No es lo mismo pedir cubatas que servirlos
Este fin de semana, como dejé ver en el post de la encuesta de la semana, estuve haciendo horas extras de camarero en unas fiestas de barrio con lo que en total entre mi curro normal veraniego y el bar me hice 23 horas de trabajo en 48 horas posibles. Un hito propio que no podía más que decirlo para que me dijeseis pringao o algo por el estilo. Todo hay que decirlo, gané dinero.
Nunca había currado en un bar sirviendo copas, pero claro, ¿quien no se ha servido sus propias copas haciéndose un botellón con los amigos? Servir cubatas era algo natural para mí, ni que decir de servir cervezas que a pesar de no haber tirado nunca una caña, a la segunda ya me salían perfectas. Para que luego digan que el botellón no enseña nada y que es malo para la juventud, sin querer te enseñan un oficio tan digno como el de camarero. Ni que decir de servir cafés, tampoco nada del otro jueves, eso sí, con vasos de plástico tenías que aguantarlos mientras salía café con sus consiguientes quemadas en los dedos como te despistases un momento.
Viendo que no es demasiado difícil servir, a no ser que te pidan cocktails raros con lo que le dirás amablemente al cliente que no te da la gana de hacerlo… Digo, que no sabes hacerlo, todo lo demás es fácil. Eso sí, la gente no se mataba demasiado, iba a lo más barato, ¿el Cacique-cola valía más barato que los otros cubatas? Pues a ese, que son fiestas y no hay que matarse, sólo emborracharse.
De todas formas hay una costumbre muy fea de la gente que espera detrás de la barra a que les atienda, y es soltarte lo que quieren a la que le roces con el aire por su zona. Vas escuchando: «un cortao», «un café solo», «un café descafeinado de máquina con sacarina y poca leche corto de café», «un malibú con piña», «¡otro!», «¡otro!». Creo que nunca había visto acabarse una botella de Malibú tan rápido. El caso es que te estresan y sólo has de decirles que se esperen un momento que sólo tienes dos manos, dos oidos y una máquina de café que encima has de aguantar tú los vasos para que no se vaya el café a tomar por saco…
Y lo peor no es eso, lo peor son los niños por la tarde: «un vaso de agua», «¿cuanto vale un botellín?», «quiero un dan’up de esos gratis», «¿no dais las copas del fútbol?». ¡Niño anda y ve a tocarle los «dellonses» a tu puñetera madre! Porque si hay gente mayor que no es capaz de darse cuenta de cuando está hablando más de la cuenta, los niños todavía son menos conscientes.
Al fin y al cabo, lo complicado de estar sirviendo es atender a la gente y sus formas de ser, lo peor es que oigas algún comentario a las 3 de la madrugada, cuando ya te has chupado 17 horas currando, que alguien diga, «este chico no aguanta nada». Señora, me gustaría verla a usted desde las 7 y media de la mañana despierta y con solo dos horas de descanso entre curro y curro. Veríamos cuanto aguantaba, y todo por sentarte encima de las cámaras frigoríficas… Pero seguro que muchos de mis lectores habréis trabajado más veces de camarero que yo y tenéis historias múltiples de gente maleducada a más no poder…
De todas formas, la fiesta tuvo de todo y estuvo muy bien, hasta llevaron un mago que me hizo un truco de magia en el bar, para dejarme flipado a mí y a todo el que estaba allí metido. Era bueno el tio, no sé como se las apañan, pero consiguen dejarte con la boca abierta preguntándote como hacen para hacer desaparecer y aparecer las cartas… El caso es que en definitiva, la experiencia estuvo bien, y el dinero siempre viene bien, así que si algún día necesitan a alguien para echar unas horas en un bar creo que me volveré a ofrecer… Siempre te bebes algún cubatita por la cara…
Nunca había currado en un bar sirviendo copas, pero claro, ¿quien no se ha servido sus propias copas haciéndose un botellón con los amigos? Servir cubatas era algo natural para mí, ni que decir de servir cervezas que a pesar de no haber tirado nunca una caña, a la segunda ya me salían perfectas. Para que luego digan que el botellón no enseña nada y que es malo para la juventud, sin querer te enseñan un oficio tan digno como el de camarero. Ni que decir de servir cafés, tampoco nada del otro jueves, eso sí, con vasos de plástico tenías que aguantarlos mientras salía café con sus consiguientes quemadas en los dedos como te despistases un momento.
Viendo que no es demasiado difícil servir, a no ser que te pidan cocktails raros con lo que le dirás amablemente al cliente que no te da la gana de hacerlo… Digo, que no sabes hacerlo, todo lo demás es fácil. Eso sí, la gente no se mataba demasiado, iba a lo más barato, ¿el Cacique-cola valía más barato que los otros cubatas? Pues a ese, que son fiestas y no hay que matarse, sólo emborracharse.
