De vuelta

Ya estoy de vuelta de las vacaciones. Debido a que quería evitar la aparición de paparazzis por el hotel, mantuve en absoluto anonimato el lugar de vacaciones. Ya se sabe, la fama y esas cosas llevan a estos problemas, y además, el Hola tenía la exclusiva. Eso sí, os desvelaré ahora donde estuve: en Castellón de la Plana (en la entrada hay una chica con una 80, chiste del día). Ciudad maravillosa que tiene… Tiene una plaza de ayuntamiento, un teatro… En fin, muy guapa la ciudad. Lo que sí que no os desvelaré es con quien fui que eso ya lo dejo a las casas de apuestas.


A pesar de que no suelo contar lo que hago en mi vida privada, haré una excepción como en estos casos: [Historias para contar: El que se tiró al tren] y [La operación]. Y es que no sé si recordaréis, pero dos días antes de yo salir y coger el Euromed dirección Castellón, hubo uno de esos trenes que se tiró 14 horas en el camino. Que no está mal si vas a París, pero hombre, tirarse 14 horas desde Barcelona a Castellón no es demasiado halagüeño. Así que no iba demasiado bien, ¿cuál fue el invento de Renfe? Llevarnos en autobús hasta Amposta en el que coger el tren. Como sabéis, mis viajes llevan la lluvia en la sangre y nos llovió en el camino. Pero en fin, el camino es más llevadero cuando la chica que te acompaña se pone a imitar a un bicho raro con las mangas de una chaqueta tejana… ¡Un espectáculo visual sin parangón oigan!


Luego fue todo más o menos como la seda. El hotel era muy bonito y muy acogedor, ya lo podía ser la verdad, siendo un cuatro estrellas. Tenía unos sofás muy bonitos que casi te podías quedar a dormir allí y pasar de pagar la habitación, ¡cuanto espacio! Tenía servicio de prensa, con El Mundo por allí pululando para echarte unas risas y tenía gimnasio con jacuzzi también. Eso sí, de agua fría. ¡Que ya no hace tanto calor como en verano! Todo esto suena muy pijo, sí. Pero si os digo que para comer teníamos que ir al chino queda mucho más natural. Ya se sabe, el restaurante chino se le dice chino con toda la confianza, como si hubiera un chino solo en la puerta… En fin, lujo para dormir, para comer lo justo. Eso sí, un día no pudimos evitar probar el menú del hotel, para chuparse los dedos…


Total, que pasaron los días y tocaba volver a la realidad. Las clases vuelven. En cuanto tenga el ritmo otra vez volveré a los posts normales y no os contaré más mi vida. Lo prometo, que ya veo cabezadas en vuestros ordenadores… Lo veo, lo veo. Sí, esa luz del altavoz lleva una cámara escondida… Jiaa jiaaa. En fin, que después de volver me encontré una nueva odisea en el tren, eso sí, en el cercanías. Casi revienta un tren en la estación de Sants. Bueno, es un decir, hubo chispazos varios y llegué con retraso a casa. Pero en fin, vas de viaje y te encuentras esas cosas.


Lo que sí puedo decir, es que valió la pena. ¡Ahora vuelta al tajo! Espero que lo hayáis pasado bien en estos días. Ya sé que el archivo estará muy visto, pero bueno, hay más de 1000 posts para echar el rato. Que ya hay que estar aburrido… En definitiva, que ya estoy de vuelta.