciones pagadas esperando a que les llamen de otro programa de Telecinco para pelearse entre ellos, se deprime. Cae en el absoluto autodesprecio y termina siendo echado de la casa sin pena ni gloria y sin que ni siquiera el llorón le dedique unas lágrimas.


El que canta: En todo reality hay un tío o tía que canta. Sí, en Operación Triunfo todos cantan. Pero en los demás qué. ¿Es necesario? No, no lo es. Pero tiene que haber un cantante frustrado que siente que El Bus es su última oportunidad. O Academia de Actores. Aquél programa en el que aún los chavales están dentro actuando esperando ser los próximos Bardemes y Penelopeses. Llevan ocho años allí y todavía nadie les ha dicho que el programa se canceló a mitad. Pues bien, los cantarines de realitys donde no toca cantar dan la brasa todo el día y tienen a sus compañeros hartitos. Terminan siendo ignorados después de pedir a la organización tapones para los oídos.


El que se enamora perdidamente: Algunos concursantes de reality no van allí para ganar el concurso. Ni siquiera por el dinero. Van allí a ver si mojan. Con la tontería y la convivencia al final acaban liándose unos con otros y algunos se lo toman excesivamente en serio. Y se enamoran. Perdidamente además. ¿Qué pasa luego? Pues que hacen el ridículo delante de toda España. Gritan que quién me pone la pierna encima y que se van a casar y esas cosas. Cuando pasa el tiempo y se les va el enamoramiento pasajero suelen decir: «Es que… Es que… Dentro de la casa… Todo se magnifica» Todo se magnifica. Sí, concretamente sus huevos que de tanto tiempo sin mojar están como dos sandías.


El que todo el día mira a las cámaras: Muchos concursantes dicen que después de llevar unos días encerrados en la casa se les olvida que hay cámaras y ya van a sus anchas. Normalmente, los que más dicen eso son los que cuando estaban dentro más muecas hacían delante de ellas. Que si ahora me lavo los dientes haciendo el pino, que si ahora saludo a mi madre y a mi pueblo. Sobre todo al pueblo. Si hay algo importante a la hora de ganar un reality es tener a tu pueblo volcado contigo. Si eres de ciudad lo mejor es que te busques un pueblo ni muy pequeño ni muy grande y le hagas publicidad. «¡Viva Chiclana!» Pero si tú eres de Madrid, ¿qué haces gritando Chiclana? «Da igual, a ver si así me votan en el pueblo, que en Madrid la gente pasa». Y así todo el santo día delante de la cámara.


El fantasma y el putón: A estos los junto porque siempre acaban liándose. Uno es el típico fantasma de barrio, que va al gimnasio, está todo el día con bronceado rozando el cáncer de piel y lleva gafas de sol hasta para cagar. Es un prototipo granhermanístico muy importante y últimamente sólo hay de esos. O se transforman en fantasma nadamás entrar por la puerta. El putón también abunda actualmente. Antes se jugaba a adivinar quién sería la primera chica en salir en Interviú, ahora ya se sabe que la primera que salga, es la primera que sale en Interviú. Y así sucesivamente. A veces el putón verbenero suele ser un travesti que nadie sabe que lo es. Siempre llega el día en el que confiesa a sus compañeros y lo anuncian: «Hoy Sandra Sweet…» Que con ese nombre ya tendrían que sospechar… «Hoy, Sandra, anunciará que tiene un secreto que contaros» ¡Uy, vaya sorpresa! ¿Qué seráaa?


El que hace… ¡tachán! ESTRATEGIA: Uuuuhh, ¡fuera! ¡fuera! (silbidos, pañuelos blancos…) Sí, si hay una palabra tabú en los programas de reality, sobre todo en Gran Hermano, esta es la estrategia. ¡Oh! Parece mentira que un programa con tanto oligofrénico por metro cuadrado pudiera adoptar una palabra con tantas connotaciones intelectuales. Pero sí, ahí dentro hablan de estrategias. ¡Y pobre del que la haga! ¡No es sincero! Está… ¡Oh, Dios! ¡Está concursando! ¡Está concursando en un concurso! Será… Será… ¡Maldito concursante! Ya ves tú, quién lo diría que alguien que se mete dentro de una casa con tropecientas cámaras a compartirla con nueve o diez energúmenos más no lo hace por dinero. ¡Con lo que se magnifican los sentimientos hay dentro! Hay gente sin corazón…


El desapercibido: Esto podrían ser todos los concursantes de El Bus, pero no. En todo reality siempre hay uno en especial que pasa absolutamente desapercibido. Está en la casa y nadie lo ve. Siempre dura mucho dentro porque no se acuerdan a la hora de nominarlo. Cuando salen del confesionario y lo ven, se asustan y hasta se presentan. «Hola, yo Mario, ¿tú?» «Yo Jose, si estuvimos charlando ayer» «¿Ah, sí? No me acuerdo, bueno hola eh» Luego salen de la casa y hasta a la Mercedes Milà se le olvida entrevistarlos. Lo bueno que tienen es que después de pasar por ahí pueden volver a su vida normal como un concursante de Saber y Ganar cualquiera. Que ya te puedes tirar siete meses en Saber y Ganar que luego no te reconoce nadie.


El friki: Todos los realitys tienen un friki. Hotel Glam los tenía a todos allí juntitos. Suele ser el elemento excéntrico de la casa, no tiene por qué hacer nada en especial. Allí dentro, por ejemplo, un friki podría ser un catedrático o un ingeniero aeronáutico. Saldría por ejemplo el putón y le diría: «Peo que diiice el friki ette hablando raro, lo que hace falta es que haiga más cultura» Di que sí monada. Que la haiga. Aunque otras veces el friki es de verdad una persona fuera de lo común que hace cosas inimaginables. Como leer un libro y excentricidades de ese calibre.


Y esto es todo, que no es poco. La verdad es que los realitys dan para mucho, y sobre todo en nuestro país en el que tenemos récord de ediciones de Gran Hermano y de sus satélites. Es probable que me haya dejado algún tipo, pero lo que es seguro es que todos los que he mencionado aparecen en ellos. No tienen desperdicio, o tienen mucho.

1 respuesta

  1. 16/08/2014

    […] brava” hasta el comentario de la novia “VEN ACÁ PACÁ QUE FALTO YO”. La vida en directo, […]

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