Mis pedos no huelen así y otras excusas baratas
Pero hablemos de lo que interesa. Hablemos de pedos. Humor inteligente, sí, damas y caballeros. Porque la gente aunque no lo reconozca se tira pedos. Puede que haya gente que no y esté a punto de explotar de un momento a otro. O probablemente les haya fichado alguna multinacional de gas natural para proveer energía al mundo entero. «Hola, señor Fernando Cuesco queríamos ofrecerle un caja de judías y un contrato millonario» Que todo puede pasar.
Lo normal es que la gente se tire sus pedos en la intimidad de su hogar. Cuando la gente pasa mucho tiempo en la calle y llega a casa en vez de saludar con un buenos días o buenas noches saluda con un «PRET, ya estoy en casaghh». Es así. La gente está bajo presión ambiental en la calle porque no se pueden tirar pedos. Está mal visto. Bueno, más que mal visto está mal olido. Porque ese es el problema que tienen los cuescos: dejan huella. No se pueden disimular fácilmente, en algún momento esa ventosidad que se ha escapado de repente llegará a las fosas nasales de un vecino que habrá deseado tener un constipado del copón. Si tiene la suficiente confianza te dirá: «¿Te has tirado un pedo?» «¿Yo? Nooo» Sois dos en un coche. Tú sabes que no has sido. Blanco y en botella.
«Las cloacas, eso son las cloacas». Primera excusa barata que no cuela. Puede que las cloacas huelan mal. Pero están tapaditas. «Es que viene tormenta». Que no, que has sido tú. No quieras engañar al planeta entero. Te has tirado un pedo y no lo puedes disimular. Al menos ten la decencia de aceptarlo. Peor hubiera sido levantar el culo de un lado, mirar al otro con cara maléfica y un sonido atronador que se apodera del lugar. «Ahora sí que viene tormenta»
Porque está bien esto de señalar a otro de los pedos de uno. Es una excusa muy socorrida: la negación con un ataque. En un lugar concurrido puede ser una opción, nunca nadie se pondrá a oler culos para saber quién ha sido el guarro que no ha podido contenerse. O incluso en un jacuzzi que se disimula muy bien: «No he sido yo, son las burbujas del jacuzzi, mira como brotan por encima de la bañera glub glub glub» Eso valdría si hubieses apretado primero el botón de las burbujas.
Pero a mí la excusa que más me gusta es la que encabeza el post. Hay gente que se puede tirar un pedo en público con la menor de las vergüenzas y cuando lo señales como culpable te dice: «No, no, yo no he sido, mis pedos no huelen así». Y se queda tan ancho. Mis pedos no huelen así. Con un par. ¿Esas personas qué tienen? ¿Un catálogo de olores de cuescos en los que salen todos los que están a su alrededor? «Este huele a Paco, este a Andrés, este a Sonia que aunque diga lo contrario también se los tira…» Y ahí los tiene, catalogaditos en una enciclopedia de pesturrios.
O bien tienen un conocimiento extremo del olor de sus pedos según lo que hayan comido el día anterior. De tantas veces que han levantado el edredón para aspirar su propio hedor, lo tienen tan interiorizado que nunca pueden confundirse. Nada de esto es real. Seguro que son ellos los que se han tirado el pedo. Es una excusa barata de manual.
De todas formas hay gente que tiene mucho más morro. Les puedes preguntar si se han tirado un pedo y te contestan: «No, se me ha caído». O bien: «No» Y tú sigues insistiendo: «Pues macho, huele fatal» Y te contesta sin pestañear: «Tú me has preguntado si me he tirado un pedo. Uno no, me he tirado cinco». PRET. «Bueno, seis». Viva y bravo por la sinceridad. Y por las mascarillas anti-gas.
Todo esto ocurre por lo mal vistos que están los pedos. Las mujeres, por ejemplo, jamás reconocen tirárselos. Son globos aerostáticos en potencia. Si llevas un tiempo con una chica y de repente oyes pedos por doquier tenlo claro: cree que te tiene en el bote. O que no tienes nariz. Ni oídos. Pero es que ni siquiera se inventan excusas. No les hace falta. Se da por hecho que ellas jamás se tirarían un pedo en público. Quién más se ofende, más puntos tiene de ser la pedorreta andante.
Eso sí, siempre, si eres tú el que lo has dicho primero, la excusa por excelencia del sospechoso lanzador de ventosidades será: «Pues el que primero huele al albahaca, debajo tiene la mata». Y encima es verdad. Tu excusa de lanzar la piedra el primero ha fallado estrepitosamente. Como siempre. Se pilla antes a un pedorro que a un cojo.
Jaja, vaya. No me esperaba que hicieras una entrada de este tema xD
Muy bien pensado!
Gracias Natalia :P
Jajajajaja, he tenido que compartir esto en mi Facebook, muy bueno.
P.D.: No, yo tampoco me tiro pedos xD
De nada :P
Te has pasado algún día por mi blog? Si es así, espero que te haya gustado.
Cuídate! :)
Eli: Muchas gracias ^^ Haces bien en no tirártelos, así podrás pronto volar de un continente a otro únicamente conteniendo la respiración.
Natalia: Solo de pasada, ya lo miraré cuando tenga tiempo con más detenimiento :D
Pedos yo? nooo… jamas de los jamases. jajaja no me esperaba esto morri, me jarto de risa con este blog, es genial, voy a compartirlo tambien en mi facebook para mis queridos pedorretos, ole morri tan genial y elocuente como siempre:::)
Jajajaja, muy bueno, aunque faltaron las personas que se acercan a ti y se tiran de todo!! xD
Malagueña: ¡Muchas gracias por compartirlo! ^^
Kr: ¡Muchas gracias! :D
Pues yo muchas veces sufro de gases y lo paso fatal. Lo que hago es reabsorberlos p'arriba. Pero tengo una compañera que no es tan considerada y se tira unos cuescos que nos mata a todos.
Y el típico que va en al asiento del lado en el bus y de pronto gira la cabeza y notas llegar a tu nariz un efluvio inconfundible?
De todos los asientos libres del bus, vas y te sientas al lado del "pedorro"! Puafff…
Pues yo, como el resto de tios, me tiro cuescos donde pillo. Y me da igual lo que la gente piense. Asi de claro