Troya



Ayer por la tarde, no tenía nada que hacer, y decidí ponerme a ver una película. La película escogida fue Troya (que rima con Goya, olla y Latoya), una superproducción de Hollywood en la que aparecen Brad Pitt, Eric Bana y Legolas (digo Orlando Bloom) como protagonistas.



La película trata sobre la guerra de Troya (basada en la Iliada de Homero), desencadenada a raiz de que al firmar la paz con Esparta, el espavilado del Bloom (Paris de Troya, se pronuncia Páris) decide ligarse a la mujer del hermano de Agamenon, el rey de Grecia, que se llama Helena, la mujer, no el hermano.



El chico se lleva por amor a Helena y la convierte en Helena de Troya, princesa al trono, pero claro, a los griegos no les hace demasiada gracia la idea y lo usan como excusa para intentar conquistar Troya. Tienen como gran héroe al archiconocido Aquiles (Brad Pitt) que nadie ha conseguido ganar nunca.



Y tenemos una historia épica de hace miles de años. A mi este tipo de historias me encantan, qué quereis que os diga, estas pelis épicas de Hollywood con multitud de extras corriendo por pantalla, batallas a más no poder y piques entre los heroes me gustan. Aunque no tengan rigor histórico, para rigor histórico ya están los libros.



La verdad es que existiese o no existiese la famosa guerra de Troya, es fascinante y me parece que en la película está bien contada. Son dos horas de película que se te pasan muy rápido.



Aunque haya cosas como por ejemplo que se pongan a luchar Héctor (Eric Bana) y Aquiles en mitad de una batalla y todos los demás paren para ver la lucha, y ¡se ponen al lado los enemigos! ¡Sólo falta que alguien saque un bol y empiece a recoger apuestas!



Pero aparte de eso y algunos detalles más, como que casualmente el personaje de Orlando Bloom tire flechas, para que luego lo comparen con Legolas (está encasillado ya el hombre), en general yo creo que es una película muy entretenida y recomendable si te gustan este tipo de superproducciones de Hollywood.

1 respuesta

  1. Gonzalo Rosúa dice:

    Realmente, el rapto de Helena no fuera el verdadero casus belli… Sino las ansias por controlar el comercio, y ganar más dinero.
    (Al menos, eso dicen los historiadores.)

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