La teoría de las boyas


«¿Qué habrá dentro?»

Supongo que la mayoría de los lectores habrá visitado alguna vez la costa a lo largo de su vida. Cuando se hayan bañado, dependiendo de la playa habrán superado todo tipo de objetos: compresas, condones… Porque a veces uno no sabe si ha ido a la playa o a la farmacia de guardia. Un día de estos aparecerá en la orilla un besugo con bata blanca ofreciendo condones de segunda mano e ibuprofeno con receta médica. Otras veces, alguno habrá tenido que esquivar a las sempiternas medusas. Que más de una las ha confundido con una compresa: «Estaba desesperada y eran tan blancas…». Y antes tenía labios vaginales y ahora tiene fosas.


Pero hay gente que no se conforma con nadar en la orilla únicamente, como esas señoras que van a «mojarse los pies» mientras gritan «uuuuh» cuando una ola les acerca el agua fría a la altura del bañador. Hay algunos a los que de repente les da por irse hasta el fondo, a nadar y a nadar. Y una vez han nadado, siguen y siguen nadando. ¿A dónde irá? Piensa la gente. A por un balón Nivea, muy probablemente. Y rima. El caso es que muchos de ellos no van a por el balón Nivea sino que buscan un objetivo mucho más concreto: la boya. Como una olla.


En toda playa que se precie hay una serie de boyas colocadas a una distancia concreta de la costa. Esta distancia nunca se sabe exactamente cuanto es porque cada año siempre hay alguien que dice: «Este año la boya está más cerca que el año pasado». Si eso fuera verdad, con todos los años que se lleva diciendo lo mismo, las boyas estarían ahora mismo a la altura de la orilla tomando el sol en una toalla de colorines.


La función de las boyas es la de señalizar la zona máxima a la que pueden acceder los bañistas ya que más allá es por donde circulan los barcos. Así que si alguno de estos aprendices de David Meca intenta ir más allá, se ha de atener a las consecuencias. No vale aquello de: «Yo al crucero ese lo freno con las manos» porque aunque desde la orilla se vea tan pequeñito que lo puedes coger con dos dedos, desde cerca NO. Es un consejo de El mundo está loco. De nada.


Así que, ¿qué razón lleva a esas personas que nadan a ir hasta la boya poniendo en peligro su cutis gracias a la invasión de medusas? Pues el regalo. ¿Qué regalo? – pensaréis. Pues EL REGALO.


Dentro de las boyas hay un regalo. Un pokemon de plastiquete, un cochecito a montar, un osito rosa… Porque las boyas no son más que varios huevos Kinder gigantes que tiran al mar en invierno y cuando llega el verano se derriten. CHAN, CHAN. Oh, sorpresa, ¡qué giro de guión! Sí, es difícil aceptarlo cuando te das cuenta; pero es así. Las boyas amarillas como las de la foto del principio eran en realidad huevos Kinder, lanzado por helicópteros especializados en Diciembre. Y cuando llega el verano se derriten y aparecen las boyas. Una vez han repartido los regalos las recogen y vuelven a lanzar los nuevos huevos para el año siguiente. ¡Por eso nunca caen en el mismo sitio y parece que están más cerca!


Todo cobra sentido. Los bañistas que nadan hasta la boya como unos desesperados jugándose la vida, lo hacen porque saben que si llegan tendrán un premio. Un Pikachu lanzando rayos cósmicos bien vale unas cuantas brazadas.

12 Respuestas

  1. xym40 dice:

    Menuda imaginación, buenísimo XDDD

  2. Miguel dice:

    Jajaja Oye interesante articulo pero me atrevo a decir que el loco eres tu con esto de los huevos kinder.

    Muy entretenido la verdad

  3. jane dice:

    ¡Tienes razón! Desde siempre, cuando voy a la playa, los que van conmigo siempre dicen: "¡A ver quién es el primero que llega a la boya!" Y los ves, lanzados, braceando como locos hasta el objeto amarillo. Yo nunca voy pero ahora veo a lo que van: ¡El regalo! Lo que me habré perdido…
    Y me tienes asombrada con tu rapidez en ponerte al día (yo, que sólo escribo los martes…)

  4. Tiberio dice:

    Frente a las costas gallegas y a las del septemtrión lusitano, claro que en aguas internacionales, estos ojos han visto ciertas boyas, no creo que para las artes piscatorias andaban destinadas, más bien si hubiesemos izado de ellas, ¿cuál sería la sorpresa?, ¿Winston, marijuana, nieve de colombia,…, quién sabe?. Nunca nos dió por rescatar estos Kinder submarinos.

  5. Reboot dice:

    Hoy sí. Hoy has conseguido que me parta el culo. Hasta mi mujer, que es menos dada a este tipo de humor, no ha parado de reirse mientras lo leía.

  6. morri dice:

    xym40: Muchas gracias ^^

    Miguel: Gracias. Creo que me has pillado pero no se lo digas a nadie :P

    jane: ¡Todo tiene sentido! ¡Ahí estaba la verdad que no podía ser revelada! Un día investigaré por qué la gente entrecierra los ojos para mirar hacia el horizonte. También debe de tener algún sentido :P

    Tiberio: Uy, esas boyas deben de valer un dineral. Pero si las llegas a haber rescatado, quizá luego te tienen que rescatar a ti la Guardia Civil.

    Reboot: Me alegro, muchas gracias a ti y a tu mujer ^^

  7. lacasitera dice:

    Yo nunca he nadado hasta la boya, pero ahora que sé su secreto, igual me lanzo este verano xDD

  8. Lee Postmortem dice:

    Aunque en toda mi vida nunca me pregunte nada sobre la funcion de las boyas, es una grata sorpresa enterarme que dentro de ellas uno puede encontrar las mas divertidas sorpresas (Ea que no hay que confundir las boyas con alguna mina inactiva de algun conflicto belico)

    Pero tambien, las boyas de america latina estan llenas de costosas y adictivas sorpresas, toda una tentacion :D

    Exelente Morri

  9. Anonymous dice:

    yes!!!!!
    qe bueno que volviste!!!
    te lojuro qe varias veces al mes entraba y nada y nada y nada
    y dijee mmm…ya abandono el blog
    pero qe bueno qe estas otra vez :)
    de todos modos me diste tiempo para leer otros temas
    que como no paro de reir =)
    saludos desde Mexico!

  10. morri dice:

    lacasitera: A ver si tienes suerte y pillas el pirata del caribe, que está muy buscado :P

    Lee: Sí, es importante saber que si se ve una bola con pinchos no hay que tocarla bajo ningún concepto. Y si ven una aleta que se mueve en círculos a su alrededor, tampoco es una boya y puede ir rezándole a San Sacabó.

    Anónimo: Muchas gracias ^^ No lo abandoné, no. No tenía tiempo para dedicarle como era debido ;) Saludos.

  11. Luiiz dice:

    jeje pues que en donde yo vivo las boyas son rojas y tienen una torrecilla encima.. no se parecen nada a la de la imagen.. pero igual iré a ver que hay en ellas… seria grato encontrar al menos una obeja de esas miniatura que están espacidas por todo el mundo =D

    minsi

  12. Elennim dice:

    Ooooh, qué guay! ^^ Mira que no me gusta la playa, pero me has dado ganas de ir a bañarme e intentar alcanzar la boya :D

    PD: Te propongo un tema para que hables: las sandalias de cuello vuelto que se llevan ahora xD A mí me recuerdan a los calentadores que evitaban los resfriados tobilleros…

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