Los comentaristas deportivos más cargantes
Como aperitivo de una sección nueva que quiero inaugurar pronto sobre los deportes, hoy os hablaré de los comentaristas deportivos, mayoritariamente de fútbol, que más me cargan. La sección en sí no será sobre este tipo de cosas, sino que pretendo explicar los deportes como si se lo explicara a un extraterrestre que viene a la tierra y no se entera de nada. Por ejemplo, un extracto: «Trgghweeith-322k parr823 kuyywiwoq asjriw, tarwpppuubu krti krti biti guawe2pise pasi púûü -as!as$% zas y gol» Bueno, cuando publique los posts del tema lo traduciré al castellano y nos entenderemos mejor.
El tema que nos ocupa (y preocupa) hoy es el de los comentaristas deportivos de televisión. Éstos tienen la ardua tarea de explicar a los telespectadores lo que ya están viendo. Ojo que no es fácil. Sirven para ayudarnos a saber qué jugador está tocando el balón, qué cambios se están haciendo o darnos información técnica de cierta relevancia. Eso en teoría. En realidad muchos de ellos lo que hacen es decir obviedades, chascarrillos repetitivos y se equivocan constantemente al explicar lo que pasa en pantalla. Veamos pues los que posiblemente sean los comentaristas más cargantes y/o pesados de la pequeña pantalla.
Andrés Montes: Siempre he defendido a Andrés Montes porque me resultaba gracioso cuando lo veía comentando la NBA, claro que la NBA la veía de higos a brevas y a las tantas de la madrugada, que después de tomarte unas cervezas te puede resultar graciosa cualquier cosa, todo sea dicho. Ahora que es el comentarista estrella de La Sexta me carga una cosa mala y supongo que es porque los partidos de fútbol los suelo ver a menudo. Lleva repitiendo lo de «Aaayy Pinocho, que te creció la nariz, por decir que no veías la Sexta» desde el 2006. Y lo que queda. Se ha convertido en el rey de repetir las mismas coñas hasta la saciedad y no debe ver tres en un burro porque se equivoca de jugador siempre. Al final lo evita con: «Ahí jugándola, ahí, ¡cucurrucucú! ¡Paloma!» Señor Montes, actualice su repertorio por caridad.
Manu Sánchez: Símbolo de la imparcialidad deportiva en Antena3. Nadie adivinaría de qué equipo es. Si fuera un extraterrestre que acaba de llegar a la tierra, claro. Es el que se podría llamar el cuarto hombre, o el quinto. Es como el típico amigo que siempre va a todas las fiestas y nadie lo ha invitado, a nadie le cae bien y nadie sabe por qué está allí. Pero está. «¿Y a este quién lo ha invitado?» «No sé, pero creo que trae bebida» «Ah, bueno, que se quede» Y se queda y abre la boca para decir tonterías. Suele decir «Hace frío allá abajo eh reportera», «El partido parece que está interesante», «Uyuyuy cuidado» y grita gol antes que el comentarista de verdad solo para joderle el momento de emoción. Además, cuando dice algún comentario relativamente técnico dice siempre: «¿Verdad Michael? ¿Verdad Bakero? ¿Verdad? ¿Verdad? ¿Eh? ¿Eh?» Tiene tan poco carisma que necesita que alguien de al lado le dé la razón cuando suelta una de las suyas. Es el comentarista más prescindible que ha existido en la historia.
Juan Carlos Rivero: Tiene el síndrome de autopromocionitis altamente conocido. No es culpa suya, es de TVE que le obliga a decir eso, pero como es la cabeza visible lo pongo aquí. Últimamente los partidos de fútbol se han convertido en la plataforma perfecta para promocionar la cadena y cada dos minutos nos recuerdan el peliculón que harán luego. «Y luego el peliculón Brácula, con Chiquito de la Calzada, no se la pierdan, nominada a tres Óscars, tres Óscars Mayers del súper de la esquina» Cuando no están animando a la gente a que envíen un sms para ganar 1000 euros que me recuerdan a las rifas de cestas que hacen en los campos de fútbol de regional. Como comentarista este hombre es correcto, pero tiene un cierto deje en la voz de sobradete, como del que se cree que sabe mucho. Termina cargando, pero en el fondo no es del todo culpa suya.
Los Manolos: No, no hablo de ese mítico grupo de rumba de los 90 que cantaba «oh mai loviu nainonaino naaa». No. Hablo de los comentaristas y presentadores de noticias deportivas de Cuatro: Manolo Lama y Manu Carreño. Pueden hacerte reir a ratos con su humor tabernero, pero terminan cansando. A veces no sabes si estás escuchando la retransmisión de un partido o en realidad estás en un bar y estás oyendo todo lo que están diciendo en la mesa de al lado. Yo me los imagino con un puro, una copa de coñac y desparramados en la silla dejándose caer. Un día echarán una partida de mus en directo con palillo de dientes en la comisura de los labios, fijo. Lo peor es que como tienen cierto tirón mediático los usan para retransmitir cualquier cosa. Por ejemplo: tenis. No tienen ni pajolera idea de tenis, pero ahí los ponen. Y como no saben de tenis terminan haciendo una retransmisión en la que dicen: «Nadal qué grande es» y lo juntan con metáforas sobre el Real Madrid y Raúl, que es de lo único que parece saber hablar Manolo Lama.
