La gente que hace cola para nada

Ultimamente se ha puesto de moda la manía de hacer cola frente a las puertas de una tienda para comprar cualquier cosa. Antes eran sólo las rebajas, en las que marujas del mundo armadas con coderas, puños americanos y tarjeta de crédito arrasaban la puerta del Corte Inglés. Ahora en un espíritu consumista a más no poder, las masas de gente se apoderan de las puertas de las tiendas a la mínima novedad. Como por ejemplo fue en su momento la PlayStation 3.


Sí, queridos lectores, la PlayStation 3. Nada más y nada menos que 600 eurales del ala para una consola con un sólo mando y sin ningún juego. «Anda niño, juega con esto». «Pero… Papá, esto no trae ningún juego» «¡Pues yo que sé, hazla botar y juega a basket, por 600 euros para algo tiene que valer!». Todo esto viene a que hoy venía leyendo una revista de consolas llamada Hobby Consolas, publicación que compro desde que me tocó la Wii. Una revista muy maja que es como las revistas del corazón o las porno, pero en videojuegos. Es decir, mucha foto y poco texto. Yendo al grano, vamos. Curiosa la relación entre revistas del corazón y porno, la verdad es que los textos llegan a ser más pretendidamente tórridos que en las apodadas X. Bueno, tampoco lo sé muy bien porque nunca me he parado a leer un texto de una revista porno… Pero creo que algo así era.


En las revistas del corazón pasa eso. Yo se lo digo a mis amigas lectoras de este tipo de pseudopublicaciones. Les digo, hijas, ¿no véis que no os toman por chicas astutas? Fotos grandes, poco texto y para criticar a la artista o lo que sea que aparece en la foto. Lo mejor son los piés de foto que hay: «Vaya, vaya, pillados en la toalla, mmm, qué calentito se está poniendo el verano» o «Mírala, Paula Vázquez tomando el Sol, ¿verdad? ¡Hace un calor que te-torras!» Ahí, con inventiva y chispa. Total, que me vuelvo a ir por los cerros de Úbeda, aunque no sé muy bien donde paran. La cuestión es que en la Hobby Consolas, ojo que hablaba de esto, enviaron una carta a la sección del teléfono rojo un chico digamos, algo pringadete. Me permito el lujo de transcribiros la carta para que veáis: (Las negritas y los paréntesis son cosa mía)

Hola Yen (Es el tipo que lleva la sección). Soy un chico de 29 años que lleva en el mundillo de los videojuegos desde hace mucho tiempo. (Es decir, un viciado, eso del mundillo queda muy bien). Quería expresar mi descontento hacia SONY y su política de precios con PS3, ya que fui uno de los muchos (pringados) que adquirieron la consola el mismo día de su lanzamiento aún sabiendo que hasta pasado mínimo un año no empezarían a desfilar juegos que aprovecharan de verdad las posibilidades de la máquina. De este modo, (ojo que viene lo bueno) creía demostrar mi fidelidad a una marca y una compañía, apoyando las ventas desde el principio. Ahora […] veo como a los escasos tres meses de su comercialización me «roban» cerca de 170€ al incluir por el mismo precio otro mando y dos juegos. […] no entiendo como desde SONY España no se toma ninguna medida para compensar al consumidor que apoyó incondicionalmente a la consola desde el principio.

Veintinueve años. Veintinueve. Que ya tenemos los huevos… Ya están negruzquillos eh. Va siendo hora de espabilar. ¿Qué espera que por comprar la Play 3 haciendo cola va a venir el dueño de Sony, Pepe Sony, a hacerle unos trabajillos bucales? «Glacias pol tu fidelidá a la compañía, quelido cliente, me voy que tengo que chupal·les el labo a unos cuantos más como tú. Os quielo». No hombre no. Que esa gente quiere ganar dinero. No sacaron la Play 3 porque quieren hacer una obra de caridad humana por los jugadores, lo hacen por ganar dinero. Cosa muy normal por otra parte.


La cuestión es que la gente hacía cola para comprarla por el motivo más grande que puede tener un friki: ser el primero. Son los típicos que comentan en un blog poniendo «¡Prime!» para quedar como estúpidos. Y los primeros en comprarse una consola o un libro de Harry Potter para lo mismito. ¿Que lo hacen, para salir por la tele? Si luego en la tele los tratan como a pringados. Salen los frikis en la cola y se ve un rotulillo debajo: «Largas colas para comprar un libro. Cuánto tiempo libre». «Entrevista con Salva Slip, Harrypotterólogo, fan de Tristanbaker«. Y sus padres mientras lo ven escribiendo una nota que empieza por Señor Juez…


Estos últimos ya no lo hacen por motivos tan estúpidos como ser el primero en algo. Que también un poco. Si no porque nadie les fastidie el final. Tendrían que pasarse unas cuantas semanas sin visitar sus foros de amigos de Harry Potter y que nadie les destrozase lo que pasa en el último libro. Tampoco se pierden tanto, siempre hay gente que se monta sus historias. «Yo sé el final, al final coge Ermión y le dice: Harry, ven pacá guapetón, y tómame con tu cipotter» Y la gente se une para ir a su casa y hacerle trucos de magia y cosas de esas que ellos creen que podrán hacer algún día.


Es una moda en alza, ya mismo se hacen colas, sino se hacen ya, para un nuevo Ipod, o para un nuevo disco de Bisbal, o para un nuevo sabor de los yogures Hacendado. Aunque puede ser que todo esto ya suceda y yo no me haya enterado. Y mejor así.