Ir a ver el fútbol al bar
En plena polémica futbolística por la dimisión de, según Butragueño, el Ser Superior. Es decir, de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Os voy a hablar de lo que es ir a ver el fútbol al bar, porque no es lo mismo que verlo en el campo, ni mucho menos en casa. Por cierto, hablando de Florentino, ya era hora de que cuando fueran mal las cosas echaran de verdad al que hace las alineaciones, que no siempre tiene por qué ser el entrenador. Hay gente que hace lo mismo que Piterman, pero lo disimula mejor.
¿De qué hablábamos? Ah sí, de fútbol, que me despisto hablando de empresarios y se me olvida que hablo de fútbol. El caso es que cuando quieres ver un partido de verdad no lo debes ver nunca en casa. Aunque tengas el mejor mueble-bar del mundo con todos los licores que puedas pedir en el bar, aunque tengas un sofá comodísimo que supere a las sillas de esparto del bar, aunque tengas una tele de plasma que supere la del bar… Bueno, esto no suele pasar, pero claro, depende de a qué lugar vayas…
En el bar te metes en el ambiente, te juntas con un montón de gente que va a lo mismo que tú… A jugar al dominó y a las cartas. Bueno, eso ya cuando cumplas una edad, que al igual con tanto aviejarnos y juntarnos en el bar a ver el fútbol al final te acabas viendo echando partidas al dominó apostando garbanzos y entonces dice: «Oh, Dios mío, ¿qué estoy haciendo con mi vida?» Y te acabas tirando a la vía del tren. Y no es una buena opción… Porque te pierdes el Mundial.
Además, ¿qué es un partido de fútbol si después de salir de verlo no hueles, o mejor dicho, apestas a tabaco? ¡No es lo mismo! Y eso ni es ver fútbol ni es nada. Esos jerseys acartonados, ese holor en el cuello de la camisa, ese pelo grasiento, esa tos con pus… Bueno, tampoco exageremos, eso es sólo cuando vas al bar, y además tienes 80 años. El caso es que sales oliendo a tabaco, y es que: Señor Zapatero, ¿dónde está la ley anti-tabaco? Porque creo que todo el mundo se ha dedicado a hacerse bar fumador. Y el que no lo es, creo que se está tirando de los pelos por la pérdida de clientela, porque está claro, ya nos habíamos acostumbrado los no-fumadores a chuparnos el humo. Y es que en el fondo nos mola.
De todas formas, por si no lo sabéis, al bar en realidad a lo que se va no es ni a jugar al dominó, ni a aspirar humo contaminado ni a emborracharte… Bueno, quizá esto último alguna que otra vez, pero no siempre. El caso es que vas a ver el fútbol. Con las retransmisiones de Audiovisual Sport, esos que hacen las taquillas de deportes. Y yo tengo una pregunta, con el dinero que ganarán… ¿No tienen pasta para contratar a mejores comentaristas? Que el tío que comenta parece el King África con esos gritos: «Chutaaaaaaarrrrrr». Aparte el análisis técnico que no llega al nivel de Michel («llega a entrar y es gol»), pero se le acerca…
En definitiva, que como en un bar en ningún sitio. Ni siquiera en el campo, ya que allí has de pagar entrada por verlo desde 100 metros arriba, y en el bar pagas una Coca-cola y ves el partido entero. ¿Es o no es un buen plan?
Yo la verdad es que voy al bar cuando es un partido de verdadera transcendencia y no lo televisan en abierto. Pero vaya, lo bien que me lo pasé en casa calentito el otro día viendo el Chelsea-Barça no me lo quita nadie…
¡Muy bueno el post! Igualmente te comento que en el caso de Buenos Aires el clima en los bares al ir a ver un partido es bastante tenso a partir de la diversidad de hinchas de distintos clubes que conviven en la ciudad.
Con respecto a concurrir al estadio, las entradas van entre el equivalente de 4 y 10 euros; los estadios no están mantenidos como en Europa, pero las ubicaciones (inclusive la mayoría de las más baratas) son mucho mejores: podes ver el partidos desde al lado del campo o a pocos metros.
Saludos.
mas sse sufre cuando eres un madridista entre unos 15 culés no? jajajajajaja
Joder amigo,me he tirao too el monologo,como siemre digo la verdad,la dire.Es jocoso pero vacio