Entrevista con el tío de los diarios que inventa palabras acabadas en -ing
Volvemos con la programación habitual de El mundo está loco con una entrevista exclusiva de estas que nos trae nuestro departamento de investigación. Hemos podido hablar con la persona responsable en El País de inventarse palabras nuevas – la mayoría de las veces acabadas en -ing o con alguna variación en inglés – para normalizar casos de pobreza extrema que rayan la inmoralidad. Hemos contactado con él para saber las motivaciones y conocer de primera mano de donde saca la inspiración para imaginar tantos nombres molones para situaciones de mierda.
– Bienvenido a El mundo está loco, Suso Ispobres.
– ¿Qué tal? Encantado de estar por fin en vuestra web. Había oído hablar mucho de vosotros. Me encanta vuestro modo de vida: el pocasvisiting.
– ¿Perdón?
– Sí, es lo que se lleva ahora. Tener una web con pocas visitas para sentirte más libre de ataduras donde puedas criticar a medios grandes. Pocasvisiting. Como no te lee nadie…
– Oiga, no falte eh. Deje mi web en paz. Hablemos de sus inventos en prens…
– Eh, nada de inventos. Es todo real, eh. Hay muchas maneras de vivir la vida y la gente es libre de hacer lo que quiera con los cinco euros que tenga en el bolsillo para todo el mes. Faltaría más. Yo solo soy el eco de situaciones cool. Poco dinero, pero cool. Para quien le guste.
– ¿Pero no está usted blanqueando la miseria?
– Qué va. ¿No has oído hablar del freeganismo? ¡Es fantástico! ¡Es comer gratis! ¿Quién no ha querido nunca comer gratis? Solo es cuestión de fuerza de voluntad. Vas a un cubo de basura, coges comida y te la comes. ¡Gratis! ¡Hazte freegano! ¡Es mejor que ser vegano! ¡Puedes comer de todo!
– ¿¡Pero cómo va a ser una tendencia guay comer de la basura!?
– Es diferente. Yo no juzgo a la gente por hacer esas cosas, simplemente apunto tendencias. Y si es una tendencia comer de la basura, ¿quién soy yo para negársela a mis lectores? Ahora se lleva eso.
– ¿Y no sería cuestión de preguntarse por qué la gente llega a esas situaciones en vez de hacer ver que es molón?
– Mira, no me comas la cabeza. Eso no es lo importante. Qué más da como llegues a tu restaurante favorito, la cuestión es que llegues ahí.
– No entiendo nada.
– Déjalo estar, mira. Esto sí que es tendencia. ¿Suben de precio los pisos? ¡Qué más da! Los pisos de 6,4 metros cuadrados son lo mejor. ¿Para qué quieres más? Que luego no sabes donde has dejado las cosas.
– ¡Pero si los zulos donde secuestran a la gente son más amplios que eso!
– Porque respetaban los convenios de Ginebra, me imagino. No sé, no me hago preguntas. Solo muestro alternativas habitacionales. Además, sino siempre puedes hacer coliving. Vives con gente, conoces culturas…
– Hueles pedos ajenos…
– Pues ya ves. El huelepeding es una opción para los que no pueden permitirse los perfumes caros. Quien no se conforma es porque no quiere, que os gusta quejaros mucho.
– ¿Y no le parecen situaciones indignas para un ser humano? ¿No cree que la gente merece vivir mejor y no conformarse con basura?
– Uy, qué serio te pones. Si además damos ideas para ahorrar, hombre. Así tendrás más dinero para, yo qué sé, esas cosas que hagáis los pobres. Me acuerdo de cuando hablábamos de calentar la casa sin calefacción. Encima que te ahorro unos duros en la factura del gas, te quejas.
– No, si imaginación no falta. Veo que no vamos a conseguir que entiendas nuestro punto de vista.
– Oh, pues claro que lo entiendo. Sois pobres. Ya lo sé. Sois pobres y os molesta que busquemos maneras de que os sintáis a gusto siendo pobres.
– ¿Y no sería mejor erradicar la pobreza?
– ¿De donde ha salido este hippie comeflores? ¿Cómo me habéis colado en una entrevista así?
– Oiga.
– ¡Sáquenme de aquí! ¡Quiero un abogado! ¡Maldita sea cómprate una taza con mensaje y sé feliz! ¡Pero déjame a mí!
– ¿Pero los periodistas no estabais para sacar a la luz situaciones injust…?
– ¡¡Socorro!! ¡Un idealista! ¡Me voy! ¡No quiero que se me pegue nada malo! ¡Adiós!
Y así fue como el señor periodista huyó de la entrevista que habíamos preparado en este blog para poder sonsacar sus motivaciones para impulsar esos artículos en prensa. Desgraciadamente no pudimos sacarle mucho más, pues estaba demasiado preocupado en normalizar la miseria como para que pudiéramos hacerle entrar en razón. Así están las cosas.
Es que es sería de risa si no fuera tan serio. El tema es que yo la primera vez que leí sobre el freeganismo fue en un contexto en el que ser freegano no era «cool», sino algo propio de gente que no quería participar en el sistema y que así podía alimentarse con mínima participación. Cuando leí la experiencia de la chica aquella en plan guay flipé mucho.
Es lamentable. Es como una manera de excusarse y de hacer bonita una experiencia terrible. Es inmoral, desde mi punto de vista.