Historias para contar: La operación

Ya estoy de vuelta, al final ha sido sólo un día entero sin poder estar en el ordenador y actualizar la web. Ya que me fui el martes por la tarde y he vuelto hace poco más de una hora del hospital. Era una operación sencilla, pero con muchas cosas que contar de cómo funciona un hospital cuando tú estás dentro y te han de operar.


Lo primero que hicimos cuando llegamos al hospital fue preguntar en qué habitación me tenía que alojar. En recepción me dieron la respuesta rápidamente, pues bien, te dicen la planta y la habitación que te toca. Llegas allí, sin que nadie te diga nada, la enfermera te manda a la habitación y te dejan allí sin decirte nada. ¡Dos horas por lo menos esperando a que alguien me dijese qué tenía que hacer! Charlando con el hombre que estaba ingresado en la misma habitación y su mujer, que también hablaban con mis padres. Muy maja la familia que me tocó como compañera de habitación, pero el rato que esperé mientras me decían si me podía acostar o no fue de lo más desesperante.


En fin, que luego llegó una enfermera para decirme que es lo que tenía que hacer. Me dieron un pijama (raro era que no me hiciesen desnudar ya) y me metieron en la cama. Al rato llegó una enfermera para volverme medio-metrosexual. Esto es: depilarme una pierna, la que me iban a operar. Pues bien, de repente me vi en calzoncillos rodeado de 4 enfermeras mirando como me depilaban y hablando de lo rectas que tenemos las piernas los hombres. Si querían que pasase vergüenza lo consiguieron… Luego me pusieron la via por sangre, me tomaron la presión y la temperatura. La chica que me puso la vía se lució, a la mañana siguiente, la de la operación, me la tuvieron que cambiar porque me dolía lo que no está en los escritos… La enfermera en cuestión creo que estaba en prácticas, yo cuando ví que se le escapaba la cinta con la que me tenía que atar el brazo me dije: «Buenoooo…, empezamos bien…» No tenía mucha habilidad la chica, que se le va a hacer.


Luego llegó el momento de la operación, al día siguiente. Me prepararon poniéndome suero, yodándome la pierna y ale, a la sala de operaciones. Para nada, porque me dieron un paseo por el hospital, yo saludando a todo enfermero/a que pasase por mi lado, en mi camilla por supuesto para volver a la habitación porque debían hacerme primero un TAC…


Maldito TAC. Resulta que mi operación, según me ha explicado el médico, me tenian que marcar con una aguja usando el TAC el lugar donde estaba la lesión. La lesión era un tumor benigno dentro del hueso de la tibia. Pues bien, de ahí usarían la radiofrecuencia para coagular el tumor o algo así, y así destruirlo. Así que en el momento de marcar con la agujita bonita me habían de poner anestesia local. Pues se quedaron cortos. Hubo un momento en que el doctor me dio un martillazo tremendo en la pierna y vi las estrellas, el firmamento y hasta el momento del Big Bang, estoy por llamar a la NASA para mostrarles mi descubrimiento… «Ay, te tenemos que poner más anestesia perdona» Será mamón, y ahora lo dice…


Después de eso, de trasladarme de una camilla a otra entre 6 o 7 tios, me llevaron para quirófano. Un patán intentó sacarme lo que tenía encima de la rodilla que me acababan de hacer y volví a ver las estrellas con lo que soltó la sabana de golpe. La mirada que le eché fue de: «Como me toques otra vez te mato». Justo después vino alguien con una máscara y me inyectó una jeringuilla por la vía del brazo. No sabía lo que era, momentos después empecé a ver borroso y a decir alguna gilipollez. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en rehabilitación… En bolas, con una sabana y repleto de tubos, pero en bolas. Lo primero que le dije a la enfermera: «Oye, ¡que estoy en bolas!» O algo así y me volví a sobar. En el hospital te desnudan a la mínima que te duermas, venga, todo el quirófano viéndome en pelotas, ¡pero esto que es! Que yo llevaba mi batita blanca para cubrirme un poco. Luego dices que sales resfriado del hospital, y con razón.


Lo siguiente es estar en cama, comer sopas rancias, que no se como las hacen. ¿Cogen los meados de los pacientes más sanos y hacen un mejunje? Porque mira que estaba malo el puñetero caldo que me dieron. Hoy he comido algo más pero también tengo más hambre que el perro de un ciego. Pero me toca cuidarme, mantener el pie reposado y 15 días con la venda. A pesar de lo aparatoso de la operación sólo tengo dos puntos de sutura. Y esto es lo que he hecho en estos días fuera de casa, al igual muchos diréis, «me abuuuurrooo»; pero si os conté ayer que me operaban, tenía que contaros como fue. Gracias a los que me habéis dado ánimos, aunque los he leido ahora… Y a los amigos que me han llamado, me han escrito algún mensaje o me ha venido a ver expresamente…