Lo detienen por eyacular en el café de su compañera de trabajo
Si algún día monto un bar – que lo dudo mucho, pero quién sabe la vida da muchas vueltas – le llamaré Café Lación. Igual estoy dando ideas para que alguno más loco que yo las aproveche y se forre vilmente; pero no importa, tengo más ideas. El caso es que ese bar temático sobre el sexo dispondría de camareros y camareras que cuando pidieras un café «con leche» te lo sirviera o bien desde un pechote o bien desde un cimbel. De mentira ojo, que quiero tener clientes y no aficionados al bukkake. La cuestión es que si montara el susodicho bar jamás contrataría al protagonista de la noticia loca de hoy por motivación excesiva: el señor de la ferretería que eyaculaba en el café de la compañera.
Había una vez un muchacho de Minnessota que se había enamorado de una minessotiense, minessotana o como se llamen allí las muchachas. El chico se insinuaba sutilmente lamiendo sus labios libidinosamente o haciéndole el gesto de la V con los dedos. La moza había amenazado con denunciar al acosador por ser un pervertido y un colgado, pero nunca jamás imaginó que pudiera llegar tan lejos. Un día la chica lo sorprendió haciendo gestos sospechosos sobre su escritorio. Nuestro protagonista, llamémosle Jonha Bosuelto, estaba dejando la marca como los perricos. La chica había notado hacía tiempo que su escritorio rascaba un poco, pero lo achacaba a los típicos mocos. Daba asco, pero menos.
Así pues la muchacha llamó a la policía y se lo comentó: «Oiga miren que tengo un compañero de trabajo que se corre en mi mesa». Lo habitual, ¿quién no ha tenido el típico compañero pesado que te deja su semilla en la mesa? El típico que tiene mala leche, vamos. Total que una vez en comisaría el chico confesó que había eyaculado cuatro veces en su escritorio y dos… ¡en su café! Para demostrarle lo mucho que le atraía. Me da que Johna estaba mirando el manual del ligón equivocado. Me lo imagino en su casa mirando el manual con el pene en la mano y diciendo: «¿Qué puede estar fallando? ¿QUÉ? ¿Es porque no tomo suficientes vitaminas?»
El hombre puede ser condenado incluso a un año de cárcel y una multa de 4500 dólares por ser un depravado y por hacer a su manera los café macchiato. La chica comentó que había notado hacía tiempo un sabor raro en el café, pero lo achacó a que la crema estaba en mal estado. A partir de ahora la leche condensada no la verá de la misma forma.
A mí me llega a pasar eso y no sé como reacciono! Qué asco de verdad.