El palo de los selfies
Hubo un tiempo, allá por los años… Vamos, hace un par de años o tres, que lo normal a la hora de hacerte una foto en algún lugar emblemático era coger a alguien al azar y pedirle, por favor, que si te podía hacer una foto. Bueno, al azar, al azar… Lo normal era primero plantearse si es un mangui que va a salir corriendo con la cámara de fotos a la mínima que os despistéis: «Sí, sí, tirad para atrás, más, más, que no se ve todo, más… Ahora daros la vuelta» «¿La vuelta? Bueno, si tú lo… EHHIJOPUTAAA». Y corre. Corre tras él si puedes. Son todos mediofondistas. De verdad, que las becas para deportistas están muy jodidas.
Puede pasar, aunque no es muy probable. En general uno puede tener un buen ojo a la hora de escoger al fotógrafo. A mí me piden muchas veces que les haga fotos y no sé si es que me ven cara de buen fotógrafo, de buena persona o directamente es que me ven fondón y dicen: «Yo a este le gano». Muchas veces lo que pasa es que escoges a alguien al azar, solo por no ser un ladrón en potencia, y cuando miras la foto que te ha hecho te dice:
– Mírala, a ver qué te parece. ¿Está bien? ¿Está bien? – mientras inclina la cabeza enseñándote la cámara.
– Sí, sí. Está muy bien.
Tengo una amiga que tiene una teoría, sin demostrar ni nada, pero ahí la suelto; que dice que si sabes hacer una foto bien es que eres buen follador. Es su teoría, ahora todas como locas a dejar los calendarios de bomberos y liarse con el fotógrafo que hizo las fotos. Esto no se basa ni siquiera en alguna prueba empírica que haya hecho ella, es simple intuición femenina por lo que cuenta. Y una manera de meter presión a todo aquel al que le pida una foto. Ya sabéis, haced las fotos bien o mi amiga pensará que sois unos pichafloja.
Para evitar todos estos problemas o si directamente te da vergüenza ir por ahí cazando desconocidos al tuntún para que te hagan la superfoto de la puesta de Sol se inventaron los selfies. Se coge el móvil por la cámara frontal, se enfocan las caras de la parejita o grupo de amigos en cuestión y ahí va: autofoto. Esto tiene un ligero problema, si tú te haces un álbum de fotos con tu novia viajando por el mundo y para que salgáis los dos os basáis en selfies, al cabo de los años veréis esto en vuestro álbum de fotos:
Ahí están los dos en la Torre Eiffel, es ese punto metálico del fondo tras sus dos cabezones; ahí la Sagrada Familia, es la grúa de ahí y un cachito; esto otro las cataratas del Niágara, pero podría ser un salto de agua del Ebro que no notarías la diferencia. Y así sucesivamente una retahíla de fotos con un punto en común: sus cabezones y unos fondos variados que pasan del azul al verde y poco más. Así que teníamos un nuevo problema del primer mundo que solucionar. ¿Cómo lo podríamos solventar?
¡Pues con el palo de selfies! ¡Vaya! ¡Por fin menciono el título del post! ¡En el sexto párrafo! Me van a suspender en SEO. El palo de selfies, para el que no conozca el concepto, es un invento que tiene en su propio nombre la explicación de para qué sirve. Pongamos por ejemplo esta conversación:
– Mira, me he comprao un palo de selfih.– Y eho pá qué é
– Pué pa qué va a sé, pá loh selfih.
Ahí lo tenéis. Autoexplicativo. Un palo que sirve para hacerse autofotos desde lejos. Un invento que curiosamente no es español. Con la afición que tenemos nosotros a los inventos con palo: futbolín, fregona, chupachup o gente que no da ni un palo al agua como Paquirrín o Pocholo; va y un tío extranjero inventa un palo para los selfies. Menuda marca España tenemos.
Esto se ha criticado mucho en Twitter y demás redes sociales. Cuando algo se pone de moda hay que adaptar la pose moderna, pero alejada del mainstream y criticar a los palos de selfie desde el punto de vista de un señor de setenta años que se sienta en un banco delante de la casa del pueblo y se pone a criticar a todo el que pasa. Algunos deberían ponerse boina y un palillo de dientes en la comisura de los labios antes de entrar al Twitter. El palo de selfies es el progreso, el progreso en forma de palo. Ahora puedes hacerte una autofoto de lejos, enfocar al paisaje y no dar por culo a los viandantes que no tienen ganas de hacerte fotos y te hacen la primera mierda que les sale.
Pero esos nunca ligarán con mi amiga, mirad lo que me contó: «Ay, yo conocí a un chico que hacía las fotos tan bien que su polla era un palo de selfie. Un pollón y un savoir fair, en las fotos digo, yatusabeh» La polla de selfies, amigos; la polla bluetooth. Ahí os dejo el concepto. Para que lo meditéis. Ya no veréis a los selfies de la misma manera a partir de ahora.
Morri, mis felicitaciones. ¡Esta vez te pasaste de bueno! Excelente post, sigo riendo con lo de yatusabeh.
¡Muchas gracias! ^^