El país de los envidiosos
Somos un país que mucha gente dice de envidiosos. ¿Realmente nos fijamos tanto en el vecino? La verdad, hay que reconocerlo, es que sí.
Pongamos un ejemplo claro, a ti te pasa algo que está mal, o simplemente estás mal por algún motivo y para consolarte te dicen, pero ¡piensa que hay gente que está peor! Y qué pasa, ¿que si hay gente peor yo empiezo a ponerme mejor? Pues no.
Es por el simple hecho que mucha gente piensa que al ver a alguien que le van las cosas mejor que a ellos les da rabia y en vez de preferir que les fuera mejor, prefieren que le vaya peor para sentirse más realizados. Gran ejercicio de egoismo.
Lo vemos claramente en nuestra forma de hablar, en las televisiones o en las noticias: «Aquel empresario tiene un puesto envidiable«. Y, ¿por qué no dicen tiene un puesto buenísimo?
Aunque la más clara de todas está en la calle, cuando vemos pasar un simple coche, bueno, un coche de la gama alta y miras al conductor mientras dices a un colega o simplemente al aire: «Hijo de puta….» Y lo rematas con: «Será cabrón el tio…». En vez de decir, que suerte tiene, vaya coche más bonito o cosas así…