Los disfraces típicos de Carnaval

En estas fechas de Carnaval y fiestas varias os voy a hablar de las indumentarias clásicas que se ven y se repiten año sí año también en carnavales. La originalidad siempre se agradece y de vez en cuando aparece algún vestido que te llama la atención y puedes decir: «Ole, eso es un disfraz». Pero lo que se vé más es lo que se repite, y no lo original, así que os hablaré de los que se ven más. Y de paso, os daré unas ideas para disfrazaros, que aún estáis a tiempo y aunque no sean originales son ideas oye.


Por ejemplo, empecemos por el principio, el disfraz de vaquero. Este disfraz es de los mejores que se han podido inventar, tú coges una pistola de mentirijilla, un sombrero de vaquero comprado en la tienda de veinte duros, la cazadora tejana, los pantalones tejanos y una camisa a cuadros cutre que siempre hay una en casa… ¡Y alehop! Ya tienes disfraz. El problema es que luego la gente te pregunta si estás disfrazado de verdad, con esa mala leche que les caracteriza. Yo el año pasado hice esto y además tuve los santos bemoles de imprimirme una chapa de sheriff a última hora que colocada en el pecho no era demasiado consistente. Digamos que no pude mantener mucho la ley…


Hay otro disfraz muy típico y este es el de indio. Lo mejor es que la gente lo recicla de un año para otro y se cambia el nombre. «Hace dos años era Nube Almejafácildeloeste, el año pasado era Toro Bravo Sentadoentaburete y este año soy Oreja Piesdescalzos Oloraqueso» Y se quedan tan anchos oye. El disfraz de indio siempre tiene que llevar algún arma arrojadiza así que si alguien se pensaba que disfrazarse de indio era colocarse una toga y predicar la paz se equivocó de indio. También podéis ir de Gandhi, pero no era eso. Que a uno le pasó, le dijeron: «¡¡Disfracémonos de indios!!» Y al cabo de los días todos con plumas y gritando de forma escandalosa. Claro, el tío que iba de Gandhi dijo: «No sabía que Ghandi fuera gay».


Luego están los que se disfrazan de profesiones conocidas, como de policía, con su porra siempre a mano o de paleta que van medio en pelotas. Estos dos se juntan con los dos anteriores y forman muy apañadamente un disfraz de los Village People. Que esta gente andaba disfrazada todo el año, cantaban y bailaban y ya iban disfrazados. Y en Carnaval iban normal. Como homenaje a ellos y a su gran música que ha llenado los corazones del mundo, la gente se disfraza de esos personajes cada febrero. También, hablando de profesiones, hay quien se disfraza de butanero para ver si liga, o de médico si disponen de una bata blanca en casa. O de barrendero si disponen de una escoba, tú coges una escoba, vas a la calle y te dicen: «¿De qué vas hoy?» Y tú: «De barrendero» Y tan ancho.


Además, tenemos a los disfraces regionales como podrían ser ir de catalán con barretina, que si te vé el Losantos a lo mejor te arrea. Luego puedes ir de vasco con txapela que si te vé el Losantos a lo mejor te arrea. Y también puedes >ir vestido de Zapatero y entonces te arrea fijo. Porque también están los típicos disfraces de careta de político, hubo una época que la de Felipe González estaba por todos lados y la gente también se colocaba la de Aznar. Era un disfraz fácil, te pones la careta y ya vas listo, no te tienes ni que currar el traje, que vas con manga corta, Aznar de veraneo en Oropesa. Que vas en chandal, Aznar jugando al padel. Que vas desnudo, Aznar después de darse cuenta que no hay armas de destrucción masiva en Irak. Esto también es aplicable a Bush, ya que sus máscaras también están muy vistas, sobre todo las de gas en algunas cámaras.


