La gente que sale detrás de las entrevistas a pie de calle


«Menoh má que me puse mi shanda de gala pa’ salí po la tele»

Si hay algún colectivo que tiene una profesión de riesgo estos son los periodistas a pie de calle. Nunca saben lo que les va a pasar mientras hacen alguno de sus reportajes. Últimamente están muy de moda en España con los programas de tarde como Está Pasando, o como dirían en SLQH: Podría estar pasando. Son esos reporteros que lo mismo te cubren un encierro con vaquillas que te hacen una entrevista a pie de calle sobre lo que opina la gente de la boda de la Duquesa de Alba. «¿Usted cree que el hombre que se iba a casar con ella lo hacía por amor?» «Por supuesto señorita, lo hacía por amor a los billetes» Valen para todo. Pero no voy a hablar de ellos, sino de los personajes que aparecen de fondo en todo reportaje. Son esas personas que gracias a la magia del directo y de que la calle es libre para todos, aparecen como espontáneos y dan esa salsa especial a las entrevistas a pie de calle.


Así pues, el mundo de las personas que se acercan a una cámara, no para ser entrevistados, sino para aparecer de fondo, es muy amplio. Parece una tontería, y efectivamente, lo es. Pero si no fuera por estas personas anónimas ¿cuántos momentos hilarantes televisivos nos habríamos perdido? Que no se hable más, pasemos a detectar los tipos de espontáneos que pueblan las entrevistas televisivas:


1. El que se asoma: Este personaje es uno de los más curiosos. Imaginaos que estáis como entrevistadores y de repente mientras hablas con otra persona notas cierto aliento en el cogote. Es un tío que está por ahí detrás, sacando los ojitos mirando a cámara tímidamente. Parece que mire como diciendo: «¿Habrá alguien ahí detrás? ¿Me verá mi mami? Qué curioso esto de las cámaras, la televisión, es… Maravilloso. La tecnología ooh» Es como si estuviera filosofando ensimismado en sus cosas mientras entrevistan. El reportero le mira con mirada asesina, pero ¿qué va a hacer? Están en directo.


2. El que saluda a la familia: Hay gente que por alguna razón les cuesta llamar por teléfono a su casa para saludar a sus padres o algún tío o tía. Pero cuando ven una cámara cerca allá que van a saludarles: «¡Saludoamipadremitiamihermana que me estarán viendo!» Y salen corriendo mientras el periodista se queda con cara de tonto mirando al infinito. «Estudiar una carrera para esto… Dió» Alguno le ha pasado que ha dicho: «Saludo a mi familia que me estará viendo detrás de la cámara» Y efectivamente, detrás de la cámara de televisión estaban todos sus hermanos esperando: «Ya tenía que hacer la gracia el niño» Y salen todos a saludar mientras el reportero está de fondo colgándose de un pino.


3. El que hace bromas al periodista: Por si no estuviera suficientemente puteado el reportero de a pie que va por la calle micrófono en mano pasando frío, hambre y calamidades… Además, aparece algún graciosete que le hace alguna broma. Si están en la nieve le tiran bolas de nieve… Si están en una fiesta mayor lo tiran al agua, le meten fuego o le bajan los pantalones dejando lo que no suena al aire. Todo vale en las bromas a los periodistas. Eso sí, no hay nada como ver el ejemplo de la nieve para darse cuenta de hasta donde llegan los espontáneos bromistas, y más si son niños:


4. El que se pasea varias veces por el fondo: Cada uno tiene sus métodos para ser protagonista en la televisión. Los hay que son muy sutiles y estos son los que se pasean por el fondo. Dan la vuelta una y otra vez como el que no quiere la cosa, como el que pasaba por allí de casualidad y mira de reojo la cámara. Cuando lo has visto pasar siete veces empiezas a sospechar que algo va mal. El periodista que además ve toda la vuelta puede empezar a supurar. «¿Por qué a mí señor? ¿Por qué a mí?» Alguno llega al súmum y para evitar dar la vuelta camina hacia delante y hacia atrás en la misma zona. Es como ver una muñeca de famosa en bucle infinito. Todo sea por tener su minuto de gloria en televisión.


5. El que protesta por algo: Una conexión en directo siempre es el momento perfecto para protestar por alguna cosa. Qué sé yo, el alcalde corrupto, la paz en el mundo, el presidente de la escalera… Cualquier cosa es digna para protestar. El problema es que mucha gente tiene tendencia a protestar en pelotas. Es un fenómeno curioso, si quieres quejarte de alguna injusticia social, despélotate. No falla. ¿Quién quiere buenos lemas cuando tiene un cimbel colgante? Así tu protesta sirve de mucho, saldrás en la tele; pero nadie se acordará de por qué protestabas. Sólo recordarán un pene haciendo el helicóptero y su mensaje quedará difuminado…


6. La turba enfurecida gritando: O mejor dicho, conexión en directo después de una victoria futbolística. El periodista intentará informar de algo que ya se ve: «¡La gente está como loca, celebrando la victoria del equipo de la ciudad! ¡Están todos aquí!» El reportero grita como puede, mientras se oyen uueee, oeee, que bote el de la tele y le tiran del pelo, del micro, le ponen bufandas por la cabeza y lo tiran a la primera fuente que haya cerca. Eso es todavía más divertido cuando el periodista que cubre la noticia es del equipo contrario al de la celebración. Sí, los directivos de las teles son unos sádicos.


Y estos serían los personajes típicos que aparecen en una conexión televisiva a pie de calle, pronto el periodismo callejero lo considerarán una profesión de riesgo y les obligarán a llevar casco, chalecos antibalas y todo tipo de medidas de seguridad. Porque sino, pasa lo que en este video. Un resumen de barbaridades sufridas por reporteros de medio mundo, vean vean:





Bonus track: Andrea me avisa de un video que había visto y no recordaba. ¿Dónde entrarían estos? ¿Los típicos tíos que se besan detrás de una cámara? ¿Amor en tiempos de crisis?


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