Vivir al lado de una iglesia
El otro día me desperté en mitad de la noche para ir al lavabo. Hasta ahí no hay nada de especial. Pero al salir del lavabo escuché las campanas de la iglesia de la plaza de mi barrio: «Se escuchan desde aquí» pensé. Y a la misma vez pensé: «Coño, y la gente que vive en la plaza que la tiene al lado, ¿cómo se oirá?».
Pues realmente, debe de ser un infierno. Yo lo primero que haría en un local de los que están en la plaza de la iglesia es empezar a vender tapones para los oidos, porque sino no se como van a dormir. Yo creo que podrían tener un horario las campanadas, que a partir de las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana o así que no sonasen las campanas, ya me dirás tú a quien le interesa saber la hora a las 3 de la mañana (sino es un sábado).
El propio cura lo sufrirá en sus carnes, no podrá conciliar el sueño bien, más que nada porque cuando tienes uno de esos días en que no te duermes ni a la de tres, que ya te obsesionas por dormirte; justo en el momento en que empiezas a caer, va cayendo la cabeza, los ojos, la mente y… ¡DONG! ¡DONG! Suenan las puñeteras campanas. Aquí no hay quien duerma, aquí no, aquí no…
Y es que esa gente debe vivir en un estado permanente de fin de año, que piensas: «Joe, que guay, to’s los días de fiesta, neennn». Pero es que para poder vivir tendrían que haber días 1 de Enero todos los días también para que pudiesen descansar esa pobre gente.
Yo es que me los imagino soñando, porque una cosa, las campanas suenan también a y cuarto, a y media y a menos cuarto, que son ganas de joder. Pues te imaginas a la gente durmiendo, de lado, con una mano en forma de cuenco (para colocar las uvas, que complicado es hacer monólogos sin escenificación) y con la otra en forma de pinza de esas de la feria para coger relojes y muñecos que siempre se caen. Y en ese momento, sonar las campanadas ¡DING DONG! ¡DING DONG! Y esa mujer medio dormida diciendo: «No, no, aún son los cuartos tranquilos».
Claro es que llega un momento en que la gente está saturada. Mezclan fechas, lo mezclan todo, tranquilizantes, pastillas para dormir, etc. Todo eso por vivir al lado de una iglesia, pobre gente, ¿sería necesario este sacrificio de su sueño?…
Pues realmente, debe de ser un infierno. Yo lo primero que haría en un local de los que están en la plaza de la iglesia es empezar a vender tapones para los oidos, porque sino no se como van a dormir. Yo creo que podrían tener un horario las campanadas, que a partir de las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana o así que no sonasen las campanas, ya me dirás tú a quien le interesa saber la hora a las 3 de la mañana (sino es un sábado).
El propio cura lo sufrirá en sus carnes, no podrá conciliar el sueño bien, más que nada porque cuando tienes uno de esos días en que no te duermes ni a la de tres, que ya te obsesionas por dormirte; justo en el momento en que empiezas a caer, va cayendo la cabeza, los ojos, la mente y… ¡DONG! ¡DONG! Suenan las puñeteras campanas. Aquí no hay quien duerma, aquí no, aquí no…
Y es que esa gente debe vivir en un estado permanente de fin de año, que piensas: «Joe, que guay, to’s los días de fiesta, neennn». Pero es que para poder vivir tendrían que haber días 1 de Enero todos los días también para que pudiesen descansar esa pobre gente.
Yo es que me los imagino soñando, porque una cosa, las campanas suenan también a y cuarto, a y media y a menos cuarto, que son ganas de joder. Pues te imaginas a la gente durmiendo, de lado, con una mano en forma de cuenco (para colocar las uvas, que complicado es hacer monólogos sin escenificación) y con la otra en forma de pinza de esas de la feria para coger relojes y muñecos que siempre se caen. Y en ese momento, sonar las campanadas ¡DING DONG! ¡DING DONG! Y esa mujer medio dormida diciendo: «No, no, aún son los cuartos tranquilos».
Claro es que llega un momento en que la gente está saturada. Mezclan fechas, lo mezclan todo, tranquilizantes, pastillas para dormir, etc. Todo eso por vivir al lado de una iglesia, pobre gente, ¿sería necesario este sacrificio de su sueño?…
Claro, ¿y por qué no te quemamos a ti?
perdón exaltamientos de cristiano
Saben yo vivo cerca de una iglesia, para ser exactos a una casa de la iglesia, pero saben a la larga uno se llegua a acostumbrar y hasta te ayuda a mantenerte con la hora actualizada.
Vivir encima de una es peor.Encima,tener que saludar al cura o hacer que no le ves,pero aún.
A mí las putas religiones siempre me han perseguido.Siempre he tenido cerca o iglesias o evangelistas o jehovás o su puta madre de los últimos días.¡Chapas!
yo vivo al lado de una y los domingos por la mañana son infernales. Imaginate:
Entierro: son unas 20 campanadas super fuertes y con un separación de unos 10 segundos entre cada campanada con lo que cada vez piensas que se ha acabado pero no
Tocan a misa: unas cuantas
Tocan las doce: los cuartos mas 12 y al cabo de 5 minutos un recordatorio de las 12
Bautizo: esto es lo peor 1440 campanadas, no es coña que las he contado.
O sea es imposible dormir el domingo por la mañana. Además la gente hace un ruido de cojones al entrar a misa
yo tengo una iglesia enfrente de mi casa nueva(por decirlo de alguna manera) y con una hipoteca carisima que me cuesta "Dios y ayuda", nunca mejor dicho, pagar, y cada domingo por la mañana mi cabeza es un cuartel general en guerra pensando en que armas usar para cargarme a las campanas, a los feligreses y al cura(aunque no por ese orden).
Siempre he tenido iglesias cerca(para mi desgracia) pero hasta que me mude aqui no sabia que pudiesen tocar….una hora seguida!!!es increible, no se ni a que tocan…para entrar a misa, para incendio, para tocarme los cojones a mi y al resto de vecinos..
No se, dicen que los porros causan paranoia y problemas mentales,pero empiezo a pensar que unas campanas al lado de tu casa pueden ser peores.
Mi siguiente paso…ir a hablar con el cura…el proximo, comprarme un gran equipo de musica y ponerme en su puerta mientras da misa..pa que vea lo que jode!