Las máscaras que también son de dominio público son las de Scary Movie y sucedáneos, como la de Scream original o de monstruos varios. Son el traje fácil de la noche, te pones una sábana negra o algo negro por encima, una máscara de monstruo y a quedarte con la gente por la noche. «Esta noche me han saludado tres monstruos, uno de Sé lo que hiciste el último verano y otro de Scream, alguno tiene que ser amigo mío, ¿pero los otros?» Los otros son graciosos que se quedan contigo para que te quedes toda la noche pensando: «¿Quien cojones era ese tío?» Pero para máscara clásica es la pintada, la de disfrazarse de payaso. Que hay gente que va de Bush y le dicen: «Míralo, uno que va de payaso». Y no, no confundir, los pobres payasos son payasos, pero no hijos de puta. Un poco de cuidado con eso.


Aunque, de todas formas, con esto de las pelis de terror de Hollywood el fenómeno del payaso ha ido cayendo en picado. Antes un payaso lo considerabas gracioso, podía resultarte divertido e incluso curioso que te mojara con su margarita en el pecho. «Ooohh, payaachooo, que grachiooochooo». Incluso el payaso de la Hora Chanante funciona. Pero es que ultimamente ves el Ronald McDonald y da grima. Parece que vaya a sacarte un cuchillo de dentro de esa pelambrera roja y asesinarte a sangre fría. Así que la gente siempre se disfraza ya de payaso siniestro con cuchillo y con armas escondidas. Son un peligro en potencia.


Pero hay más disfraces, muchos más que se repiten año a año. Cuánto daño ha hecho Grease a los carnavales de medio mundo, siempre hay alguien que decide disfrazarse de Travolta o de la Rizzo con su bombo. Por suerte para todos no se ponen a cantar y a bailar en mitad de la discoteca, que siempre resulta curioso comprobar como en cualquier colegio de las pelis de Hollywood todos los alumnos son expertos bailarines. ¡El baile de la escuela! Y todos ahí bailando como profesionales. Un espectáculo. El caso es que la gente se disfraza de Grease como podrían disfrazarse de Star Wars, lo que pasa es que de Star Wars se disfraza la gente para ver las pelis y no para carnaval. Son así. Lo que siempre me he preguntado es como debe de ser ver una peli con el casco de Darth Vader. No se debe de ver ni oír una mierda.


Lo que más gusta, sin embargo, en Carnaval, es disfrazarse de tía. Los travestis estos días están que trinan por la competencia tan alta que les sale. Y es que los tíos se disfrazan de tías, pero no de tías normales, sino de ninfómanas salidas. Que van todos tocando culos y paquetes a mansalva. Que más de uno se ha pensado que ligaba y le ha dicho: «Chica, a ver si te pasas la EpiLady que raspas». Y era en las tetas. Pero en fin, que estas cosas pasan. De todas formas, los disfraces del año son siempre aquellos que tienen que ver con el personaje de moda actual, en sus tiempos lo fue Chiquito de la Calzada, el año pasado por ejemplo lo fue el Neng. Que todo el mundo estaba con Castefa que no cagaba, y este año todo el mundo con Risto, que ya me veo el barrio entero con gafas de sol y sentados de lado. «Si fuera por mí, con vuestros cutre-disfraces que vosotros parece que vayáis como putas y vosotras como payasas, estaríais todos en vuestras casas.» Porque en Carnaval todo cambia.


Hay gente que no decae y en caso de no haber podido preparar un disfraz sale en pijama y dice que va de sobado o el que va desnudo y dice que su traje es transparente. Pero siempre están los graciosos que le dicen a alguien: «Tú no te disfraces, te pones una goma detrás de la cara y ya tienes la careta». Frase que se repite cada año en cualquier lugar del mundo. Lo más interesante es no disfrazarte de nada porque la gente, como siempre, es muy chisposa, y siempre hay algún gracioso que te pregunta: «¿Tú de que vas?» Y cuando se oye treinta veces la misma pregunta la gente suele pensar que eres borde. Pero si te lo hacen, no te cortes, grita un: «De tu puta madre voy». Y dices que vas de House.