Y estos son los cuatro comentaristas de la televisión que actualmente más cargan, es probable que pueda dar para varios posts, pero por ahora es suficiente. A la cabeza me vienen Josep Lluís Merlos de la Formula 1 en TV3 o el «Sanganchao» que había en Telecinco, pero todo se andará. La cuestión es que las retransmisiones deportivas, que deberían ser algo entretenido y para pasar un rato divertido, muchas veces se convierten en indignación y vergüenza ajena con los comentarios de los que lo retransmiten. Curioso cuanto menos.
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[Las declaraciones de los futbolistas]
[Las diferentes formas de narrar un partido por Martes y 13]
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Andrés Montes: Siempre he defendido a Andrés Montes porque me resultaba gracioso cuando lo veía comentando la NBA, claro que la NBA la veía de higos a brevas y a las tantas de la madrugada, que después de tomarte unas cervezas te puede resultar graciosa cualquier cosa, todo sea dicho. Ahora que es el comentarista estrella de La Sexta me carga una cosa mala y supongo que es porque los partidos de fútbol los suelo ver a menudo. Lleva repitiendo lo de «Aaayy Pinocho, que te creció la nariz, por decir que no veías la Sexta» desde el 2006. Y lo que queda. Se ha convertido en el rey de repetir las mismas coñas hasta la saciedad y no debe ver tres en un burro porque se equivoca de jugador siempre. Al final lo evita con: «Ahí jugándola, ahí, ¡cucurrucucú! ¡Paloma!» Señor Montes, actualice su repertorio por caridad.
Manu Sánchez: Símbolo de la imparcialidad deportiva en Antena3. Nadie adivinaría de qué equipo es. Si fuera un extraterrestre que acaba de llegar a la tierra, claro. Es el que se podría llamar el cuarto hombre, o el quinto. Es como el típico amigo que siempre va a todas las fiestas y nadie lo ha invitado, a nadie le cae bien y nadie sabe por qué está allí. Pero está. «¿Y a este quién lo ha invitado?» «No sé, pero creo que trae bebida» «Ah, bueno, que se quede» Y se queda y abre la boca para decir tonterías. Suele decir «Hace frío allá abajo eh reportera», «El partido parece que está interesante», «Uyuyuy cuidado» y grita gol antes que el comentarista de verdad solo para joderle el momento de emoción. Además, cuando dice algún comentario relativamente técnico dice siempre: «¿Verdad Michael? ¿Verdad Bakero? ¿Verdad? ¿Verdad? ¿Eh? ¿Eh?» Tiene tan poco carisma que necesita que alguien de al lado le dé la razón cuando suelta una de las suyas. Es el comentarista más prescindible que ha existido en la historia.
Juan Carlos Rivero: Tiene el síndrome de autopromocionitis altamente conocido. No es culpa suya, es de TVE que le obliga a decir eso, pero como es la cabeza visible lo pongo aquí. Últimamente los partidos de fútbol se han convertido en la plataforma perfecta para promocionar la cadena y cada dos minutos nos recuerdan el peliculón que harán luego. «Y luego el peliculón Brácula, con Chiquito de la Calzada, no se la pierdan, nominada a tres Óscars, tres Óscars Mayers del súper de la esquina» Cuando no están animando a la gente a que envíen un sms para ganar 1000 euros que me recuerdan a las rifas de cestas que hacen en los campos de fútbol de regional. Como comentarista este hombre es correcto, pero tiene un cierto deje en la voz de sobradete, como del que se cree que sabe mucho. Termina cargando, pero en el fondo no es del todo culpa suya.
Los Manolos: No, no hablo de ese mítico grupo de rumba de los 90 que cantaba «oh mai loviu nainonaino naaa». No. Hablo de los comentaristas y presentadores de noticias deportivas de Cuatro: Manolo Lama y Manu Carreño. Pueden hacerte reir a ratos con su humor tabernero, pero terminan cansando. A veces no sabes si estás escuchando la retransmisión de un partido o en realidad estás en un bar y estás oyendo todo lo que están diciendo en la mesa de al lado. Yo me los imagino con un puro, una copa de coñac y desparramados en la silla dejándose caer. Un día echarán una partida de mus en directo con palillo de dientes en la comisura de los labios, fijo. Lo peor es que como tienen cierto tirón mediático los usan para retransmitir cualquier cosa. Por ejemplo: tenis. No tienen ni pajolera idea de tenis, pero ahí los ponen. Y como no saben de tenis terminan haciendo una retransmisión en la que dicen: «Nadal qué grande es» y lo juntan con metáforas sobre el Real Madrid y Raúl, que es de lo único que parece saber hablar Manolo Lama.
Y estos son los cuatro comentaristas de la televisión que actualmente más cargan, es probable que pueda dar para varios posts, pero por ahora es suficiente. A la cabeza me vienen Josep Lluís Merlos de la Formula 1 en TV3 o el «Sanganchao» que había en Telecinco, pero todo se andará. La cuestión es que las retransmisiones deportivas, que deberían ser algo entretenido y para pasar un rato divertido, muchas veces se convierten en indignación y vergüenza ajena con los comentarios de los que lo retransmiten. Curioso cuanto menos.
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