De todas formas hay una costumbre muy fea de la gente que espera detrás de la barra a que les atienda, y es soltarte lo que quieren a la que le roces con el aire por su zona. Vas escuchando: «un cortao», «un café solo», «un café descafeinado de máquina con sacarina y poca leche corto de café», «un malibú con piña», «¡otro!», «¡otro!». Creo que nunca había visto acabarse una botella de Malibú tan rápido. El caso es que te estresan y sólo has de decirles que se esperen un momento que sólo tienes dos manos, dos oidos y una máquina de café que encima has de aguantar tú los vasos para que no se vaya el café a tomar por saco…
Y lo peor no es eso, lo peor son los niños por la tarde: «un vaso de agua», «¿cuanto vale un botellín?», «quiero un dan’up de esos gratis», «¿no dais las copas del fútbol?». ¡Niño anda y ve a tocarle los «dellonses» a tu puñetera madre! Porque si hay gente mayor que no es capaz de darse cuenta de cuando está hablando más de la cuenta, los niños todavía son menos conscientes.
Al fin y al cabo, lo complicado de estar sirviendo es atender a la gente y sus formas de ser, lo peor es que oigas algún comentario a las 3 de la madrugada, cuando ya te has chupado 17 horas currando, que alguien diga, «este chico no aguanta nada». Señora, me gustaría verla a usted desde las 7 y media de la mañana despierta y con solo dos horas de descanso entre curro y curro. Veríamos cuanto aguantaba, y todo por sentarte encima de las cámaras frigoríficas… Pero seguro que muchos de mis lectores habréis trabajado más veces de camarero que yo y tenéis historias múltiples de gente maleducada a más no poder…
De todas formas, la fiesta tuvo de todo y estuvo muy bien, hasta llevaron un mago que me hizo un truco de magia en el bar, para dejarme flipado a mí y a todo el que estaba allí metido. Era bueno el tio, no sé como se las apañan, pero consiguen dejarte con la boca abierta preguntándote como hacen para hacer desaparecer y aparecer las cartas… El caso es que en definitiva, la experiencia estuvo bien, y el dinero siempre viene bien, así que si algún día necesitan a alguien para echar unas horas en un bar creo que me volveré a ofrecer… Siempre te bebes algún cubatita por la cara…
Sí, hay gente muy maleducada… empezando por los colegas gorrones, cuando eres camarero eventual y la novedad invita a las ‘visitas interesadas’
Pues a mi el sábado me pasó lo contrario: estuvimos más de media hora en primera línea de barra, la camarera nos vio pero siguió ordenando vasos, yendo de un lado para otro, ignorándonos… eso sí, cuando justo al lado aparecían coleguitas a esos sí los veía, 2 besitos y les servía… y a los de al lado nos seguía ignorando :@
salu2
Yo he currao detras de una barra en un chiringuito de fiestas varios años. Es una locura. No lo vuelvo a hacer aunque me pagasen como a Enrique Iglesias.
Juas,juas… Que cabrones son algunos! no los pillas ni mirando desde abajo a escasos centímetros, y desde su presunto ángulo chungo.
pd: El cacique es calité! Yo prefiero el Barceló, pero no está nada mal. Y los cubatas de Cacique son, así a ojo, medio euro más caros que los demás en una fiesta de barrio cualquiera, a excepción de los de güisky, claro. Lo sabré yo que el otro día no pagué ni uno en la fiesta de mi barrio!
recomento para aclarar que lo de que cabrones son algunos iba por los magos!
Lo peor es la forma de llamarte:
– shh shh ! Que pasa que soy un perro?
– y detesto el típico: niño!ponme…
La gente es muy maleducada y no te das cuenta hasta que lo sufres. Con el tiempo aprendes a dejar por los suelos a los «clientes» de manera educada.
Un oficio chungo sin duda…
Por cierto, poner cafés es facil, pero hacerlos buenos es diferente. No es lo mismo conducir, que conducir.
Pues una mujer me dijo que estaban muy buenos los cafés :p
viniendo de yonkis me encuentro con la solución refinitiva : los magos a la barra!
http://www.yonkis.com/media/mago_hamburguesa.wmv
Lo mejor son los Camareros Con Solera, cuyo máster en ‘Mirar hacia cualquier lado con tal de evitar contacto visual con un cliente’ ya no se imparte en la UNED… por consenso entre los profesores, hartos de esperar media hora el carajillocoñás
La gente da asco, pero el trabajo es el trabajo… Me he tirado un año trabajando de camarero en la disco y tiene sus cosas buenas y sus cosas malas… el dinero, y el hecho de que las chicas luego te tienen por el idolo y el fiestero en cuanto sabes plantarles conversacion o seis cubatas en una mano, las impresiona… y los colegas, que luego siempre te idolatran por ser el que los emborracha
que gente…
lo malo…
los jefes, los horarios… el trabajo en sí… todo eso… es lo que tiene
MORRI, ERES GRANDE COLEGA!!!!!!!!