El mundo de debajo del escritorio


Todo el mundo tiene su escritorio ordenado a su gusto. Sí, a pesar del aparente desorden en el que puedan estar los cd’s, dvd’s, libretillas o ratas peludas todo tiene un orden interno que sólo su dueño es capaz de conocer. Pueden estar más limpios, más sucios, más llenos, más vacíos, etcétera. Algunos psicólogos podrían llegar a decir que mirando el escritorio de una persona se puede definir su personalidad. Y no les quito que tengan parte de razón, pero lo que de verdad identifica a una persona no es lo que hay encima del escritorio, sino lo que hay debajo.


Sí amigos. Intentad por un momento pasar la mano por debajo del escritorio de un amigo vuestro. Si esta es vuestra primera frase: «¡Uy, como pincha!», es evidente, vuestro amigo es un guarro. Sobre todo, si rasca, sacad la mano rápido, no os pongáis ahí a juguetear con los trocitos ni nada, que si no entonces los guarros los seréis vosotros. Ya puede tener la mesa todo lo ordenadita que quiera, pero eso son sólo apariencias. A la mínima que te das cuenta ha enganchado un moco en la parte inferior y el susodicho ha echado raices. Y al final no sabes si tiene un escritorio o una gruta con estalactitas.


Desconfiad totalmente de aquellos amigos en los que os sentéis a teclear cuatro cosas en el PC y la vez tengáis una ligera sensación de cosquilleo en las rodillas. Desconfiad también de aquellos que se limen las uñas pasándola por debajo de su escritorio. Esos, también son unos guarros, por muy limadas que lleven las uñas luego. No es excusa.


Hay extremos, porque los hay. Hay quien engancha chicles, pero ya por vicio, para tener mucha más masa ahí, no sólo se liman las uñas, ¡sino que lijan y pulen madera! Y esos ya son profesionales y no se les puede reprochar nada. Hubo uno que enganchó una vez un chicle Boomer (tu super chicle sí) y se formó una escultura de cuadro moderno espontanea con el tiempo. Lo que son las cosas. Sin embargo hay gente que puede tener la mesa como auténticas pocilgas y luego la parte interna está limpia y pulcra, que es el caso exagerado. Prefiere no ver el monitor por la pelusilla del oeste que habla por los codos que tener los bajos del escritorio rasposos y eso ya sería vicio.


Así que id con cuidado por ahí, quién sabe lo que se esconde tras un brillante escritorio… Yo, por si acaso, no pasaría la mano por debajo de un escritorio ajeno, algunos cobran vida propia y muerden…

8 Respuestas

  1. kyle xy dice:

    El mio está igual(jajaja).
    SALU2.

  2. María* dice:

    El de la foto es como el mio!!!
    y hay que sumarle que la mesita tiene el mismo aspecto.

  3. betogut dice:

    Tratemos de poner cada cosa en su lugar :P

    Por cierto, no sabía que Morris=Javi, lo saque de un Space, no me preguntes de donde porque no recuerdo.

    Saludos

  4. Cristineta dice:

    A parte del escritorio lo que es tambien un misterio casi siempre es lo que hay debajo de las camas… cuando se te cae algo y te agachas a buscarlos y empiezas a notar cosas que pinchan, pegajosas, pelusas… jajaja otro sitio misterioso XD

    saludos Morri

  5. morri dice:

    kile xy: ¿De mocos? XDDD

    Maria*: Pues el mío al lado de ese está ordenado, y eso que no soy un crack de la ordenación…

    betogut: Bueno, creo que ya está solucionado todo (para los que no entiendan nada, es cuestión de una copia de un post mío, lo de casi siempre, el post de los nicks)

    cristineta: Sí, debajo de la cama es un lugar que tampoco hay que mirar, a más de uno le ha mordido un cocodrilo por mirar. Que los hay mu escurridizos y muy suyos, que no salen de ahí, están cómodos oye.

  6. Jean Bedel dice:

    El mio es un completo y absoluto desastre, me da vergüenza hasta publicar la foto. Además, es siempre una tarea que pongo bien grande y clarita en mi agenda pero nunca cumplo «Ordenar escritorio». Que pereza por Dios :-)

  7. Anonymous dice:

    Yo tenia un compañero de instituto (no ya colegio, instituto) que pegaba los mocos debajo de la mesa de clase XD. Eso si que es vicio!

  1. 19/09/2014

    […] Bosuelto, estaba dejando la marca como los perricos. La chica había notado hacía tiempo que su escritorio rascaba un poco, pero lo achacaba a los típicos mocos. Daba asco, pero […]

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