Operación triunfo llega a los trenes

Hace cosa de un rato he llegado de clase y realmente he llegado a casa en estado de shock. No es que haya visto ninguna tía buena especial que con esto del verano parece que proliferan, que podría ser. Ni tampoco es que haya visto a Leonardo Dantés hacer nudismo por la estación, que mejor que no pase.


Mi estado de shock ha sido por como están aumentando el poder adquisitivo de aquellos que cantan en el tren, y como están mejorando (o empeorando según se mire) su acústica. Hace cosa de una semana y poco, venía yo en el tren tan tranquilo cuando de repente entró un músico de calle con un amplificador que más quisieran los de AC/DC. El tio lo enchufó, empezó a tocar y no veas lo que retumbaba. La madre que lo parió.


Yo iba leyendo, como suelo hacer, y claro, así era imposible concentrarse. Los que estábamos por allí sentados nos mirábamos con caras de asombro los unos a los otros y con caras de «que se calle ya este maldito pesao». ¿No ven esos músicos (por llamarlos de alguna manera) que provocan el efecto contrario al que buscan? A mi después de que me toquen los huevos, lo que menos quiero es soltar dinero. Y no penséis mal.


Pues hoy, ha aparecido una chica también extranjera, bastante guapa, rubia de bote (ya sabemos como sigue), micrófono en mano y con un tío que le acompañaba. Mucha gente mal pensada pensaría que es su chulo y ella venía de un club de carretera, nada más lejos de la realidad. La chica era cantante. No sé si venía del casting de Operación Triunfo y aprovechó el viaje o es que ha venido desde lejos a buscar una oportunidad cantando en los trenes.


El caso es que también venía amplificada, con música de fondo… En fin, con todos los recursos técnicos. Y la chica no lo hacía mal, vamos, que cantaba bien. Y la gente les daba monedas y todo; así que como véis, el negocio de la música está en aumento, los músicos de tren se permiten amplificadores y todo, y aunque a algunos habría que ponerles la etiqueta de «Save the music« se ganan la vida de una manera honrada por lo menos. Y quien sabe, al igual alguien les da una oportunidad…