Bromas que acojonan
Hace tiempo que en Youtube proliferan las bromas que acojonan. Es decir, las bromas que deberían hacerse habitualmente con un desfibrilador a mano. O con una ambulancia aparcada bien cerca. Hay bromas que podrían ser consideradas intentos de homicidio si las llevaran a juicio. Si no me creéis mirad el vídeo y luego seguid leyendo. A este muchacho le faltan un par de sustos más para terminar en urgencias:
Hay amistades que son, digamos, curiosas. A mí un amigo me hace esto y no me ve el pelo en eones. Iría más cagado que yendo de copiloto de Ortega Cano. El muchacho del vídeo sufre tal acojone que se lleva la mano al corazón durante un buen rato incluso después de pasada la broma para comprobar que sigue ahí. Que no ha salido volando. Por lo visto el vídeo es una venganza por alguna otra broma anterior que hizo la víctima de la actual, pero es posible que se haya vengado en el acto dejando en el asiento un buen pedazo de cacho de trozo de color marrón turbio.
¿Cómo afrontaríais una broma de tal calibre? ¿Cómo lleváis el miedo? El miedo ante eventos aparentemente paranormales no tiene ninguna lógica. Todos sabemos que es mentira, que esa iconografía está sacada de películas. Pero si nos encontramos en esa situación, ¿sabríamos actuar llevándonos por la lógica? Ya os lo digo yo: no. Por la misma razón por la que pegamos un brinco en una película de miedo: nuestro cerebro es un cabronazo. Más concretamente la amígdala.
Cuando vemos una película de terror lo primero que piensas es: «Bah, no me va a afectar, son actores, es tó mentira». Pero a la que te dejas llevar por la trama te acojonas vivo en tu sofá, atragantándote con tus palomitas y dando saltos a cada aumento del volumen del sonido. A veces los sustos son solo eso: un maldito estruendo inesperado. Si una situación similar te ocurre en la realidad no piensas con cabeza y dices: «Algo falla aquí» Sino: «No jodas, mierdamierdamierdamierda» Aunque podría ser peor, sobre todo para la actriz bromista, si el muchacho decide darle un puñetazo en la cara se le quitan las ganas de bromas de un plumazo.
Este es el peligro que corrió esta otra muchachita en un ascensor. Todos se dejaron llevar por lo que habían visto en pelis de terror. Nadie se paró a pensar que no tenía ningún sentido que una niña estuviera ahí de pie en el ascensor. Que algo fallaba. Que algo tenía truco. Y aún sigo pensando en que tienen suerte estos bromistas de que alguna de las víctimas no termine en el hospital con un ataque al corazón. Pronto en sus Youtubes.
O este novio malvado. Esto es una prueba de amor y lo demás es cuento.
Pues los que asustan pocas hostias se llevan, ¿eh?
La verdad es que sí. Cualquiera que use un poco la lógica o un poco de instinto de supervivencia le daría un puñetazo que le dejaría la melena en la garganta.